Gestos [JinNam]

Vigésimo Gesto

          Era Navidad y la mayoría de los miembros ya se encontraban con sus familias y amigos celebrando alegremente.

          Bangtan había hecho su comeback exitosamente y después de unas largas actividades y varias ceremonias de premios les habían dado un descanso debido a las festividades. Si bien solo eran tres días libres, los chicos no lo habían tenido que pensar para aceptar e irse a descansar en comodidad con sus familias.

           Por lo menos, seis de ellos habían logrado su cometido: Namjoon todavía se encontraba en al aeropuerto esperando su vuelo, que se había retrasado por el mal clima y seguía en espera para poder abordar el avión lo más pronto posible.

          Sin embargo, la tensión y el ambiente de tristeza que lo rodeaba por todas las personas frustradas y resignadas en aquel lugar, empeorado por el hecho de que ya eran más de las diez de la noche y le había prometido a sus padres llegar a las ocho, lo deprimían y angustiaban aún más.

          Suspiró derrotado, pasando sus manos por su rostro al escuchar la voz femenina avisando por los altavoces que todos los vuelos serían suspendidos por el mal clima y que serían reasignados a nuevos vuelos para el día siguiente.

          Sintió ganas de llorar, mas se detuvo de hacerlo al escuchar el sonido de una llamada entrante provenir de su teléfono.

          -¿Hola? –susurró con pesar al llevar el dispositivo a su oreja y contestar.

          -Hola, Namjoonie –contestó Seokjin al otro lado. De cierta forma le sorprendió oír la voz del mayor, ya que no había revisado quien era antes de aceptar la llamada-... ¿Sigues en el aeropuerto?

          -Sí, pero... Ya estaba por irme –anunció levantándose y tomando sus maletas-; los vuelos se cancelaron debido a la nieve, así que... regresaré a nuestra casa.

          -Demonios, supuse que eso pasaría –Namjoon escuchó pasos al otro lado de la línea, mas no le prestó real atención al estar ocupado acomodando sus cosas para irse y secando con el dorso de su mano el exceso de agua que empezaba a acumularse en sus ojos por la situación-. Por eso... vine a buscarte.

          Namjoon se paralizó al escuchar esas palabras, pero más que solo el contexto de esa oración, lo que más le sorprendió fue oír esas palabras no solo a través de la llamada, sino más cerca de él.

          Como si Seokjin estuviese a algunos pasos de su persona.

          Se dio lentamente la vuelta en dirección de esa voz, y al ver a Jin sonriendo y colgando la llamada para después guardar el teléfono en su bolsillo a pocos metros de él, sintió que su corazón comenzaba a latir más rápido de lo normal.

          -Tienes suerte de que mi familia viva al sur de Seúl y que solo me haya tomando treinta minutos llegar aquí.

          El moreno se había quedado sin palabras. El hecho de que Seokjin hubiera salido tan tarde en la noche para buscarlo, dejando a su familia en segundo plano aunque él no se lo había pedido, y sin la verdadera certeza de que al llegar allí lo encontraría, solamente le reforzaba la idea de la gran persona que era Kim Seokjin y de lo afortunado que era al tenerlo en su vida.

          -¿Te comió la lengua el gato? –Jin se burló en lo que se le acercaba para tomar una de las maletas de Namjoon- Sé que soy muy apuesto, pero dudo que sea por eso que estás tan sorprendido.

          -Seokjin-hyung.

          Namjoon levantó la mirada, chocando con los ojos de Seokjin que lo miraban con curiosidad adornando su hermosa y gran sonrisa que portaba gran parte del tiempo y hacía de los días del rapero mucho más hermosos.

          -¿Sí?

          -Te amo.

          Seokjin desvió la mirada comenzando a carcajearse fuertemente- Exageras. Solo hice lo que cualquier persona hubiera hecho.

          El menor sabía que eso no era cierto, porque no cualquiera salía en la noche de Navidad dejando a sus seres queridos atrás para buscar a alguien por voluntad propia. Sabía que Jin era un ser especial, y eso hacía que sus sentimientos por el castaño fueran más especiales.

          -Yo también –agregó Seokjin acercándose. Puso una de sus manos en la mejilla del pelirrosa, limpiando con su pulgar una lágrima que se había deslizado de uno de los ojos de Namjoon sin que este se diera cuenta-. ¿Nos vamos?

          Y al ver la sonrisa pura que le dio Seokjin al preguntar aquello, asintió seguro de su respuesta para luego empezar a caminar al lado del mayor en dirección de la salida hacia donde Jin había dejado estacionado el auto.

          Al ver la nieve rodeándolos al salir, a Seokjin con sus mejillas rojas por el frío y su interés genuino por él brillando en sus ojos, Namjoon supo que había caído por completo por ese chico.

          Se había enamorado irremediablemente de Kim Seokjin.

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