Estaba tirada en la cama con mi mejor amigo observando mi desesperación desde una silla junto a mí. Llevaba casi dos semanas sin ver a Henry, ni siquiera le veía al ir a sacar la basura. Él no llamaba. Yo no llamaba. Y no nos hablábamos. Hacía también casi dos semanas que había comenzado a ver a una chica pelirroja entrar y salir de su apartamento. Resultaba curioso, en el momento en que Henry había dejado ir a Natasha esa chica aparecía. Por un momento pensé que podría ser algún familiar suyo, pero estaba completamente segura de que Herny me habría contado que había recuperado relación con algún miembro de su familia.
No sabía para qué había llamado a Mark esa mañana. Ni siquiera recordaba qué
había dicho para que viniera, pero ahí lo tenía, metido en mi cuarto y sentado en mi silla. Hablábamos de Henry. Él me había obligado a hablar de Henry. Al final había terminado diciendo que me preocupaba —solo un poquito— el punto en el que estaba mi relación con él... aunque Mark lo había exagerado.
—¿Qué es lo que te preocupa tanto?
Suspiré. Era la tercera vez que lo preguntaba y en todas mi respuesta había sido "No sé"
—¡Ya te he respondido dos veces! No tengo la menor idea de que es lo que me preocupa, ni siquiera debería estar preocupada. Es una estupidez.
Elevó las cejas, mirándome incrédulo. Era un idiota.
—Tan estúpido no será si te preocupa.
—Es estúpido que me preocupe algo que no entiendo.
—¿Qué es lo que no entiendes Abby? Porque creo que yo lo tengo claro. —Sonrió al ver mi cara de confusión, ¿cómo iba a poder saberlo él antes que yo? Si estaba fuera de mi cabeza.
—No sé que has pensado pero juraría haber dicho que solo me preocupa el punto en el que estaba mi relación con Henry, llevamos dos semanas sin hablar. Venga, dime qué locura ha pasado ahora por tu loca cabecita.
—¿Segura que quieres que lo diga de golpe? —preguntó. Mi respuesta no fue más que lanzarle un cojín y decirle que lo dijera de una maldita vez. Agarró el cojín al vuelo y se rió en mi cara— Recuerda que tú misma me has pedido que lo diga cuando quieras matarme.
—Si no lo dices ya si que querré matarte.
—Estás enamorada de Henry.
Silencio.
¿Qué acababa de decir? Yo... ¿enamorada de Henry? ¿Qué Henry? El perfecto chico de ojos caramelo y pelo llameante. No, eso era imposible. ¿Qué quería decir? ¿Estaba enamorada de un Henry que aún no conocía? Totalmente improbable. ¿Acaso Mark se había vuelto completamente loco?
Era la opción más probable.
—¿De qué Henry estás hablando exactamente, Mark?
—Solo hay un Henry, ¿te suena? Trabaja en la tienda de tu madre y es tu vecino.
Más silencio.
Mark estaba completamente loco.
¿Yo enamorada de ese pelirrojo? Sí, y él mañana rompería con Cam. No sentía amor por Henry, bueno, si, pero era una de esos que corresponden a la palabra "amigos". Era afecto. Cariño, pero visto desde un punto de mera amistad.
Tal vez le tuviera un afecto especial. Por la forma peculiar de conocernos. Tanto por llamadas como en persona. Por todo lo que había terminado por saber de él en los últimos meses. Lo que solo yo sabía. Por su forma de llamarme o por su espectacular forma de sonreirme. De mirarme.
Por su espectacular forma de ser simplemente Henry.
Pero no era más que amistad. Conocía su antigua relación, ¿cómo podría siquiera pensar mi corazón en Henry como algo más que un amigo? No arrastraría a alguien como él a una relación que no duraría más de un año.
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Elocuencia© IICompletaII
Romance"Facultad de hablar bien con fluidez, propiedad y de manera efectiva para convencer a quien escucha." Él solo tenía que seguir mi voz. Yo tenía que seguirle a él. Cada cuarenta segundos se suicida una persona en el mundo. Henry planeaba ser una...