Capítulo 18 II Abby

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Tocaron el timbre, fui a abrir la puerta mientras me lavaba los dientes. Una sonrisa se extendió en mi rostro al ver quién había al otro lado. Henry, también conocido como mi novio desde hace dos meses y medio. Me devolvió la sonrisa.

—Hola, Henry —Parecía nervioso, aunque sonreía. Las expresiones en su cara parecían contradecirse. Ojos nerviosos, sonrisa alegre.

—Hola, Abs, ¿puedo pasar?

—Estás en tu casa.

Abrí la puerta completamente para dejarle pasar. Fuimos al sofá. No dejaba de mover las manos mientras esperaba a que me sentara. Si, estaba realmente nervioso.

—Tengo que contarte algo... no te pongas histérica.

—Vale, claro.

Suspiró y volvió a hablar.

—Ya sabes que Fleur se fue ya hace dos meses y estoy volviendo a hablar con mi familia desde que se marchó.

—Lo sé, me alegra mucho que las cosas vayan tan bien.

—A mí también, pero no es ese el punto al que quiero llegar. Lo que quiero decirte es que en una semana será el cumpleaños de mi madre... —dudó un segundo a continuar hablando, pero al final prosiguió— me han insinuado que les encantaría que fuera a la ciudad para celebrarlo con ellos.

Sus ojos habían brillado de una forma especial al decirlo. Él quería ir, deseaba ver a su familia después de tanto tiempo y asistir a ese cumpleaños.

—¡Eso es magnífico! La excusa perfecta para verlos, ¿irás verdad?

—Esa es la cuestión. ¿Quieres ir... conmigo? Te quiero a mi lado en algo tan importante como eso, te necesito.

Me dio un vuelco el corazón. Me invitaba a ir con él. Me sentí orgullosa de que me quisiera a su lado en algo tan importante. Orgullosa de que yo hubiera contribuido a esa situación.

¿Estaba preparada para conocer a su familia? Sí, después de conocer a Fleur las cosas no podían salir mal. Además estaba completamente segura de que alguno de los dos primos les habían hablado de mí.

—Me apunto, ¿cuándo nos vamos?

—¿En serio? —preguntó. Sus distintas expresiones faciales se pusieron de acuerdo para expresar el mismo sentimiento: alegría.

—Completamente.

—¿Podrás estar lista para el viernes? Nos marcharemos por la mañana, probablemente lleguemos por la tarde. Ya he hablado con la señora Caroline, me da los días libres, ¿Qué te parece?

—Perfecto, estaré lista, ¿cuánto tiempo nos quedaremos? Ya sabes que estoy de vacaciones, tengo mucho tiempo libre.

—Cuatro días, desde el viernes hasta el lunes. Nos iremos el martes temprano.

Levanté los pulgares sonriendo. Iba a ser divertido, hacía años que no salía de la ciudad y aún más desde que no montaba en avión.

—¿Henry? —le llamé.

—¿Qué?

—Estoy muy orgullosa de ti. Has hecho grandes cosas en los últimos meses, grandes avances. Has sabido seguir nadando. Mereces todas y cada una de las cosas buenas que puedan pasarte.

—Entonces me alegro de merecer tenerte en mi vida, Campanilla.

—Eso es un beneficio mutuo.

—¿Sabes que te quiero? —dijo. Hablaba en un tono suave, tierno, melifluo, lo había dicho casi en un susurro. Solo para mí, aunque no había nadie más en el apartamento que pudiera escucharle. Una palabras que solo podían deleitar tanto a mis oídos, nueve letras que me hacían sentir algo etéreo.

Elocuencia© IICompletaIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora