CAPÍTULO 3

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Louis se levantó algo cansado, no había apenas dormido, pero un enervado Liam lo esperaba en la cocina.

Luego de vestirse bajó con pereza a por café esperando que eso le quitara algo de sueño. Liam se adelantó y ya tenía una taza humeante para el ojiazul.

—Rápido, vamos tarde —dijo Payne algo nervioso. Louis con lentitud levantó su vista al reloj. 10:05.

—Eres un dramático.

Una vez Louis terminó de desayunar, caminaron hasta el imponente edificio, Liam le advirtió que habría mucha gente así que tendría que filtrar el ruido y concentrarse solo en los pensamientos de ese hombre. Al chico le daba igual esa mierda, solo quería su maldita habitación de vuelta.

Una vez dentro, Liam le indicó que el hombre que debía escuchar era el que esperaba el ascensor. Louis se acercó a él, lucía alto e imponente, casi tanto como ese maldito edificio se veía por fuera.

A medida que se acercaba en su cabeza sonaban cada vez más fuerte decenas de pensamientos, Louis se llevó su dedo meñique a su oreja, como si agua se hubiera colado en ella. No era capaz de concentrarse.

El ascensor se abrió y el ojiazul entró rápido tras el hombre, aún con todo ese ruido en su cabeza.

—Chico, ¿estás bien? —Louis, tambaleándose abrumado por todo esos sonidos, asintió y notó la mano del hombre en su brazo— ¿seguro?

Ante el toque, vio como unas imágenes inconexas entre sí aparecían frente a sus ojos por unas fracciones de segundos.

—Sí, solo dele al maldito botón —apartó el brazo del hombre con miedo de volver a ver esas imágenes— al tres —dijo oyendo como el hombre intentaba recordar si le dijo antes a qué piso iba.

Una vez en ese piso, bajó rápidamente por las escaleras, encontrándose con Payne.

—¿Bahar las escaleras fue para hacer cardio? —preguntó divertido.

—Cállate —lo agarró del brazo y lo sacó del lugar— He... visto algo.

—¿Qué has visto? —Liam sabía que Louis podía ver imágenes si las personas pensaban en ellas.

—No era... joder, no era un pensamiento, era un recuerdo.

—Eso está bien, ¿qué era?

—¡No está ni cerca de estar bien!, no tengo esa clase de clarividencia, yo no debería poder ver recuerdos, mierda. Cuando tocó mi brazo vi hogueras, cánticos italianos, mierda Liam, esto es fuerte.

—Quizá tu poder se acrecentó, no te preocupes, puedes irte, investigaré.

—No vuelvas a pedirme algo así, no quiero volver a hacerlo —Liam asintió, mirándolo compasivo.

Louis se fue a la residencia, solo quería estar en su habitación y olvidar lo ocurrido, pero cuando llegó a su amado refugio, vio encima de su cama una caja blanca, la abrió y observó unos auriculares bluetooth y un pequeño sobre. Al abrirlo y leer la carta que contenía, sonrió negando con la cabeza.

—Maldito hijo de puta.

Tengo unos iguales, son potentes, quizá te ayuda a combatir los molestos pensamientos ajenos con algo de música. –H.

Bien, quizá Louis no pediría el traslado de Harry.







Los dias pasaban rápidos en ese refugio que comenzaba a ver como un hogar, Niall había empezado a fumar, dijo que ahora era un chico malo, todo porque su rubio amigo había quedado embaucado de su compañero Zayn, el moreno, en cambio, no notó la fijación del rubio en él, lo cual al rizado le parecía extraño dado que siempre que Zayn salía a correr, Niall le esperaba con una toalla y bebida isotónica.

WITCHER ||L.S||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora