❅ 𝔰𝔢𝔦𝔰

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Había perdido la cuenta de las copas de champaña que me iba bajando hasta ahora. Los meseros pasaban ofreciéndote sin cesar y yo con mal humor y nada interesante para hacer decidí ponerme a beber así al menos levantaba un poco el ánimo.

Antes de dejar abandonado a Valentín en la terraza le dije que chiquita tenía la poronga y lo terminé empujando para sacármelo de encima y así poder regresar al penthouse.

No sabía qué era peor. Si rodearme de toda esta gente de nuevo o quedarme con él tolerando que me trate de nena cuando en realidad no soy una. Por las dudas me tiré para la primera opción.

Me ubiqué en una de las mesas libres que quedaban y dejé la copa a un lado acomodándome la ropa. El escote del body era muy pronunciado y no quería tampoco mostrar por demás, en especial porque nunca faltaba el descarado que se te acerca creyéndose el rey del mundo solo por tener plata.

Yo también soy de guita y la única pija que me interesa ya me desilusionó, no quiero buscar otra.

Me quedé tildada mirando un punto perdido en la nada misma tratando de no pensar en Valentín hasta que Dafne apareció para bajarme a la tierra de nuevo.

- ¿Me podés hacer un favor? - dijo firmemente parándose delante mío. No sonó como una pregunta, sino que ya lo daba por hecho. La miré arqueando una ceja y suspiré con pesadez.

- ¿Que querés? - respondí seca. No tenía ánimos para soportarla justo ahora.

- Necesito ir al baño y no quiero ir sola. - ladeó levemente la cabeza hacia uno de los lados y con su labio inferior formó un puchero de esos tan forzados que pone cuando me intenta comprar y no puede.

Entrecerré los ojos poniéndolos en blanco y me levanté sin acotar nada caminando junto a ella hacia el interior del lugar. Iba solo porque me estaba meando, no porque se lo merezca o para hacerme la buenita.

Atravezamos todo el tumulto y ya que estaba aproveché para buscar a Valentín con la mirada, sin encontrar ningún rastro suyo.

Capaz que se quedó arriba recalculando lo que pasó entre nosotros y arrepintiéndose de haberme rechazado el segundo chape.

Estuvimos un rato tratando de hallar el baño junto con Dafne y una vez que lo encontramos hizo cada una sus necesidades, reencontrándonos luego frente al espejo mientras me lavaba las manos.

Ella retocaba su lápiz labial y al terminar se acercó a mí llevándome puesta e irrumpiendo con lo que estaba haciendo. Me empujó de modo tal en que mi espalda rebotó contra la pared debido a su bestialidad y cuando quise devolvérsela o al menos mandarla a la mierda se adelantó y se impuso frente a mí.

- Escuchame una cosa pendeja tarada. - sujetó mi mandíbula con una mano y presionó los dedos en mis mejillas con tanta fuerza que seguro me dejó marcada.- dejá de hacernos quedar en ridículo y comportate, no necesitás andar dando siempre la nota.

Dafne me miraba desde arriba por el simple hecho de que era mas alta, y cabe aclarar que también tenía mas fuerza porque era mas corpulenta que yo. Me sentía una pulga en frente suyo y además dolía lo que me estaba haciendo, no solo físicamente.

- So-soltame... - balbuceé como pude y cerré los ojos al notar que los mismos se cristalizaban. Parecía que me iba a comer viva o algo así.

- Estás arruinando el apellido de la familia, siempre cagás todo con tu inmadurez de mierda. - me soltó pero no terminó ahí.- a ver si crecés de una buena vez y empezás a ser un poco mas agradecida.

Me miraba con desprecio y jodía no sorprenderme ni en lo mas mínimo porque así era ella, lo que hace no es nada nuevo y lo peor es que mis papás la alaban en todo. Si mamá estuviese acá se pondría de su lado, no del mío.

legado; wos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora