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Ya habían pasado dos meses desde que JungKook había llegado al pueblo y cada día se sentía más cómodo con Jimin, no siempre le hablaba, pero disfrutaba de su compañía. Sin duda el chico era mejor que la compañía de cualquier saiyajin.

Jimin lo entendía hasta cierto punto que otros no lo hacían, sabía que JungKook no hablaba mucho y que muchas veces prefería solo estar de brazos cruzados y con el ceño fruncido. Entonces no lo presionaba, ni lo molestaba. Respetaba a JungKook a un nivel que nunca nadie lo había hecho.

Y cuando JungKook hablaba, Jimin aprovechaba de tener la tan anhelada conversación y era feliz.

— ¿Y tu compañera Jungkook?

Automáticamente JungKook se tensa y como si tuviera peste se aleja de Jimin. La pregunta prácticamente hacía que JungKook tuviera dolor físico, de todas las preguntas, de todo lo que el menor podía sentir curiosidad, a lo único que no quería responder era a eso.

JungKook mira a Jimin quien estaba confundido por su reacción, los ojos del menor brillaban por curiosidad y querer saber lo que le sucedía al mayor, pero sin decir nada y sin importarle lo que podría pasar con el pueblo, JungKook se echó a volar dejando a Jimin solo.

El menor se quedó mirando el cielo donde se iba el saiyajin, no entendía muy bien lo que había sucedido con el hombre. De todo el tiempo que lo conocía, se preguntaba porque nunca hablaba de su compañera o porque no lo había visto interactuar con otros saiyajin.

Confuso Jimin se fue hacia su casa, planeando pedirle disculpas al saiyajin al día siguiente después de la escuela. Pero JungKook no estaba, ni el día siguiente, ni el siguiente a ese. Había otro saiyajin en lugar de él y cuando ya pasó una semana, ya no podía seguir con la duda, así que se acercó a preguntar.

— Disculpe, ¿qué pasó con el otro saiyajin?

El hombre miró a Jimin y le dio una sonrisa suficiente. — No hablo con débiles e inservibles terrícolas.

Jimin se sentía culpable. ¿Se había ido por su culpa? ¿Le había pasado algo?. Estaba tan triste, le gustaba la compañía de JungKook, no sabía si lo que sentía por el hombre era un simple enamoramiento pasajero o de verdad le gustaba, pero tenía la certeza que le gustaba tenerlo en su vida.

JungKook era tan diferente a él, y eso le atraía. JungKook lo comprendía de una manera que nadie lo hacía, generalmente todos le decían que se callara por su curiosidad, eran groseros o se aburrían de él. Pero JungKook se quedaba a su lado escuchándolo hablar, nunca le había pedido que se callara o lo trataba mal. El hombre era frío y distante, pero no era grosero con él. Por fin encontraba a alguien que se mostraba genuinamente cómodo con él y no quería perderlo.

Todas las tardes se iba a su casa decepcionado de no verlo, hasta que una noche mientras miraba el anochecer desde su cuarto, pensando qué le había ocurrido al saiyajin, ve cómo en la parte trasera de su casa una figura descendía del cielo. Su corazón se aceleró y con cuidado de no despertar a sus padres, salió de la casa.

Con solo acercarse un poco supo que era JungKook. Automáticamente sonrió, hacía días que no lo veía y su corazón se removió al tenerlo tan cerca. Pero cuando lo vio con más claridad se dio cuenta que estaba mal herido, aunque claramente tenía sus fuerzas reunidas igual se podía ver la sangre en su armadura junto con una gran herida que tenía su brazo. Jimin se alarmó y se acercó sin saber qué hacer. JungKook con un rostro neutro como de costumbre, observó el pánico en el rostro del más joven.

— Vamos adentro — Susurra apenas, aunque tenía todas sus fuerzas, las heridas de su cuerpo le dolían un poco y ansiaba poder descansar.

Jimin ni siquiera preguntó, con el mayor silencio que pudo, entró a JungKook a su casa y lo llevó a su cuarto. Mientras buscaba vendas y alcohol para desinfectar, JungKook descansaba en su cama totalmente imperturbable, distaba bastante del actuar nervioso de Jimin, quien trataba de no ceder el pánico que casi se apoderaba de él.

Durante la noche lo cuidó y lo observó dormir, sin duda había tenido una pelea, pero no podía entender con quién. Jimin sonreía para sí mismo al ver dormir al saiyajin, su rostro era mucho más sereno y ya no tenía su constante ceño fruncido, casi se podía decir que parecía un poco amigable. Resistió el sueño lo más que pudo, queriendo velar por el hombre mayor, hasta que ya no pudo más.

Sin darse cuenta se durmió en el suelo mientras que JungKook descansó en su cama. Pero a la mañana siguiente Jimin se despertó en su cama confundido, por unos segundos dio gracias al saber que era sábado, antes de poder procesar más información, vio que JungKook estaba despierto en el suelo a su lado.

— Durante la noche te puse en la cama y cambie de lugares — Explica brevemente y sabiendo que el menor no aguantaría más, responde las preguntas que se estuvo haciendo desde que lo vio ensangrentado.— Tuve una lucha con uno de mis compañeros en la nave y no quería quedarme ahí, como no conozco a nadie más, busque tu marca de poder... Tu lugar no es tan malo.

Jimin sonríe para sí mismo, muchos se podrían sentir ofendidos ante la poca gratitud que estaba mostrando el mayor, pero esa era la manera de JungKook de darle las gracias por permitir que pasara la noche y cuidarlo, solo diciendo que su casa no estaba tan mala como pensaba. Aunque tenía miles de preguntas por hacerle, decidió dejarlo pasar y en vez de ello, sin decir nada se levantó y se asomó para mirar la casa.

— Parece que mis padres salieron, ¿quieres comer algo?

El rugido desde el estómago de JungKook fue toda la respuesta que necesitaba.

Different planets →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora