15 ; último

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Meses más tarde.

Jimin guarda sus cuadernos con rapidez cuando el profesor da la clase por terminada.

— ¡Hey Jimin! — Girándose hacia donde venía la voz, ve a TaeHyung sonriéndole. — ¿Vienes con nosotros hoy a comer?

Desde que entró a la universidad en la capital, su vida había dado un cambio de 180 grados. Ahora tenía un grupo de amigos en los que confiar, quienes lo respetaban y lo querían tal cual como era, incluso si eso significaba ser la pareja de un saiyajin. Rápidamente se apegó a TaeHyung, quien al tener su misma edad compartían muchas cosas en común y él no tardó en presentarle a todos sus amigos, quienes lo acogieron como uno más.

— Lo siento, hoy es el día libre de JungKook — Hace una mueca.

— Oh, entonces no te detengo, no quiero saber cómo es cuando lo haces esperar.

A pesar de los grandes amigos que consiguió, JungKook todavía no lograba encajar, quizá era por su brusquedad y su naturaleza seria, pero Jimin apreciaba que lo intentara y que cada cierto tiempo lo acompañaba a sus salidas con amigos. Fue ahí cuando JungKook le admitió que en realidad al único humano que soportaba era a Jimin.

Despidiéndose, corrió hacia las afueras del campus. Estaba estudiando antropología, cuando le explicó a JungKook que era la carrera, el saiyajin le dio su aprobación ya que.

— Siempre logras hacer las preguntas más raras sobre mi raza, tu curiosidad encaja muy bien.

Tal como pensaba en su compañero, lo ve apoyado junto a un árbol esperándolo. Jimin sonríe al verlo con su traje formal, desde que fue desterrado de su raza, JungKook comenzó a trabajar en una agencia de seguridad, ya que sería lo más cercano a poder pelear con personas, aparte al ser el único saiyajin que trabajaba en eso, las celebridades y figuras más influyentes pagaban mucho dinero por tenerlo a él en su equipo de seguridad. A pesar de ello, JungKook había sido muy claro en que no le importaba el dinero, siempre y cuando le dejaran las noches y un día libre para estar con Jimin.

En un comienzo había sido extraño verlo pasar de su habitual armadura a un traje formal, pero Jimin estaba agradecido por la vista que ahora le regalaba JungKook.

— ¿Por qué te demoraste tanto? — JungKook frunció el ceño y gruñó cuando llegó a su lado.

Claro, su vida podía cambiar, pero JungKook nunca iba a cambiar su forma de ser.

— Lo siento, TaeHyung me detuvo para hablar — Levantándose en la punta de sus pies, dejó un beso en su mejilla.

— Mmmh.

Sin perder tiempo, JungKook lo alzó por los aires volando hacia la casa de ambos. Con el dinero que JungKook y un poco de apoyo de los padres de Jimin, compraron una casa para ambos, ya que JungKook le prohibió estrictamente un departamento puesto que estuvo tanto tiempo viviendo en la nave que quería su propio espacio junto con Jimin.

Cuando llegaron a su hogar, Jimin ordenó sus libros y cuadernos de la universidad, mientras que JungKook se quitó su traje incómodo para usar ropa deportiva. Al momento que llegaban a casa, JungKook siempre desenvolvía su cola, aunque era algo natural, Jimin siempre que lo veía hacía que su pecho se apretara. En su corta estadía en el planeta Vegeta pudo ver como todos los saiyajin eran recelosos de sus colas y ver a JungKook ser tan abierto con la suya alrededor de Jimin, era un acto significativo.

— ¿Qué quieres ver hoy? — Jimin pregunta sentado en el sofá buscando alguna película.

— Lo que sea — JungKook llega con diez bowls con palomitas de maíz y deja uno al lado de Jimin, mientras que el resto eran para él.

Colocando lo primero que se le ocurrió, se sentaron juntos a ver la película, Jimin se acurrucó a un costado de JungKook mientras que él a regañadientes lo envolvió con su brazo.

Jimin suspira de felicidad.

¿Qué sucede? — JungKook pregunta a través del vínculo.

Jimin lo mira con una sonrisa, encontrándose con el ceño fruncido de JungKook.

— Te amo.

— Mmh...

Different planets →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora