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Durante una semana Jimin y JungKook estuvieron viajando en una nave más pequeña, apta para dos personas y con los suministros necesarios para vivir una semana. Durante el primer día Jimin no podía dejar de mirar por las ventanas de la nave, estaba asombrado del espacio y las estrellas, aunque JungKook se burlaba de él, no le importaba.

— Siempre dire que los humanos son estúpidos por no permitir que toda su población viaje al espacio — JungKook dice mientras veía a su compañero con la mirada fija en una de las ventanas.

— Por eso tengo la suerte de tener un compañero que sea tan bueno conmigo y me lleve al espacio — Jimin se ríe al ver la mirada mortal que le dio JungKook, en el corto tiempo juntos se dio cuenta que el saiyajin no era para nada romántico. 

A medida que pasaban más tiempo juntos, Jimin se asombró de la dualidad que tenía JungKook. Siempre era gruñón y estaba enojado todo el día, incluso más de una vez le habló fuerte a Jimin, pero cuando estaban en la intimidad de su cuarto, JungKook siempre se aseguraba de tenerlo a su lado en la protección de sus brazos. Nunca le decía algo, nunca expresaba lo que sentía, pero secretamente podía ver como había una suavidad en sus ojos cada vez que JungKook lo miraba.

El día que llegan al planeta Vegeta, JungKook se asegura de colocar un brazalete en la muñeca de Jimin.

— ¿Para qué es esto? — Jimin pregunta.

— La gravedad del planeta Vegeta es diez veces superior a la de la tierra, esto te permitirá caminar como si estuvieras en tu planeta.

Cuando aterrizaron, Jimin casi se cae al suelo ante el impacto de estar en tierra firme, pero JungKook lo sostuvo con un brazo. Jimin le da las gracias a través de su vínculo con una sonrisa tierna, mientras que el saiyajin solo le gruñe de vuelta y susurra en voz baja para sí mismo. — Es tan débil...

El primero en salir de la nave fue JungKook, mientras que Jimin lo seguía por detrás. JungKook cargaba un bolso con las cosas de los dos y para sorpresa de Jimin, tomó su mano y la sostuvo con fuerza, cuando iba a preguntarle sintió que les hablaban.

— Así que es verdad, volviste JungKook... Pensé que cuando volvieras de tu exilio habrías cambiado, pero sigues siendo el mismo raro de siempre — Jimin quiso girarse a ver quién hablaba, pero JungKook tiró con fuerza de su mano y volvió la vista al frente.

Mientras caminaban, Jimin se dio cuenta que a su alrededor todos estaban murmurando, habían algunos que hablaban directamente con JungKook, pero el saiyajin los ignoraba y seguía su camino.

JungKook estaba tan acostumbrado a ese trato, pero de vez en cuando miraba de reojo a Jimin para verificar que estuviera bien. JungKook podía sentir la inquietud y el asombro a través de su vínculo, aunque JungKook le había advertido a Jimin sobre los saiyajin, sabía que su inocente compañero aún así esperaba un mejor trato.

Alza la mirada, no dejes que te amedrenten. 

Jimin se giró a verlo y solo asintió con fuerza al sentir la voz en su cabeza.

Necesito ir a casa de mis familiares para informar de mi llegada, estaremos ahí por un rato, así que no hables.

Jimin se queda callado y no dice nada, no entendía mucho el actuar de JungKook y pensó que quizá no quería que conociera a sus padres por no ser un saiyajin, pero prefirió no refutarlo. Sabía que JungKook lo había traído a regañadientes y no quería presionar su suerte.

Cuando dejaron el área de las naves, comenzaron a caminar por la civilización. Las casas eran en su mayoría todas iguales, eran de forma circular y de color café, mantenían un diseño bastante rudimentario a diferencia de su avanzada tecnología, pero Jimin lo atribuyó a la poca importancia al hogar que tenían los saiyajin. Solo con ver el cuatro de JungKook una vez, se dio cuenta que no estaba apegado a él, ya que la mayoría del día estaba trabajando y solo usaba el lugar para dormir.

Different planets →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora