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Luego de la cena con sus padres, Jimin tuvo una de las revelaciones más incómodas de su vida.

— Entonces... ¿Cómo es la ceremonia?

JungKook lo miró durante unos segundos, antes de esbozar una de sus extrañas sonrisas de lado arrogante.

— Nos tenemos que aparear.

Ambos acordaron que era mejor hacerlo en la nave de JungKook y Jimin se sintió mucho más nervioso, nunca había visto una de las naves saiyajin y mucho menos había entrado a una, pero estaba emocionado, quería verla y realmente quería estar con JungKook. Estaba en su habitación esperando a JungKook, mientras veía el atardecer. Sus manos estaban algo sudadas y apenas podía pensar con coherencia.

Se sobresalta al escuchar un ruido desde su ventana y observa la mirada siempre aburrida de JungKook.

— ¿Listo?

Jimin asintió sin poder hablar, JungKook lo toma de la mano y lo acerca hacia la ventana. El saiyajin salió primero y se quedó flotando frente a ella. Jimin lo miró con pánico, le parecía fascinante la habilidad que tenía JungKook para volar, pero ahora que estaba teniendo la oportunidad de hacerlo le dio miedo. JungKook al notar lo que pasaba por la mente del chico solamente resopla y sin preguntar lo toma entre sus brazos, sacándolo de la habitación jalándolo escuchando un grito de Jimin.

Durante los primeros segundos que estaban en los cielos, Jimin no dejó de gritar, pero no fue hasta que notó que JungKook no lo iba a soltar, que se relajó y comenzó a apreciar la vista. Todo el pueblo se veía de una forma distinta, desde la distribución de las casas que se podía apreciar de manera clara, hasta los distintos colores que habían en la civilización. Jimin sonrió y miró a JungKook, el saiyajin tenía la vista fija al frente completamente serio, como si fuera ajeno a todo lo que Jimin estaba viendo.

JungKook hace mucho tiempo había perdido la fascinación por volar, ahora era como una segunda naturaleza en él, pero admitía que era divertido ver que Jimin parecía tan asombrado. Recordaba vagamente haberse sentido igual cuando aprendió a volar. 

Cuando llegan frente a la nave, JungKook desciende con cuidado y deja a Jimin en el suelo con delicadeza, muy diferente a la forma que lo hacía cuando estaba peleando. Donde arrojaba a sus enemigos metros antes de tocar el suelo para hacerles daño. Jimin no era uno de ellos.

Jimin mira la nave frente suya, era de forma ovalada, de color blanco con algunos círculos amarillos que suponía eran las ventanas, tenía unas patas que salían de ella para poder sostenerse y no tocar el suelo con totalidad. Aunque quería apreciarla mucho más, fue un empujón de parte de JungKook lo que lo movió.

Siguiendo al saiyajin medio paso detrás, trataba de poder seguirle el ritmo y a la vez poder apreciar el lugar. Por dentro la nave tenía un aspecto mucho más sofisticado, todavía mantenía sus colores blancos, pero el suelo era morado, los pasillos eran estrechos y Jimin supuso que se debía al tamaño de las habitaciones, ya que por fuera se podía ver que la nave permitía la vivienda de mínimo 200 saiyajin.

JungKook mientras caminaba vigilaba tanto su espalda como el frente y echaba miradas de reojo a Jimin. En un comienzo no le agradó mucho la idea de llevarlo a la nave, pero era el único lugar donde tendrían la suficiente privacidad. Así que aceleró el paso y verificó que Jimin lo estuviera siguiendo, luego satisfacería toda la curiosidad del chico, ahora necesitaba llevarlo a sus cuartos.

Tomando su mano, lo adentra a su habitación y cerró con seguridad. No quería que nadie los molestara. Cualquiera que osara a interrumpir, sería destruido personalmente por JungKook.

Different planets →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora