10

3.6K 459 120
                                    

Aunque no le gustaba la idea, había sido el mismo JungKook quien dijo que primero debía presentarse a los padres de Jimin. Si hubieran estado en el planeta Vegeta, hubiera tenido que ir a la casa de Jimin y exigir una pelea con el padre para demostrar que era un compañero apto, pero como no podía hacer eso, pensó que era mejor apegarse más a las tradiciones de la tierra e ir a hablar con el padre de Jimin y pedirle su permiso para hacer al chico su compañero.

En un comienzo fue difícil, porque Jimin había insistido que JungKook usara algo más que su tradicional armadura, JungKook se sintió ofendido porque esa era su manera de demostrar su valía para ser su compañero, pero Jimin le recordó que eso no era importante en la tierra. A regañadientes aceptó usar algo de la ropa terrícola.

Jimin le consiguió unos pantalones negros de tela y una camisa azul oscura. Metiéndose en la casa a través de la ventana de Jimin como de costumbre, el chico lo dejó solo para que se vistiera. Mientras se ponía la camisa se divirtió al ver el color, en el planeta Vegeta el azul se reservaba como el color del Rey al igual que el rojo. Pero eso Jimin no lo sabía, así que simplemente aceptó las prendas que le entregó el chico.

Una vez listo, con su cola enrollada incómodamente bajo las ropas, Jimin le pidió que saliera y esta vez entrara por la puerta principal, ya que según él era más correcto. Sin entender JungKook le hizo caso, realmente no veía el punto de hacerlo salir y entrar por otro lado.

Al momento de presentarse a los padres de Jimin, estaban algo distantes con él, y a medida que avanzaba la cena se acentuaba más.

— ¿Cómo reciben a la gente como ustedes en tu planeta, JungKook? — La madre de Jimin pregunta.

— Son repudiados socialmente y algunas veces son desterrados — JungKook responde con brusquedad como era normal de su parte.

Jimin realmente quería a JungKook, pero en ese momento deseaba que la tierra lo tragara. El saiyajin no lograba hacer puntos a favor con sus padres. Y definitivamente no lograría nada si no dejaba de lado su brutalidad.

— ¿Cuántos años tienes?

— Veintisiete.

El padre de Jimin se atragantó con un pedazo de comida y la madre de Jimin rápidamente trató de ayudarlo, mientras miraba con desconfianza a JungKook. — Pero si pareces de la edad de Jimin.

— Es mi genética — Se encoge de hombros con el ceño fruncido. — Como somos una raza destinada a luchar, nuestra vitalidad es importante, por lo que un saiyajin promedio vive cien años sin perder su cordura o agilidad.

Esta vez fue Jimin quien frunció el ceño. ¿O sea que cuando Jimin envejezca sin parar, JungKook se seguirá manteniendo más joven?.

— Jimin nos dijo que le gustaría... ¿Cómo fue la palabra que dijiste? — El padre de Jimin claramente no le gustaba JungKook, pero el saiyajin no se veía afectado por la actitud del hombre, había peleado con todas las razas más fuertes del universo, un humano no lograba intimidarlo.

— Quiero ser su compañero — Jimin responde rápidamente dejando ver su ansiedad, no le había explicado a sus padres el significado verdadero, pero les había dado una idea general.

— Exacto, dice que es equivalente del matrimonio en tu planeta, pero para ser sinceros no te conocemos, es la primera vez que te veo y no creo que pueda confiarte a mi hijo. Ni siquiera eres su novio — El padre de Jimin le da una mirada rápida a su esposa y ella sonríe con complicidad.

— Jimin, ¿por qué no vamos a ver el postre juntos?

El chico sabía lo que se venía y lo único que pudo hacer fue darle una mirada alarmante al saiyajin, pero JungKook lucía tan estoico como siempre. Su corazón se rompería en mil pedazos si no lograba ser el compañero de JungKook, aunque sin duda quería mucho al saiyajin, sabía que su brusquedad e indiferencia no lograría ganarse a su padre. Con una mirada triste se retiró del comedor junto a su madre, para dejar a los dos hombres solos.

— JungKook, seré sincero, no me gustas para mi hijo.

— Lo sé, y si estuviera en tu posición tampoco confiaría en mí — JungKook no parecía afectado por las palabras del hombre.

El padre de Jimin quedó en silencio al escuchar sus palabras, sin entender.

— Los humanos no entienden el real significado de ser compañeros, así que por eso tienen esa terrible excusa de ceremonia llamada matrimonio. Cuando un saiyajin habla de tomar un compañero quiere decir que pasará toda la vida con esa persona, será leal, fiel y devoto, que sin importar que suceda nunca lo dejará, porque de eso se trata todo esto — JungKook mueve su mano en una señal de desdén. — Un saiyajin busca un compañero que lo pueda complementar, un compañero fuerte, capaz de estar a su lado en el campo de batalla y que juntos puedan prosperar... Jimin no es nada de eso, es débil, terriblemente débil e ingenuo, si fuera a la guerra sin duda lo matarían desde el comienzo.

— ¿Tú dejarías eso? — Había leído las noticias, cuando los saiyajin dejaban que mataran a los camaradas que no eran lo suficientemente fuertes, argumentando que los débiles eran una vergüenza para su raza.

— No — JungKook se enoja ante la idea y se sintió ofendido. ¿El hombre no lo había escuchado? Le acaba de decir todo lo que representaba un compañero y aún así se atrevía a preguntar si dejaría que lo mataran. — Alguien tiene que cuidar a Jimin, y yo lo haré, incluso si él no quiere que lo proteja y pelee por él. Con orgullo lo defendería de cualquier peligro.

El padre de Jimin miraba al saiyajin frente suyo. El guerrero en ningún momento habló de amor o apeló al romanticismo, pero a pesar de ello, podía ver cuánto le importaba su hijo, la forma en la que sus músculos se tensaron de ira y su ceño se acentuó cuando pensó en la idea que alguien dañara a Jimin. No le terminaba de gustar la idea sobre que este hombre fuera el esposo de su hijo, pero sabía que si no daba su aprobación Jimin nunca le volvería a hablar. Y tampoco estaba dispuesto a pelear contra un saiyajin.

— Sé que aquí en la tierra tienen una forma de romper sus vínculos... En el planeta Vegeta eso no existe, pero si llegara el momento que Jimin ya no me quiera, sin duda lo dejaré irse.

Ante la sola idea de aquello, lograba enfermar a JungKook. Separarse de un compañero nunca era una opción. Pero debía aceptar las diferencias entre las crianzas distintas de ambos y aunque le dolería como la mierda y probablemente moriría, estaba abierto a la idea.

Antes de poder seguir conversando, la radiante madre de Jimin apareció junto al menor quien tenía un aura de tristeza. Al encontrarse con los duros ojos de JungKook, Jimin no evitó suspirar de infelicidad.

El padre de Jimin captó aquello y dejó caer sus hombros derrotado dijo. — JungKook no entiendo tus tradiciones, ni mucho menos tu cultura... Pero estoy seguro que cuidarás a Jimin mejor que cualquier humano.

Ante sus palabras, Jimin saltó y se arrojó a los brazos de su padre repartiendo besos en todo su rostro — ¡Gracias, gracias, gracias, eres el mejor padre del universo!

JungKook nunca lo admitiría en voz alta, pero se sintió aliviado. 

Different planets →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora