𝐌𝐎𝐑𝐓𝐀𝐋𝐈𝐓𝐘
❝El caos siempre estuvo a mi lado.❞
𝐉oy ya se había enfrentado al caos en la tierra, ahora, debía hacer todo lo posible para evitar que alguien más lo provoque.
☤ ━━ joy williams series & betra...
ESPECTRO, capitulo veintiuno: las respuestas del legado!
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Washington D.C, Estados Unidos — Junio del 2015, 2 años después.
JAKE MULLER APARECIÓ EN LA CASA DE LA FAMILIA REDFIELD-WILLIAMS UN VIERNES POR LA TARDE, debido a que Sherry Birkin le comentó que ambos volverían de una misión en México por la mañana. Joy volvía de la base mientras que Chris se encargaba de las compras para reabastecer la casa, mientras que ambos confiaban en que su hija de once años era lo suficientemente sensata para poder quedarse sola en la casa por unos cuarenta minutos (lo que duraba su serie de televisión favorita). Era más que claro que ambos padres llegarían al mismo tiempo a la residencia, aparcando los coches correspondientes, hasta que se toparon con una motocicleta aparcada en el camino a la puerta principal. Chris Redfield creyó por un segundo que su hermana vino a darle una visita a su sobrina y hacer una inspección de cómo ellos estaban.
Sin embargo, él conocía el modelo de la motocicleta de Claire.
(Joy, quien también tenía conocimiento, fue quien dedujo que había otra persona en la casa.)
La pregunta que se hicieron los dos antes de desenfundar sus pistolas era quién sería lo suficientemente estúpido para intentar robar una propiedad que era vigilada constantemente, que tenía a una niña dentro y que cualquier alarma podía dispararse alertándolos a ambos en segundos. Una casa que pertenecía a agentes especiales contra el bioterrorismo. Esa casa tenía al menos unas siete pistolas escondidas en diferentes lugares, todas cargadas y fuera del alcance de Zella Redfield.
El matrimonio se movió rápidamente por la parte trasera de la propiedad, Joy sacó la llave de la puerta y logró introducirla sin hacer ruido. Ambos se escabulleron en la cocina, buscando alguna señal de forcejeo o lucha (si es que Zella se resistía) y se detuvieron al escuchar que la televisión seguía encendida. Ambos se agacharon para poder dirigirse al pasillo que los llevaría a la sala de estar.
Esperaron para salir, contando hasta tres.
La voz de Zella los hizo detenerse en sí—¿Qué están haciendo ahí escondidos?
Los dos agentes de la Alianza salieron de su escondite, armas en mano y expresiones confundidas: topándose con la niña de piel morena, su cabello suelto y reluciente, junto a un muchacho que era al menos unos doce años más que ella. Muller, quien estaba sentado al lado de Zella, soltó una carcajada ante la estupidez que cometían los agentes. La menor de la familia Redfield, molesta, le dio un manotazo en el brazo al colorado y le quitó las palomitas de maíz de su mano — haciendo que este la mirara ofendido.
—¡Oye!¡Dame eso!
Zella le sacó la lengua—Eres grosero, no hay palomitas para ti.
