xvii. encrucijadas contra el reloj

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VIEJOS DEMONIOS,
capitulo diecisiete: encrucijadas contra el reloj!


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          JOY WILLIAMS BAJÓ SU MANO A UN COSTADO, acomodando sus hombros que estaban tensos, mientras que intentaba digerir la nueva información que le había dado la Central en referencia al paradero de Ada Wong. Ella definitivamente estaba en la ciudad, eso era seguro, y al parecer estaba cerca de su ubicación — donde podría ser más sencillo el acudir a la asiática, arrestarla y terminar con todo el circo que había creado en China. La rubia bajó su vista, fijándose en la pistola que tenía en su otra mano, la cual pertenecía a Samuel Nilssen; su cuerpo desintegrándose en aquella habitación podrida junto con los restos de Marco. Aún tenía seis balas de las ocho que permitía el cargador y ella se encargó de ponerle el seguro antes de ponerla en la pistolera que llevaba debajo de su axila. Cerró los ojos por un momento, respirando hondo para poder mantenerse serena: no solo por ella, si no por su equipo, teniendo en cuenta de que cuatro de sus integrantes estaban fuera de peligro y uno de ellos estaba muerto.

          Respiró dos veces.

          Era lo que ella debía permitirse, al menos, un descanso.

          (Se encargaría de pedir todo un maldito mes de vacaciones, eso era seguro.)

          —¡A todas las unidades, se ha avistado a Ada Wong en el puerto de Wayip!—confirmó Central, resonando en las comunicaciones de todos los pelotones desplegados—. El equipo Alfa está en persecución, necesitamos todos los refuerzos posibles. Esta mujer es peligrosa.

         Y diablos que lo era.

          Joy avanzó hacia las escaleras, sintiendo que su marido la seguía de cerca, no solo con la mirada, sino por el calor que irradiaba de su cuerpo y de alguna manera ella intentó de centrarse en ello. Chris Redfield no emitió ninguna palabra, al menos desde que Joy fue clara con sus órdenes y el puesto que cubría el ex capitán del equipo Alfa — sin embargo, él se concentraría en mantenerse lo suficientemente cerca de su mujer gracias a la advertencia. Dieron con el puerto al bajar por las escaleras, donde Joy pateó la puerta para poder avanzar sin problemas, Fiona y Piers cuidando las espaldas de ambos.

         —¿Hacia dónde vamos, capitana?—le preguntó Fiona.

         —Según la central, la perra no está tan lejos—señaló Joy manteniendo su rifle de asalto a una altura considerablemente alta—. Puede que la encontremos aquí.

         —¿Tenemos...permiso para disparar?—inquirió Piers a un lado.

         Joy se detuvo, sintiendo la mirada penetrante de Chris sobre ella y la rubia levantó la mirada, ambos chocándose en el camino. Parecía que él estaba observando qué era lo que ella haría con su decisión, dándose cuenta de que su mujer nunca llegaría a matar a nadie a sangre fría — incluso si esta hacía hervir su sangre como lo hacía en ese momento. Joy no sería capaz de matar a nadie sin antes traerlo a la justicia, luego, la rubia podría demostrar lo implacable de su personalidad con aquellos métodos "poco ortodoxos", como ella lo nombra.

MORTALITY ━━ Chris Redfield ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora