viii. máxima saturación

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NUEVOS DIOSES,
capitulo ocho: máxima saturación!


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          JOY PODÍA SENTIR CÓMO EMPEZABA EL PRINCIPIO DEL FIN, generando un sabor amargo en su boca que no tenía ni idea de cómo se lo quitaría. Por un momento, ella agradeció el poder vomitar luego de tanta adrenalina, como si ella se sacase un peso muy grande de encima. La rubia se ajustó los guantes, acomodando detalles disparejos de sus arneses y corroborando que sus armas estuviesen en perfecto funcionamiento. Sheva hizo lo mismo, acomodándose una venda de una herida en la cual Joy no estuvo presente en el momento que ocurrió; sin embargo, ella podía confiar que su marido haría lo necesario para poder mantener a su nueva compañera a salvo. Chris, por su parte, ella podía sentir un claro escepticismo con toda la situación; además de que se trataban de muchas emociones juntas luego de casi dos días de estar al límite constantemente. Primero Wesker, luego Jill, después casi perder a su mujer bajo las garras de Wesker, luego matar a Excella y luego recuperar a Joy. Parecía casi una pesadilla que no tenía fin.

          Y ahora, ya no quedaba más opción.

          Ellos tenían que detener a Albert Wesker.

          Luego de años y años, finalmente era terminar la misión desde un principio.

          (Joy aún recordaba la primera vez que conoció al rubio.)

          La vida y la muerte nunca fueron justas para nadie, Joy Williams, pero supongo que eso lo sabes muy bien.

          Albert Wesker, un hombre de naturaleza casi intimidante como lo fueron sus superiores, fue una persona a la que Joy llegó a considerar como a un mentor durante sus meses en STARS; una persona con tal sabiduría que construía muros con su personalidad estoica y con su iniciativa de acción medida y calculadora. Una persona que detectó sus ataques de pánico, sus propios demonios, su propia miseria y decidió hacer algo al respecto con ello. Sin embargo, toda esa construcción que él había hecho y que la propia Joy había hecho de él concluyó por derrumbarse aquella noche en el incidente de la Mansión Spencer en las montañas Arklay — todo eso se hundió al momento de saber que el propio capitán del equipo Alfa de STARS, la persona en quien confiaron por meses (incluso años), fue una de las personas implicadas de la infección y de las horrendas muertes ocurridas en aquel tiempo. Joy y Chris, quienes durante ese momento fueron forzados a ser compañeros, no pudieron sentir más que odio y repulsión por su capitán — finalmente decepcionándose por haber caído como idiotas a ese lugar.

          Tal vez, la naturaleza de ciertas personas era de esa manera.

          Wesker se excedía mucho de ello.

          ¿Seis mil millones de gritos de agonía?

          El tipo estaba loco.

          Había nostalgia en eso, también. Ver como un hombre a quien creían sano ser cegado por poder, por la necesidad de controlarlo, de hacerlo suyo y de nadie más. Parecía ser una posesión que podría cegar a cualquiera, produciendo cataclismos, produciendo que la agonía del mundo llegue al punto crítico. El deterioro de esa cordura parecía ser la peor enfermedad de todas y se estaba cobrando la vida de varios terroristas que intentaban ir por ese camino. Joy y Chris esperaban que Albert Wesker fuese la última persona de la faz de la tierra en ser de dicha naturaleza; ellos mismos se encargarían de cortar aquella raíz de una vez por todas, dejando que todo ser se marchite y que los gritos de agonía se apacigüen en el nuevo orden. Sin embargo, la única incógnita que quedaba en ese momento era la siguiente: ¿acaso ellos morirían en el intento?

MORTALITY ━━ Chris Redfield ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora