xxii. un conflicto quebrado

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ESPECTRO,
capitulo veintidós: un conflicto quebrado!


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Washington D.C, Estados Unidos — Año 2017, dos años después.

          EL BIOTERRORISMO PARECÍA SER LA MALA HIERBA QUE NUNCA MORÍA, incluso si eso agotaba recursos, siempre había otra manera de hacer más daño en el planeta y a la gente que habitaba en ella. Joy no podía comprender de dónde venía todo eso, cual era la raíz que creaba a los terroristas que provocaban tales brotes. Parecía un chiste que, al cortar una cabeza, dos salían de la herida, como si se tratase de una maldita hiedra que se multiplicaba más y más hasta el punto donde uno se perdía entre tanto caos y ganas de ver el mundo arder debajo de sus pies. Tanto Chris como Joy, ya a sus cuarenta y cuatro años de edad, debían tener en cuenta que les tomaría algunos años más el retirarse del campo de batalla — lo cual parecía una mierda, pero con tan solo tener la misión de volver a Zella y hacer de ese mundo donde vivían un lugar seguro: eso era lo que mantenía sus pies en la tierra.

          Eso era lo suficiente.

          Sin embargo, el tiempo no se detenía para los dos agentes.

          (El tiempo avanzaba y esa era la mera nostalgia que los acompañaba.)

          Ambos envejecían y Zella Redfield crecía.

          La muchacha de piel morena ya tenía trece años, entrando de lleno en la etapa de la adolescencia y ninguno de los dos se había preparado para ello — justo como cualquier padre, nadie está listo para afrontar que un hijo ya empieza a depender menos de uno. Chris no quería ni imaginarse el día en el que Zella le dijese que ya no lo necesitaba, llegó a espantarlo lo suficiente como para hacerlo un poco más estricto y sobreprotector. Joy estaba replanteándose cosas y actitudes que tendría que tener frente a su hija para forjar una buena relación: una relación basada en completa confianza y honestidad, como cualquiera (menos el tipo de relación que tenían Chris y ella, eso era algo absolutamente distinto). Ambos decidieron redoblar sus esfuerzos para mantenerse con vida, para poder procesar esa etapa que podría ser la última antes de que Zella decidiese qué quería hacer con su vida.

          Damas y caballeros, eso era lo que asustaba al matrimonio Redfield-Williams por igual.

          Zella no venía de una familia de literatos o artistas prestigiosos.

          No.

          Definitivamente no.

          Ella provenía de una familia que fue masacrada en un brote, siendo adoptada a una familia donde sus padres eran soldados, personas que utilizaban armas para destruir, donde los traumas los azotaban con más y más fuerza, donde la muerte los seguía cada vez que ellos iban a una misión. La muchacha estaba siendo criada por una familia de héroes sin capa, en un hogar altruista que escondía armas de gran calibre en siete lugares diferentes y que tenían un estudio con equipo tecnológico suficiente como para hackear al mismísimo Pentágono (Nota aparte: Zella no llegó a tal punto de hackear el Pentágono, pero Kiya le enseñó un par de trucos). A pesar de tener grandes gustos en la literatura, en el arte, en las manualidades, lo que ellos más temían era que su hija algún día les dijese que le gustaría empezar un entrenamiento militar como agente.

MORTALITY ━━ Chris Redfield ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora