Mismo día, diferentes perspectivas.

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Capitulo 5

Elena

Es domingo y esto para mí no genera ninguna diferencia a cualquier otro día, ya que, tengo aproximadamente dos años trabajando desde casa y solo debo presentarme en mis empresas en casos de emergencia o juntas en las que se requiera mi presencia. Aunque este domingo es diferente de todos los demás de año.

Pero el hecho de trabajar desde casa, eso no significa que pase todos los días aquí. Gran parte del tiempo suelo irme sola de viaje a otras ciudades, a veces por trabajo, pero casi siempre por diversión. Soy fan de la naturaleza, disfruto mucho estar sola frente a un hermoso paisaje que no ha sido tocado por el hombre. Pero hoy no me apetece salir sola, así que invitare a Alina, aunque dudo mucho que quiera.

Toco su puerta un par de veces, pero no tengo respuesta, así que intento abrir la puerta, pero tiene seguro y esas no son buenas señales en mi hermana. Justo cuando estoy por ir a buscar las llaves de su habitación, escucho como quita el seguro y me abre la puerta. Y veo a mi hermanita con sus ojos hinchados y yo sé el porqué, es que hoy es un día delicado para nosotras, porque un día como hoy nuestra madre se suicidó y fue Alina quien la encontró, solo tenía 11 años y tuvo que enfrentarse a esa terrible escena.

La abrazo rápidamente y ella continúa llorando en mi hombro.

Elena: Estoy contigo pequeña, y nunca te dejare. Me escuchas, siempre estaré contigo.

Alina: Lo sé.

Elena: ¿Qué quieres que te haga de comer?

Alina: No quiero nada, gracias.

Elena: ¿Quieres salir de aquí?

Alina: ¿A dónde vas a llevarme?

Elena: Podríamos ir a alguna playa o a una montaña, esta vez decides tú.

Alina: ¿Me dejarías sola en casa?

Elena: No me parece buena idea.

Alina: Por favor.

Elena: Prométeme que estarás bien.

Alina: Lo prometo.

Elena: Te amo, mi pequeño Koala.

Alina: Y yo a ti King cobra.

Ambas nos reímos ante la mención del animal, salgo y la dejo sola. Tal y como le gusta estar.

Decido que pasare la tarde en una casa que tengo en la playa, así que me pondré un vestido blanco de tiros que baja más allá de mis rodillas, se me ajusta en la cintura, pero hacia abajo es más suelto. Tomo mi celular y lo guardo en mi cartera junto a las llaves de la casa a la que iré. Por lo que no necesito llevar nada más, porque lo que necesito ya está allá.

...

Una vez estoy en mi destino, me coloco uno de los trajes de baño que tengo aquí, me preparo un trago y me recuesto en la hamaca de afuera. Para evitar ponerme nostálgica y pensar mucho en mi madre, me pongo a revisar mi celular y recuerdo que iba a revisar los mensajes de ese tal Eddie Pantaleón.

Eddie: Hola

No sé si me recuerdes

Soy el chico que te atendió en las oficinas del banco.

Soy un chico de pelo negro, tez blanca y ojos miel.

No sé si me recuerdes.

Pero espero que sí.

También espero, que no decidas ignorar mis mensajes.

Y no me gustaría que pienses que soy un acosador o algo así

Tramposo DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora