De vuelta a casa

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-¿Y cuántos más son biónicos?-preguntó Thomas una vez que estábamos sen el avión.

Le había llamado la atención el tema. No sé si alegrarme o no.

-Sólo unos pocos más, ¿por qué?

-Espera-dijo-. ¿Pero no erais bastantes espías infantiles?-yo asentí-. Entonces, ¿cómo puede ser que sólo dos más sean biónicos?

-Porque a todos nos alteraban la genética, pero no de la misma manera. A mí me la alteraron con biónica, pero a otras personas cambiaron su ADN.

-¿A qué te refieres con cambiaron?

-A que mezclaron su ADN humano con ADN animal.

-¿Y qué animales?

-Variados. Desde un lobo hasta un tigre. Mi mejor amigo tiene ADN de lobo.

-¿Y cómo se llama?

-Tyler.

-¿Crees que lo verás?

Me reí.

-Por supuesto.

-¿Cómo estás tan segura?

-Porque aunque tenga ADN de lobo, ni siquiera sabe controlar el lobo que hay en él. Así que las misiones a las que va no son muy peligrosas, por lo tanto, sé que está bien.

(...)

Después de un largo viaje en el que Thomas no dejó de preguntar, llegamos. Una vez en el aeropuerto, vino un coche de la OSS para recogernos.

Cuando llegamos, lo primero que vi fue a mi mejor amiga, Bella. En cuanto me vio, salió corriendo hacia mí y me abrazó con tanta fuerza que creí que me rompería en dos. Después se acercó Tyler. Me abrazó como nunca antes, y me alzó en al aire mientras lo hacía. Después de separó y me sonrió. Les presenté a Thomas y, a decir verdad, hicieron muy buenas migas.

Pero eso no es lo importante. Tyler quiere que le ayude a controlar a su lobo. Además, ahora que estoy en Coconut Cove (así se llama mi ciudad, no podrían haberle puesto un nombre más raro) iré al insti de nuevo. Y Thomas se vendrá también, él está donde yo estoy.

(...)

-¿Entonces qué será lo primero de mi entrenamiento?-preguntó Tyler.

Me puse a pensar.

-No tengo ni idea. Ya se me ocurrirá algo.

(...)

No tuve tiempo ni de pensar en nada, esa noche, Tyler se transformó en el lobo que era y (creo) que se cargó a una mujer que pasaba por em bosque. Mi padre (aparte de espía) era policía y se acercó con la patrulla por allí, y tuvo un encuentro con Tyler en plena transformación. Se puede decir que ahora, estoy enfadada con él.

Ahora mismo estoy en clase de Química, el profesor aún no llega. He visto a Tyler entrar con la puerta, con Bella detrás y él le ha dado un beso en la mejilla antes de irse a sentar detrás mío. ¿Ahora son novios? Qué grandes amigos que no me lo cuentan. Me miró justo al pasar por mi lado, y yo le devolví la mirada, algo cabreada. Sé que no debería porque no se controlaba, pero no puedo evitarlo. Además, me atacó a mí también. Me dejó un buen arañazo en la pierna. Me intentó matar, pero en cambio a Bella no. Ya entiendo por qué.

-¿Sigues sin querer hablarme?-me preguntó, yo no respondí-. Por lo menos dime cómo está tu padre. Si sólo han sido golpes, si es un moratón-mientras el hablaba, yo movía la lengua dentro de mi boca, aburrida, y me daba toquecitos en el interior, en la zona de la mejilla-. ¿Nada grave?-suspiré-. Sabes que me siento fatal por ello, ¿verdad? Vale, ¿y si te digo que he ido a pedirle ayuda a Dave-¿Dave? Él fue el que lo transformó en el híbrido que es ahora. Esto puede ser interesante, si le está enseñando, a lo mejor... No. Dijo que yo era su mentora, y no debería confiar en él-. Quiero acabar con todo esto.

Suspiré de nuevo.

-Si te hablar te diría que eres un idiota por confiar en él.

-Ya.

-Pero como no te hablo...

Me estaba matando la curiosidad. Justo sonó el timbre que anuncia a el principio de la clase. Me tragué mi orgullo y me giré bruscamente.

-¿Qué te ha dicho?-le pregunté, a lo que él sonrió.

(...)

-¿Quiere que despiertes lo peor de tu instinto animal?-le dije estupefacta, justo al salir de clase. Bella iba a otra clase así que no venía con nosotros.

-Sí.

-Corrígeme si me equivoco, pero cada vez que lo haces intentas matar a alguien. Y casi siempre soy yo.

-Lo sé. Por eso dice que no sabe si puede enseñarme. Tengo que llegar a controlarlo.

-¿Y cómo va a enseñarte?

-Yo qué sé. Y creo que él tampoco lo sabe.

Hice una mueca y eché la cabeza hacia atrás.

-Qué fuerte. ¿Cuándo habéis quedado?

-Me dijo que no me emparanoiara, que hiciera una vida normal.

Le puse la mano en el hombro y le giré al mismo tiempo que lo hacía parar.

-¿Cuándo?-le pregunté.

-En la clínica, cuando acabe de entrenar.

-Cuando acabas la extorsión esa, bien, iré después de clases.

-¿A qué?

-A enseñarte.

Dicho eso, me fui por el pasillo.

La guardianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora