Mi Mate El Lobo Negro

Capítulo.8 " Cuñada"

Elizabeth

Al parecer el día de ayer mi hermano y yo nos habíamos desmayado por la noticia que nos dio Eldora ya que recién me estaba levantando y no fueron exactamente por los rayos del sol de hecho fue porque algo me estaba lamiendo la cara que asqueroso y para evitar que aquello suceda me di una pequeña vuelta pensando que estaba en mi cama pero caí directo al suelo,ya que me encontraba en una cama mucho más pequeña que la mía.

Cuando por fin pude recobrar el conocimiento y saber lo que pasaba a mi alrededor me di cuenta que en está del día debería de haber estado en el instituto pero al parecer iba a faltar este día, busqué en toda la casa mi bellísimo hermano pero no lo encontré ni encontré su maleta al parecer él se había ido al instituto y además había llevado la mía que hermoso hermano que tengo, busqué a papá pero fue como buscar una aguja en un pajar y no lo encontré e igualmente fui en busca de Eldora la cual no se dignó en aparecer, estaba sola en aquella casa de verano y lo peor es que ni estando ahí se dignaron en llevarme mi habitación y me dejaron en habitación de huéspedes, que linda familia que tengo.

Después de conocer la casa a la perfección en exactamente 5 horas dándome un tour a mí misma, mi tía apareció y fuimos a entrenar utilizando mi magia blanca pero cuando por fin terminamos nuestro arduo entrenamiento decidimos ver una película ya que no teníamos nada bueno que hacer y que mejor que pasar nuestro tiempo entreteniéndonos con la televisión.

Todo estaba transcurriendo normalmente hasta que llegó mi hermano nos pusimos a conversar un rato y luego fuimos a comer después de unos 15 minutos de haber terminado el almuerzo alguien tocó el timbre y como yo perdí en piedra papel o tijera me tocó ir a mí cuando vi aquella puerta me encontré con una chica la cual estaba en muy mal estado y sostenía un ramo de flores negras con algunos girasoles y una caja de chocolate

-- Hola ¿Quién eres?-- se lo pregunté aquella extraña.

-- Hola me llamo Mérida y soy la sirvienta de los  North Dark y el señor Alexter North me ha enviado a que te dé esté presente-- lo dijo ella con la voz muy agitada.

-- Ya veo pero podrías pasar ya que así te podremos ayudar a curar tus heridas-- se lo dije a lo que ella me vio con mucho miedo y se negó.

-- No muchas gracias señorita pero los reyes me esperan-- lo dijo dándome el obsequio y cuando intentó bajar las gradas perdió equilibrio y se cayó, pero antes de que su cuerpo tocar el suelo mi hermano la sostenían brazos y la veía con mucho amor y yo no entendía ¿Qué estaba pasando?

Transcurrieron 15 minutos de la llegada de Mérida y mi hermano se dignó en hablar conmigo y me explicó que ella era su mate y que al parecer los North la estaban maltratando demasiado ademas de que ella se quedaría con nosotros de ahora en adelante, pero también me dijo que Mérida no era una loba ya que tenía esencia de humana asi que decidí dejarlo solo con su mate e irme a los sillones que se encontraban al lado de la piscina ya que ese lugar era muy relajante.

Me quedé observando el ramo de flores que ella había traído y noté que tenía una nota la cual parecía haber sido escrita por Alexter la nota decía:

"Hola mi Luna, te pido que me perdones por aquello que te voy a hacer que sientas; pero te prometo que lo que estoy haciendo es por tu bien y para que seamos felices no olvides que tú eres lo más valioso que tengo en la vida"

Con cariño Alexter, tu príncipe oscuro.

Pero cuando terminé de leer aquella nota una lágrima traicionera había rodado por mi mejilla hasta impactar contra aquella carta, mis emociones me estaban jugando y aquello era un sentimiento que yo no quería tener en mí; me dispuse a levantarme pero no pude ya que un inmenso dolor en mi pecho me detuvo e hizo que me pusiera de rodillas en el suelo rogando para que éste se detuviera pero cada vez aumentaba más intenté abrir mis ojos poco a poco y visualice a mi hermano el cual estaba preocupado al lado mío sosteniendo mi mano, al igual que mi padre y mi tía después de unos minutos los cuales parecieron ser una eternidad aquel dolor había desaparecido pero yo todavía me encontraba un poco débil, que digo un poco débil ni siquiera podía levantarme asi que decidí volver a mi lugar en aquel sillón y como usted ve que también había unos chocolates decidí comérmelos ya que era lo único bueno que él había traído a mi vida.

Mientras yo seguía comiendo aquellos chocolates y derramando lágrimas alguien se sentó al lado mío y puso su cabeza en mi hombro,cuando regrese a ver quién era me di cuenta de que era Edward pero algo en él me parecía muy raro, ya que en todo el rato que estuvo no había hablado así que decidí mirarlo a los ojos aunque mi aspecto creo que no era el más favorable; aquel chico que conocía se encontraba con los ojos rojos a causa del llanto al igual que yo cuando nos vimos los dos nos abrazamos y empezamos a llorar juntos lose algo muy infantil pero aquel acto nos ayudó a desahogarnos y a tranquilizarnos un poco

--¿ Por qué lloras?--se lo pregunté con la voz muy baja pero sabía que él logró escucharme.

-- Lloro porque mi mate me rechazó, ella pensó que yo no era suficiente y no me encontraba su altura-- lo dijo con la voz rota.

-- Sabes tal vez era ella quien no se encontraba tu altura-- se lo dije para intentar animarlo.

-- ¿Y tú por qué tan melancólica llorando y comiendo chocolates?--lo dijo mirándome a los ojos.

-- Pues yo lloro porque mi mate acaba de traicionarme estando con otra persona y me envió esto para que lo perdone, pero creo que aquella nota y obsequio no se merecen el perdón de nadie y peor la persona que lo envió-- se lo dije volviendo derramar otra lágrima.

En ese instante Edward me envolvió en sus brazos y nos quedamos en aquel sillón comiendo los chocolates que el tarado de Alexter había enviado y asi fue como pasamos la mayor parte de la tarde y sin hacer algún tipo de deber ya que mi hermano se puso hacer mis deberes por lo menos algo bueno resultó de esto.