~Cristian~
Elizabeth todavía no despertaba así que decidimos que Eiden y yo iríamos a su castillo en busca de aquel libro, ya que resulta que los vampiros del reino del Este tenían un acuerdo de paz con nosotros, además estos detestaban a los lobos negros. Alexter se quedó cuidando a Elizabeth, la cual al parecer tenía un poco de fiebre y si ella preguntaba algo a Alexter o a Edward ellos se encargarían de distraerla.
Nos encontrábamos en el palacio y Eiden no dejaba de repetirme que no me alejara de el.
—Tranquilo no creo que me gustaría dar un paseo solo, además las vampiras no están preparadas para un ser tan hermoso cómo yo. —exclame.
—No creo que sea eso, pero bueno. Estamos cerca de la biblioteca. —Exclamo realizando una pausa —Ten cuidado con Gertrudis, le gusta llamar la atención.
— ¿Gertrudis? —cuestione.
—Sí, ella es la bibliotecaria, pero que no te engañe su belleza es una arpía.
Al entrar en la biblioteca puede observar a una hermosa mujer de cabello rubio y ojos verdes la cual me dedico hermosa sonrisa, yo iba a dirigirme hacia ella pero Eiden se interpuso en mi camino, me tomo del brazo y me llevó al lugar donde supuestamente se debería de encontrar lo que estábamos buscando.
—¿Por qué hiciste eso? —se lo pregunté.
— Te dije que te alejarás de ella, Gertrudis es una vampira muy antigua la cual tiene fama de embobar a todo aquel que se le cruce en el camino y luego absorber toda la sangre que este tengan. —lo dijo, haciéndome tragar duro.
Pasamos por algunas repisas y pasillos repletos de libros muy antiguos y viejos los cuales contenían bastante polvo, hasta que Eiden se detuvo en uno y cogió un libro grande de color rojo con borde dorado que tenía un sol en su trampa. Lo analizó cuidadosamente todo andaba bien hasta que se llevó sus manos a su cabeza en un gesto de frustración.
—¿Qué sucede o que anda mal? —se lo pregunté pero sólo tuve silencio de su parte. Al parecer no me iba a dar una explicación a lo que estaba sucediendo, me acerqué cuidadosamente al libro y vi que esté tenía dibujos y no existía ni una sola palabra, sólo fotografías o dibujos que para mí no tenían sentido.
— Esto no puede ser, tiene que haber una falla. —empezó a decir Eiden.
— ¿Quién nos puede ayudar ? —se lo dije captando la atención de este. —Mi abuela solía tener libros así en su biblioteca ella podía leerlos, lo que se necesita es un conjuro o hechizo muy raro. —exprese.
— ¿Dónde vive tu abuela?, necesitamos su ayuda. —expresó.
— El problema no es encontrarla. El problema es que ella no quiera recibirnos o no nos quiera tener allí. —exprese realizando una pequeña pausa. —Ella cree que las cosas pasan por algo, así que necesitaremos convencerla para que nos ayude.
— Es decir que no les quiere a ustedes allí — comentó.
— No, el problema con ella es que cree que algunas cosas no necesitan su intervención, qué quien se va del templo no necesita volver allí; mi hermana y yo venimos ese lugar no creo que ella quiera volver a recibirnos. —comenté.
—Intentémoslo, ya que si no lo hacemos luego nos lamentaremos por no hacer nada al respecto o no buscar una solución.
Después de encontrar el libro nos dirigimos a la salida del Castillo, pero Eiden se detuvo bruscamente causando que yo chocara con el.
Al mirar a un chico con las mismas facciones que Eiden pero con ojos morados supuse que eran familia o algo, este tenía un aura oscura y se veía claramente que sentía odio o ira hacia Eiden y asco a mi olor de lobo.
Detrás de el se encontraba una hermosa chica con facciones delicadas, cabello negro azabache y ojos color cafés oscuros.
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Mi Mate El Lobo Negro
Manusia SerigalaBlanco y negro dos colores totalmente distintos pero fundamentales, que siempre han existido. Lo mismo pasa en esta historia, dos manadas una del norte regida por los lobos negros y otra manada en el sur gobernada por los lobos blancos. Como todo re...