20.

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Dos meses habían pasado desde aquel día que me presenté a la casa de los Vélez y escuché cierta confesión que me hizo caer en la realidad, una realidad muy linda y llena de amor.

Desde aquel día Chris y yo nos hemos vuelto aún más inseparables de lo que ya eramos antes de declararnos, somos como dos gatos en celo todo el maldito tiempo, pero me siento bien así. Después de tanto tiempo me siento completamente feliz de tener a alguien especial en mi vida...no se que sería de mi vida si en algún momento se llegase a terminar. No podría soportarlo.

Respecto a mi salud, me alimento mejor que antes. Aún no puedo decir que me alimento todos los días, pero al menos cuando como ya no lo vomito, y eso es un paso grande; o eso quiero creer.

Varias veces habíamos tenido pequeñas discusiones con Chris porque cuando estábamos juntos y yo no comía él se preocupaba y casi que me obligaba a comer, yo me negaba y enojaba con él pero luego me arrepentía y comía al menos medio plato con tal de no seguir enojados el uno con el otro.

—¡Amor!- pasa su mano por el frente de mi rostro y vuelvo a la realidad-. Te ausentaste por unos minutos, ¿Otra vez te fuiste a visitar a Trueno?- bromea.

— -río-. Lo siento, sabes que trueno me puede.

— ¿Estas aceptando que me eres infiel con tus pensamientos seguramente obscenos con ese...?

—oh no, ni te atrevas- advierto y ambos nos miramos desafiante por unos largos segundos hasta que él aparta la mirada.

—ya, está bien está bien. Tú ganas- suspira.

— ¡Oigan, par de necesitados! ¡Quiero mis palomitas!- grita desde el living haciéndonos reír. Ya se nos había hecho costumbre juntarnos cada fin de semana a mirar películas de cualquier tipo.

La chica misteriosa con la que Liam se andaba conociendo y no me había contado era nada más ni anda menos que Romi; mi mejor amiga. Al principio me sorprendió bastante pero me gusta como se ven juntos.

Chris y yo nos sentamos en el sofá, interrumpiendo la sesión de besos que se encontraban realizando mis dos amigos.

—toma tanto que jodías, pesado- le entrega las palomitas con cierta brusquedad haciendo que algunas caigan encima de Liam.

Inseguridad - Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora