15.

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El pasar tiempo junto a Christopher sin darme cuenta le había hecho un bien realmente notorio a mis días. He notado que en los ratos que pasamos juntos o hablamos por videollamadas me siento con la libertad de mostrarme tal cual soy y sin miedo a que se me juzgue. Él me había dejado en claro que su intención era ayudarme. Realmente valoro mucho todo lo que está haciendo por mi, ninguna otra persona se ha preocupado tanto por mí como él ahora, y lo entiendo, todos tienen sus problemas como para encargarse también en los de una adolescente con pensamientos feos hacia su cuerpo y forma de ser.
Mi familia; madre y hermano, están al tanto de mis "faltas de apetito". Y aunque ante ellos no lo hago tan seguido -porque las veces que como corro al baño para vomitarlo- ellos nunca se darán cuenta del verdadero problema, o el detrás de la frase "no tengo hambre".

Mis únicos dos amigos; Romina y Liam solían regañarme por no comer en los recreos del colegio pero no pasaba de eso. El único que sabe de mis verdaderos "problemas" es Christopher, que por alguna extraña razón tuve ese sentimiento de tener que contarle todo. Cuando lo hice, tenía miedo de que me tratara como una loca y que me humille contándoles a todos, para mi sorpresa y mi rara suerte, hizo lo contrario; prometió ayudarme y estar presente el día que yo finalmente me de cuenta, según él, de lo que valgo. Sus palabras exactamente fueron; "pronto llegará el día en el que te miraras al espejo y amarás el reflejo que ves en el, y yo estaré ahí, detrás de ti y observándote con orgullo mientras tú te miras con aprecio, tirando todo ese odio que llegaste a sentir por ti misma a la basura"

Yo, conmovida desde el inicio de sus hermosas palabras hasta el fin, lo abracé fuertemente mientras unas lágrimas rebeldes salían de mis ojos y susurraba en su oído un apenas audible "gracias..."

Inseguridad - Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora