Capítulo 9: Acuerdos

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Steve caminaba hacia la torre un poco alterado, era demasiado que digerir en tan poco tiempo, nunca fue Eduard, siempre fue solamente, Steve, la persona que al parecer siempre perseguía, era el mismo.

Lo que más le acomplejaba en estos instantes es que desgraciadamente necesitaría hablar muy seriamente con Anthony, ni siquiera sabía por dónde empezar, ya que había decidido quedarse con la personalidad y aspecto de Hydra, pero su nombre seguiría siendo Steve Grand Rogers... ¿Cómo le iba a decir a Anthony que Steve ya no seria el mismo? ¿Cómo le dices que perdió para siempre algo que recién encontraba?

Porque aunque fuera difícil de aceptar, su personalidad como Steve había soltado más de un suspiro por Stark, pero eso se tenía que acabar.

Steve quería ser el mismo, desgraciadamente, siendo ese joven rubio inocente jamás lo lograría, ese rubio de mirada de mar debía desaparecer, y con ello los sentimientos hacia Anthony Stark.

Sabia que posiblemente seria duro para el moreno, pero era lo justo y se merecía el derecho a una explicación.

Entro de forma tranquila al complejo, luciendo su cabellera rubia y mirada azulada, con ese porte tan inocente que todos pensarían que no sucedía absolutamente nada malo.

Tony completamente preocupado con un poco de pizca de alivio en la mirada se lanzo directo a abrazarlo y eso era el detonante que alertaba a Steve de que esto, definitivamente seria muy complicado.

Trato de corresponder y luego de un rato se separaron, Tony no lo dejo hablar, cierta característica que en definitiva, posiblemente, iba a extrañar.

- Estaba muy preocupado, estabas muy mal y de la nada desapareciste – la mirada del moreno demostraba completa sinceridad y culpa ciertamente.

- Tony necesito hablar contigo, será difícil de explicar, pero quiero que me escuches de principio a fin – de manera muy seria Steve tomo de los brazos al castañito, quien se alarmo casi de inmediato – prométeme que vas a escucharme hasta el final – el soldado pidió y Anthony no tuvo otra alternativa más que aceptar.

Steve decidió comenzar desde que Hydra lo descongelo y comenzó a utilizarlo como un arma nueva, le contaba hasta donde su memoria lograba ver, no era muy claro, pero era explicable.

Continuo con el horrible experimento que hicieron con él y los problemas que justo ahora, trataba de enfrentar, miro como en el rostro y mirada de Anthony poco a poco iba perdiendo el brillo, pero no huyo y mucho menos dejo de escucharle... definitivamente iba a extrañar ese valor que tenía para enfrentar problemas.

Finalizo con el presente y quien estaba en ese presente... que para desgracia de Anthony, no era él, Steve miro como de poco en poco los ojos de Anthony se quebraron, esa armadura fuerte que había puesto de principio a fin de esta disparatada explicación se trono cuando el rubio le dijo a Tony lo que sentía por el árcangel caído... y eso en verdad lleno de culpa el rostro del rubio, quien solo atino a abrazarlo, mientras sentía como su ropa a la altura del pecho se llenaba de las lagrimas contrarias, no dejo de decirle lo mucho que lo sentía y que no tenían que distanciarse por la decisión que había tomado.

Anthony en verdad no sabia que hacer o como tomar todo eso, solo sentía dolor y cierto resentimiento por los que habían usado así a su Steve. Sintió como las lágrimas volvían, ya no era "Su" Steve, ahora solo era Steve.

Cuando el llanto se calmo un poco el rubio le paso un pañuelo y con sus pulgares trato de limpiar de las lagrimas que recorrieron por sus mejillas.

- Tienes razón, esto no tiene que terminar mal aunque sea todo un maldito laberinto, como si hubiera sido planeado por alguien con un horrendo gusto – el moreno hipo, comenzando a hablar con un tono tranquilo y sarcástico, algo que alivio al capitán de cierta forma – supongo que eres mi enemigo ahora – miro atento a los orbes azules – aunque siéndote sincero, no voy a dejar que nadie te toque un cabello mientras yo esté cerca – dijo con completa sinceridad el morenito, desafiando a todos sus ideales de una manera magistral.

- Tony jamás voy a meterte en problemas, eso te lo puedo asegurar.

- Solo tengo una duda, ¿Te ves, así como capitán Hydra? – con completa curiosidad Anthony pregunto.

Steve simplemente negó, su mirada carmín sustituyo a la celeste, mientras que con completa habilidad los pigmentos en su cabello cambiaron a un castaño que nada tenia que ver con el rubio.

Eso definitivamente cambiaba mucho en las características del Steve que conocía, más con esa actitud y aura asesina que en cierta forma, incomodaba a Tony.

- ¿Cómo mierda hiciste eso?

- Por lo que veo, mi control alfa rige cuando soy Hydra, eso explica mi mirada, el pigmento en mi cabello lo logro gracias al control que tengo del suero en mi organismo... supongo que, aun así, sigo siendo yo, porque reconozco que siempre fui una sola persona.

El castaño simplemente sonrió, acercándose al nuevo Steve, acaricio su mejilla y mordiendo de su labio pidió un último favor.

- ¿Puedo besarte? Por favor... no volveré a pedirte esto... solo quiero despedirme de lo que alguna vez tratamos de ser y yo...

Anthony siempre iba a hablar demasiado, así que Rogers considero prudente callarle con sus propios labios.

Lo beso sin algún tipo de explicación, explorando la boca del genio, saboreando esos suaves y dulces labios, jugando con su lengua y aspirando por última vez ese olor a donas y café que definitivamente, iba a extrañar de alguna forma.

Se separaron solo hasta que el aire les hizo falta, Tony era todo un poema, con esa mirada chocolate que podría hipnotizar a cualquiera y esos labios recién hinchados por su causa.

Tal vez en lo amoroso, ellos ya no tenían futuro, pero Steve, acariciando la mejilla de Anthony y mirando a los ojos prometía en silencio protegerlo, y si alguien siquiera pensaba en perturbarle, iba a pagarlo muy caro.

La tragedia en la similitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora