El nuevo Rey

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-¿Porqué?

- Me he dado cuenta de lo iluso que he ido padre - dijo Eric.

Ya habíamos firmado el divorcio y en cuanto su padre se enteró lo llamó.

-Ya sabes que no debes hacer nada sin mi consentimiento. Espero que estés arrepentido- dijo Humane con sorna- haber si eliges bien, lo que necesitas es una chica que te complazca y esté a tus ordenes. No una vulgar que solo quiere tu dinero.

Sabía que sus palabras no debían de dolerme, pues no era verdad. Yo estaba aquí en un principio porque Eric me obligó a casarme con él, luego... solo me enamoré.

Todos estábamos atentos a la conversación entre padre e hijo, el teléfono estaba en manos libres y escuchábamos todo lo que el rey decía. Debíamos no hacer ningún ruido extraño, era de vital importancia que Humane invitara a su hijo a volver a palacio. Allí entraríamos escondidos gracias a la reina y los sirvientes, todos estaban hartos de un rey que solo quería dinero y sexo. Pero ya sabemos cómo acabó lo del sexo.

-¿Qué pasará con Pelin?

-Ya no tienes de que preocuparte hijo, se ha casado con un Conde. ¿Sabías que está embarazada? Esa pequeña...

- ¿Con quién he de casarme yo entonces?- le interrumpió.

- Está todo arreglado. ¿Te acuerdas de aquella prima segunda que te presenté hace un año? -hizo una pausa- Lia. Con ella te vas a casar, en cuanto pongas un pie aquí en el castillo. Puedes volver de inmediato. La boda debe celebrarse lo antes posible. Sabía que te arrepentirías, así que fijamos fechas aleatorias para que una vez dejes de ser tan tozudo y dejaras aquella prostituta. Tienes suerte -rió.

-¿Porqué?- dijo Eric serio.

-Por que la siguiente fecha es dentro de tres días. El 4 de octubre. Enhorabuena hijo mío. Te quiero aquí esta misma tarde- ordenó. Seguidamente colgó el teléfono.

-Mierda- dijo Marc.

👑

Después de enterarme de la posible boda de Eric decidí que lo mejor era quedarme sola en mi cuarto y pensar las cosas. Para que todo saliera bien teníamos que hacerlo rápido, pero como todos saben, las cosas que se hacen con prisa siempre salen mal.

Nunca me había imaginado enamorarme de esta manera, quiero decir, he tenido dos novios que como mucho duraron un año y muchos rolletes de una noche. Claramente he querido a chicos de tal manera que, por alguna razón que ahora me parece tonta, llegué a llorar por ellos, pero Eric habia roto todos mis esquemas. Me había enamorado tan rápido que todo parecía mentira. Y lo iba a perder, esta vez, de verdad.

-Bri- dijo Eider entrando y cerrando la puerta tras ella.

-¿Hay otro problema?- suspiré.

- ¿Te encuentras bien? Estás pálida -dijo con preocupación.

La verdad era que no, últimamente me dolía un poco la tripa y vomitaba todo lo que comía. Luego por alguna extraña razón me encontraba bien hasta que pasaban unas horas y me mareaba. Así todo el día. Pero mi salud ahora mismo no era lo que me preocupaba, si no el futuro de Eric, el futuro de mi Sexy Príncipe de la Estación.

-Sí, solo es cansancio acumulado-dije obviando los demás síntomas de gastroenteritis que tenía.

-¿Seguro?- asentí- venía a decirte que...-cogió aire- Arsuh y Aaron están aquí. Debes... debes bajar.

Bajamos por las elegantes escaleras, me agarraba fuerte a la barandilla pues cada vez sentía mi cuerpo más y más pesado.

-Tu putilla tiene mala cara Eric -dijo Arsuh mirándome fijamente.

El Sexy Príncipe De La Estación ||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora