Habían pasado horas desde que comenzaron los temblores.
Los guerreros estaban afilando sus armas. Mujeres y niños estaban escondidos. Toda la aldea estaba al límite, esperando y esperando, conteniendo la respiración por la primera señal de amenaza.
Estabas parado con tu armadura mirando hacia la tierra esperando que algo cruzara el horizonte, pero era difícil ver más allá de las espesas nubes oscuras que se habían introducido.
—Deberías entrar. Hace frío– Escuchaste detrás de ti. Saltaste un poco y te volteaste.
—Sigurd.
—Hola, princesa.
—Por favor, dime Eira.
—Dime Eira ¿Por qué eres una diosa y una valquiria? ¿Es por tu título que debes participar en tales cosas?
Te reíste en voz baja ante la pregunta de
Sigurd.
—No es por mi título que me convertí en Valquiria. Odin fue quien me vio en forma, por supuesto solo por mi sabiduría. No soy natural en esto como mi querida amiga Brunnhilde.
—¿Brunnhilde?
—Sí, la guerrera más feroz y hábil que conozco. A veces puede causar un gran susto, pero nunca he visto a nadie pelear con tanta gracia en el campo de batalla.
—Me gustaría conocer a esa Brunnhilde.
—Un día– Murmuraste con una pequeña sonrisa en tu rostro –¿Qué pasa con tu hermano, Ivar?
Sigurd suspiró y miró al cielo.
—Mi hermano siempre ha sido como es. Amargo. Implacable. Es bastante extraño, en realidad. Durante las últimas horas no ha dicho un comentario duro dirigido a nadie. Nunca ha pasado tanto tiempo en tirar una taza por la habitación. Quizás una cierta diosa ha cambiado su actitud por el momento.
Sigurd tarareó sugestivamente y te miró de reojo. Tu cara se calentó y miraste hacia abajo, cruzando las manos frente a ti.
—Sabes que paso la mayor parte de mi tiempo con Ubbe.
—Ah si, Ubbe. ¿Qué hay en él que te ha llamado la atención?
Justo cuando estabas a punto de responder, notas rojo en el cielo, rojo brillante.
—¿Que es eso?– Sigurd preguntó con cautela.
—No lo sé– Murmuraste y agarras su camisa corriendo en dirección al pasillo.
Cuando llegaste, los temblores habían comenzado de nuevo y todos estaban parados afuera.
—Está sucediendo– Aslaug habló. Ragnar la miró.
—Entra y quédate allí– El ordenó.
Aslaug simplemente asintió con la cabeza a su esposo y besó su mejilla antes de mirar a sus hijos.
—Manténgase a salvo– Luego se giró para mirarte a ti y a tus hermanos –Y por favor, por favor, cuiden a mis hijos y a mi esposo.
Asientes y miras a Ragnar y sus hijos, asegurándote de mantener tu mirada en Ubbe un poco más.
—Lo haré Aslaug. Tienes mi promesa, pero quiero que sepas que lo que es el destino no se puede detener.
—Lo sé, princesa, pero vale la pena intentarlo– Dijo sonriéndote.
Le devolviste la sonrisa y miras por encima del hombro justo cuando escuchan un rugido muy atronador venir desde una distancia no muy lejana.
—Tony, ¿tienes tus cosas?
—Siempre, su majestad.
Rodaste los ojos a Tony mientras el resto del equipo se reía.
—¿Cómo están tan cómodos ahora?– Hvitserk murmuró.
—Creo que se podría decir que estamos acostumbrados a esto. Enormes monstruos alienígenas que vienen del cielo, ¿verdad Loki?– lo miraste.
—Por última vez. ¡Nueva York no fue completamente culpa mía!
—Aún así lo hiciste– Thor señaló.
—¡No tuve elección!
Thor simplemente dejó escapar una carcajada.
—Lo sé hermano– Dijo envolviendo su brazo alrededor del hombro de Loki y jalándolo hacia su costado. Loki puso los ojos en blanco y empujó la cara de Thor hacia un lado.
Miraste a tu alrededor agradecido de poder ayudar a los vikingos a salvar sus hogares y a todo el mundo por lo que pudiste luchar junto a los que una vez fueron extraños que finalmente se convirtieron en una familia para ti.
—Pues bien, ¿qué estamos esperando? ¡Pónganse sus trajes!
—Oye, esa es mi línea– Steve dijo desde la parte de atrás de la multitud.
—¡Cállate, hombre! Me siento inspirado– Bucky grita.
—A mi orden– Dijiste mientras observabas a la horda de alienígenas como perros correr hacia ustedes en la pequeña colina.
—Se están acercando– Björn avisó. Se podía ver la tensión de sus músculos al ver la amenaza ante todos ustedes.
Apretando la mandíbula, apartaste rápidamente la vista de Björn y observaste a las criaturas alienígenas gruñir de entusiasmo mientras se acercaban.
—¡Prepárense!– Gritaste mientras sacabas tu espada al lado de tu cintura.
—Más cerca, más cerca, más cerca– Murmuraste para ti misma mientras el latido de tu ritmo cardíaco aumentaba.
—¡Ahora!
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𝑶𝒇 𝒈𝒐𝒅𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒗𝒊𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 | Ubbe Ragnarsson
Короткий рассказlos tres hijos de Odin viajan en el tiempo a la era vikinga. +18 Crossover Vengadores x vikingos
