𝑶𝒇 𝒈𝒐𝒅𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒗𝒊𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 | Ubbe Ragnarsson

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Cuando dejaste Kattegat había sido tan emotivo como sabías que sería.
Ubbe y tú habían discutido, todos estaban de luto por la muerte de su hermano tramposo, Asluag lloró de gratitud, y Ragnar junto con sus otros cuatro hijos simplemente estaban decepcionados de ver a Thor y a ti partir.

Entonces, no es tan emocional. Aparte del momento en que Ubbe prácticamente te había llamado puta y tuviste que abstenerte de tirarle una daga.

Cuando llegaste a Nueva York, inmediatamente fuiste con Thor a un campo abierto y le pediste a Heimdall que abriera el bifrost.

En un destello de colores brillantes y estrellas que pasaban, te habías encontrado de pie en el gran globo dorado, junto a Thor y Heimdall.

—¿Como estuvo tu viaje?– Preguntó Heimdall, ya sabiendo dónde habías estado.

—Estresante– Murmuraste cuando comenzaste a caminar hacia el puente.

—Tienes-

—Nadie lo sabe todavía– Dijo Heimdall, cortando a Thor –Sentí que no era mi deber entregar esas noticias.

—Gracias, Heimdall– Dijiste con una pequeña sonrisa mientras pequeñas lágrimas se juntaban en tus ojos.

Heimdall simplemente asintió con la cabeza hacia ti.

—Princesa.

Suspiraste fuerte cuando entraste en la sala del trono. Odin se sentó con orgullo mientras te observaba a ti y a Thor avanzar.

—Padre...– Thor comenzó.

—¿Dónde han estado? ¿Dónde está Loki?

—Padre, nos habían enviado a la era de los vikingos– dijiste –no era nuestra intención irnos tanto tiempo. No teníamos forma de regresar hasta que Ton- nuestros compañeros midgardianos vinieron a rescatarnos.

Odin suspiró, aparentemente imperturbable ante la pequeña confesión. Tal vez, Heimdall ya había compartido esa información con él, pero solo quería estar seguro. Te sentiste incómoda bajo la extraña mirada de tu padre. Había cierta mirada en sus ojos, una que no podías reconocer.

—¿Y Loki?– Preguntó.

—Loki est... Padre, Loki está muerto– Thor dijo sin rodeos, aunque se podía ver la forma en que sus ojos comenzaron a cristalizarse. Odin solo asintió con la cabeza.

—No puedo decir que no esperaba esto– Odin murmuró mientras caminaba hacia una pequeña mesa con una jarra de hidromiel sobre ella.

—¿Qué?– Preguntaste, sorprendida cuando viste a Odin levantar un vaso a su boca –Loki se ha ido ¿y eso es todo lo que tienes que decir?

—La gente muere, incluso nosotros morimos algún día– No querías nada más que soltar tu ira oculta sobre Odin mientras hablaba con palabras de casi odio.

Nunca antes habías escuchado tal vacío en las palabras de su padre, especialmente hacia uno de sus propios hijos. Sin embargo, estabas casi segura de que Odin nunca había considerado a Loki como su hijo, solo un premio de chantaje de una larga guerra y el pensamiento en sí casi te hizo desear que simplemente se atragantara con el hidromiel que estaba bebiendo.

—¡El es tu hijo! ¡Él es mi hermano y todo lo que dices es que esperas que esto suceda!

—El fue adoptado. No fue más que un problema, si es que hizo algo sobre su propia desaparición– Odin dijo mientras se metía uvas en la boca.

Por el rabillo del ojo, podías ver cómo el cuerpo de Thor temblaba de ira. Pequeños rayos de luz se movieron a través de sus dedos cuando Odin solo habló de tonterías, ningún indicio de remordimiento en su voz.