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Se quedó estático, no esperaba que el alfa notara su ausencia en la habitación, pero desde que Gustabo se había empezado a calentar entre sueños y le había despertado, Conway no había vuelto a dormir, lo primero fue el aumento en el aroma a miel que comenzó a picar en su nariz haciendo que despertara, más no logró que abriera los ojos; luego las sacudidas y temblores del cuerpo del omega, finalmente abrió los ojos completamente cuando sintió como Gustabo se restregaba contra su cuerpo, le abrazó con más fuerza y pasó sus manos por sus hombros y vientre tratando de calmarle, se fingió dormido cuando el otro se despertó, sobretodo para evitar incomodidad en el omega.
Comenzó a preocuparse cuando noto cuanto estaba tardando Gustabo en volver, ya había cambiado las sábanas de la cama y se había retirado el pantalón húmedo por culpa de Gustabo, decidió salir a revisar como estaba, topándoselo en pasillo, maldiciendo su celo.
Se acercó lento a este y sin ocurrírsele que hacer, solo puso su mano en la cara del omega, estaba ardiendo en fiebre y temblaba, con miedo a que cayese al suelo le tomó de la cintura y le hizo de soporte.
Sintió como el cuerpo de Gustabo se ponía rígido y luego se estremecía; Gustabo tendía a evitar el contacto físico, le era molesto, pero en el caso de Conway su tacto era cómodo y reconfortante e incluso, caliente, como ahora, sentía calor en la zona donde su brazo estaba tocándole, sumado a que su cuerpo estaba respondiendo al alfa, no tenía control de sus feromonas y estas se esparcían por todo el lugar, tampoco tenía control de la lubricación que ya se deslizaba entre sus piernas.
Dejó caer su peso en el superintendente, quien algo preocupado decidió cargarle de vuelta a la habitación.
Le recostó en la cama mientras se daba la vuelta para buscarle un cambio de ropa.
Un gemido alto y agudo le hizo detenerse y girar la cabeza.
Gustabo se retorcía en la cama llamando a su alfa, mostró su cuello y separó sus piernas cuando notó que tenía la atención de este.
Ambos entraron en una pelea de instintos, mientras que la parte instintiva y "animal" de Gustabo le llevaba a pedir por el hombre frente suyo, la parte lógica y sería le decía que fuera más despacio, ambas mitades coincidían; por una vez en la vida, que querían al alfa que estaba ahí, solo que una parte era desesperada, carnal y frenética; rogando por el tacto y atención del mayor, así como también por estímulos para aliviarse; la otra mitad se pedía un poco de prudencia "y dignidad, joder" para el Gustabo lógico se veía muy desesperado y apresurado el querer follar con Conway, quien días atrás no era más que su superior y crush secreto.
Claro que parecía que los instintos estaban ganando por sobre la lógica de Gustabo.
Por el lado de Conway las cosas no iban diferente, sentía su boca hecha agua por el aroma a miel, su pulso era acelerado y sentía su piel y colmillos picar de ganas por el omega delante suyo, pero era un jodido Marín y estaba entrenado para no dejarse llevar por esos impulsos, su lado lógico se repetía que eso no estaba bien, Gustabo se estaba mostrando así únicamente por su celo y era de ser una mierda el aprovecharse de eso.
Trato de inhalar lentamente y exhalar todo el aire, calmándose.
Se acercó a la cama donde Gustabo le esperaba.
-Gustabo, tienes que calmarte-.
Solo recibió un bufido y luego sintió un golpe contra el, haciéndole caer hacia atrás.

Gustabo no iba a dejarle escapar de nuevo, estaba decidido, si quería algo iba a conseguirlo; y quería a Conway.
De una maniobra propia de un felino o más bien de Horacio y sus bailes raros, dio un salto embistiendo contra el alfa y cayendo encima suyo.
-Capullo-.
Su voz salió más como un susurro adolorido.
Aunque toda queja murió en su boca al ver hacia arriba y quedarse paralizado por esos ojos azules, brillando de gusto y excitación.
Siguió el camino que la lengua de Gustabo dibujó al pasar por sus labios, humedeciéndolos y haciendo brillar esa carne rosa con marcas rojas de donde había mordido.
Todo el aire abandonó su pecho cuando sintió las caderas del omega moverse sobre si.
-Gustabo-.
Volvió a recibir un gruñido como repuesta para luego ver cómo se agachaba recostándose sobre su cuerpo y dejando su cara en su pecho, olfateó la canela y luego subió hasta el cuello.
Su cuerpo estaba tenso a más no poder, sentía la respiración de Gustabo en su cuello a la vez que a su nariz llegaba más el aroma de miel; su cuerpo se relajó por completo al sentir la lengua del omega pasar por su piel; húmeda y tibia, suspiró y mandó a la mierda todo.
Deja que sus manos den caricias en los hombros y la espalda, los besos de Gustabo suben por la mandíbula hasta juntar ambos labios.
Los dos se dejan llevar por el tacto caliente y húmedo de la boca del otro, Conway siente perder el suelo cuando la suavidad y el sabor a miel le abordan, mientras que Gustabo gime de gusto al sentir el regusto a canela y la aspereza de la liguera barba de Jack.
Conforme el beso se profundizaba las manos de Conway iban bajando por el cuerpo de Gustabo, una de ellas se aferró a la cadera del omega y la otra bajó hasta la curva de su trasero donde con algo de cuidado comenzaba a apretar y masajear.
-Conway...-.
La mano de Gustabo fue a parar sobre la mano de Conway haciéndole aplicar más presión en su culo cosa que causó un gemido y que se moviera haciendo rocé entre sus miembros.

Bueno me quedo hasta aquí, pero...
Quieren mambo completo
O
Es muy pronto para eso

Canela y miel por error Donde viven las historias. Descúbrelo ahora