Wammy's House II - L

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Apenas me acostaron, me dormí. Cuando abrí los ojos, estaba solo. Revise la cama que estaba en mi cuarto, muchas veces Isa se escapaba de su habitación y venía a dormir conmigo. No voy a negar que tenerla cerca hacía que todo fuera un poco mejor. Pero no voy a decírselo, se le subiría a la cabeza... Me la puedo imaginar y todo. "Ay, yo sabía que te agradaba." O algo así y un "Yo también te quiero, idiota."... eso creo. De cualquier manera, ella no estaba aquí. Así que decidí salir a buscarla.

Golpeé su puerta varias veces pero no me respondió así que intenté abrirla pero estaba cerrada. Ya era tarde, así que algunas niñas qud estaban en los pasillos me estaban mirando raro por estar en su lado de las habitaciones. Me fui para dirigirme hasta el despacho de Watari. Golpeé su puerta y la abrí luego de escucharlo decirme que podía pasar. Para mi sorpresa, estaba solo, parado junto a la ventana mirando con ayuda de la luz de la luna la foto de su padre que suele tener sobre el escritorio. Me subí a una de las sillas y me puse en cuclillas. Watari dejó el portarretratos en su lugar habitual, se sentó en su silla y, con sus manos agarradas sobre el escritorio, me miró a los ojos y comenzó a hablar.

-Justo contigo quería hablar.

-¿Dónde está Isa?

-Yo hago las preguntas por ahora. ¿Qué pasó?

-Lo que sea que te haya dicho ella es verdad.

-Bueno, supongo que no vas a colaborar. -Se apoyó contra su silla y comenzo.
-Ella no los busca si es lo que te estás preguntando.

-Estoy muy seguro de lo que vi la última vez...

-Le cortaron un mechón de cabello, ¿qué esperabas? Y también...

-¿Qué no se subiera arriba de un chico -Me interrumpió enojado.- y pusiera el filo de una tijera, que robó de la cocina, contra el cuello?

-No dejan de molestarnos, a ambos...

-¿Y tú por qué nunca haces nada? Jamás hemos tenido ninguna prueba de que les hayas hecho nada. Ni una vez tuve razones para castigarte.

-Eso es porque ella hace todo el trabajo sucio. Ya sabes cómo es su personalidad. Si ella no estudiara defendiéndome, probablemente, ya me hubieran matado.

-¡L! No puedes decir eso.

-Pero es verdad. No sé de dónde sacan armas...

-¿Armas? Tijeras con puntas redondeadas fue la mayor "arma" que les encontramos.

-Pero... -Decidí no mencionar la navaja. Ella le habría dicho, pero no lo hizo. ¿Por qué?- ¿la castigaste?

-Sí, claro. Todos los actos tienen consecuencias.

-No se lo merecía...

-Para los ojos de la justicia, sí. Por algo existen figuras para castigar a los...

-Sí, abuso de la defensa personal... ya escuché el discursó varias veces. Gracias pero ya me lo sé. Si no quieres que siga ocurriendo deberías darnos clases de defensa personal o lucha. A ambos, yo quiero poder hacer algo la próxima vez que me ataquen.

-L... -Se quedó mirándome. A pesar de la pésima iluminación del lugar, podía ver sus ojos brillantes, como mojados.- No creo que se quede aquí...

-¿Qué?

-Tuve que hacer lo que pasa con todos los niños problemáticos... Ya sabes como es... Si tu historial es muy amplio, vas a otro orfanato.

-¿Qué? ¿Y ya hiciste que se vaya?

-Bueno, yo... solo avisé del cambió al que lleva el otro edificio y justo había gente por la zona y se la llevaron.

-¿Qué? ¿Así sin más?

-Bueno, falta el papeleo pero con su historial... Yo no quería que...

No quería escucharlo más. Me levanté ignorándolo por completo. ¿Tan poco le importa? Así de fácil se la llevaron... como si fuera nada. Un paquete molesto, desechada como si nada. Yo creí que a Watari le importaba pero veo que me equivoqué... ¿Por qué estoy tan molesto? Cerré la puerta de un portazo detrás de mí. ¡¿Cómo se atreve a llevársela así?! ¡¿Sacarla de mi lado?! ¡A mi única amiga! La única persona en este lugar asqueroso que valía la pena... digo, no estaba tan mal. Pero ahora ni siquiera está... ¿cómo ocurrió algo así? ¿De verdad la justicia es así?

Me encerré en mi habitación... Estoy molesto, no puedo pensar... o sí. Watari lo dijo: "Con un historial así..." Yo... ¿Qué tan difícil puede ser? Solo tengo que actuar como ella. Tomé el tablero de ajedrez de madera... "si te gano, serás mi caballo..." No, eso no. Lo tiré contra una de las paredes, las piezas se desperdigaron por el suelo. Escuché a Watari golpear mi puerta y decir "L, ¿puedo pasar?". No, pero puedes escuchar esto. Puse mis manos detrás de la librería y con todas mis fuerzas, la tiré al piso con un gran estruendo. Watari abrió la puerta y me regañó por mi comportamiento inmediatamente. Me dio igual. Solo recibí un castigo, me dejó con uno de los encargados de mi sector y me prohibió volver al árbol y jugar cualquier tipo de juego de mesa o ingenio, solo podía leer. Me acosté en mi cama cruzado de brazos mientras el encargado, sentado en una silla para mirarme directamente, me vigilaba. Necesito una nueva idea.

Pasaron varios días mientras completaba mi castigo. Uno de esos días, me dirigí a la sala principal como me obligó Watari a hacer y me puse a leer los libros de teoría sobre el proceso penal en el Reino Unido. Pero, para ser sincero, solo estaba pensando en el mejor plan para actuar como ella... ¿Qué haría en una situación así? "¿Qué estás haciendo? Ay, se libro es muy aburrido. ¿Y si hacemos otra cosa? Juguemos a algo...". No, eso no. Entonces, cuando menos me lo esperaba, uno de los mismos chicos que nos atacaron el otro día se puso frente a mí a mirarme.

-¿Qué miras?

-¿En serio un rarito cómo tú es tan especial? -Bajé la mirada a mi libro nuevamente solo para ponerme a pensar un nuevo plan.- ¿Qué le pasó a tu amiguita? ¿Qué vas a hacer solo? ¿A quién le vas a llorar, rarito? ¿Eh? ¿A Watari?

Seguí ignorándolo pero no lo ahuyentó, solo lo hizo enojar más. Podía sentirlo en sus pasos mientras se acercaba. Pero, antes de tenerlo a mi lado, avisaron que era la hora de comer y, como parte de mi castigo, debía hacerlo en el comedor con todo el resto. Siempre me sentaba en la mesa más alejada y esperaba en silencio a que me trajeran la comida. Hoy, este mismo chico se sentó conmigo. ¿Va a seguir molestando? "¿Qué no se subiera arriba de un chico y pusiera el filo de una tijera?" Recordé las palabras de Watari e, inmediatamente, me puse manos a la obra. Pude entrar fácilmente en la cocina. Tomé el primer cuchillo profesional que me encontré y lo llevé medio escondido de todos. Cuando llegué a la mesa. Tome al chico por los hombros, lo tiré al suelo con todas mis fuerzas y me puse sobre él con el cuchillo en su cuello. Rápidamente me rodearon y me llevaron con Watari. Pero, contrario a lo que esperaba, solo me regañó y me castigó más severamente. Y antes de dejarme ir me dijo:

-No voy a dejarte arruinar todo por lo que trabajaste con esto. Compórtate, no vas a cambiar nada.

Eso solo significa que tengo que usar mi último recurso...

Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora