Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]

Capítulo XIV - L

Después de tanto mirarme, finalmente decidió acostarse. La tapé e instantáneamente se durmió, podía sentirlo en su respiración. Estaba de costado mirando hacia afuera de la cama. Me puse hasta quedar a su nivel y le corrí unos cabellos que habían caido sobre su cara. Luego de todo lo que pasó, me costaba verla dormir y no temer pero ella podía despertar en cualquier momento ahora... fue tan duro verla así por mi culpa. No podía aguantarlo más, por eso huí... como el cobarde que soy. Sentía como iba olvidando el sonidode su voz, su manera de caminar, incluso el color de sus ojos mientras más la veía así. Huí. Eso fue lo que hice.

Ni ella ni yo vamos a poder perdonarme nunca por eso... y está bien. No quiero que siga lastimandose por mi culpa. No quiero perderla. Y como no quiero perderla, tengo que hacerlo. Merece alguien mejor, alguien que la trate como se debe, que solo la haga reir... Ni siquiera intenté convencerla, pero desearía que se retirara de esto. No tiene por qué seguir trabajando, yo me encargaría de todo. Jamás aceptaría algo así... te conozco muy bien. Inconscientemente, acaricie su mejilla pero retiré mi mano rápidamente. No tengo derecho a tocarla. Ella me odia o debería. Yo también me odiaría después de todo...

Desearía haber hecho las cosas distintas. Pero ya lo hice y tengo que aceptar las consecuencias. Todo parecía mejor idea pero no se como actuar cuando estoy contigo... Desearía haberte dicho lo mucho que te amo. Eso pensaba todos los días antes de huir. Sigo pensándolo e, igualmente, no lo hago. No sé. Desearía haberte besado más cuando pude. Desearía haber pasado mas tiempo contigo y no haberlo pasado en pensar lo que podría haber hecho. Solo contigo me pasa eso, no sé cómo seguir y no sé cómo actuar. Y siempre estuviste ahí esperándome, dándome otra oportunidad. Después de todo este tiempo intentando alejarte de mí, cuando parece que lo logré, me odio por eso. Odio que te alejes de mí. Pero no puedo verte seguir saliendo lastimada... me gustaría decirte tantas cosas que no te dije, pero ya es tarde. Me gustaría explicartelo todo pero suena tan ridículo que me daría vergüenza decírtelo. Sin embargo, ya es tarde, mañana nos iremos cada uno por su lado y está va a ser la última vez que te ve...

Me mordí el pulgar que tenía en mi cara hasta lastimarme. Hice un ruido de dolor. ¿Por el dedo? Probablemente fue una excusa. Me comenzó a salir un poco de sangre y me lo llevé a la boca para pararla. Suspiré cabizbajo con los brazos sueltos a los costado de mi cuerpo. Cada vez que la miraba, tenia una sensación extrañisima. Nunca me había pasado esto pero tenía un nudo en el estómago y como un nudo en la garganta. Sentía como me costaba respirar mientras me daban como espasmos. Entonces, algo mojado y caliente comenzó a rodar por mis mejillas. Solté un ruido en vez de tomar una bocanada de aire.

-Ey, ¿qué pasó? -Dijo la voz más dulce que jamás escuché. Sí, esa era la voz que olvidaba. Sonaba preocupada. La miré después de tomar coraje y recordé el color de sus ojos aunque mi visión estaba algo nublada. Vi como estiraba una mano y me la pasaba por el líquido que tenía en la cara. No pude evitar cerrar los ojos y apoyarme más en ese calor que había olvidado por completo. Tanto como para no haberme dado cuenta que no lo recordaba. Le puse una mano encima para que no pudiera sacar la suya de mi cara y sentí como más líquido caiga por mi cara y más sonidos extraños e involuntarios salían de mí. ¿será que está vez si estaba muriendo?- ¿Estás bien? L, ¿qué pasa? -Cada vez perdía más el control de mi cuerpo y temblaba. Había más ruidos. Incluso sentia una gota caer de mi nariz. No podía abrir los ojos. Que era eso. Escuché como ella se movía en la cama y sentí su mano libre acariciarme la cabeza; pasaba por mi cabello y bajaba por mi mejilla hasta la mandibula donde se detenía y pasaba su pulgar como caricias más pequeñas. ¿Cómo podía ser tan cálida?- oye, creo que necesitas calmarte... vas a estar bien, ¿sí?- Sacó sus dos manos de mi cara y sentí como me congelaba. Escuché cómo se movía y me tomó por las muñecas para hacerme levantar y sentarme en la cama. Obedecí sin pensar. Movió sus manos al costado de mis brazos.- Mira, intenta respirar conmigo. Inhala. -Escuché su respiración fuerte y pausada.- Exhala. Otra vez. Inhala. Exhala. Está bien llorar, pero necesitas calmarte un poco. Por favor. Inhala...