Capítulo XIII

247 37 1
                                    

Pasaron unos días y el médico me "dio de alta" y volvió a Inglaterra. Tampoco había mucho más que hacer. A pesar de que no era la primera vez que salía, aún se sentía extraño que no quedara nadie trabajando. Caminé hasta la pared donde estaban las ventanas; todo estaba vacío... Me senté con la espalda apoyada contra la pared... todavía era extraño... De la cocina, salió Milo, que estaba solo porque Gun estaba llevando al médico hasta el aeropuerto, y vino a sentarse a mi lado. Él rompió el silencio:

-¿En qué piensas?

-En Ben... espero que esté bien...

-Hasta me lo imagino... -Miró hacía arriba y comenzó a explicar exageradamente moviendo las manos.- Blake, ahí, esperándolo en la puerta. Y... oh, aparece Ben... -se lleva la parte de atrás de la mano a la frente.- Blake corre hacía sus brazos "Oh, te extrañé, amor mío."...

-Eres un idiota. -No pude evitar reírme, probablemente haya sido así.- Ya te gustaría tener a alguien esperándote así... no te burles.

-Tú eres la que se está riendo de mi dramatización de los hechos que ambos sabemos son reales...

-Igualmente, es lindo sentirse amado... -Suspiré.- que te traten así...

-Sí... -Hizo una pausa muy larga en la que ninguno habló. Entonces, L salió de su cuarto. Nos miró y siguió su camino hasta la puerta para llegar a la cocina mientras Milo seguía hablando.- Debe ser una sensación muy rara ver a alguien y pensar "Quiero estar con esta persona para siempre."

-Así que deciden firmar un contrato para repartir sus bienes cuando se miren y piensen cuánto se odien...

-Bueno, también puedes agarrar la magia, descuartizarla en pedacitos y pisotearla... -L volvió a salir de la cocina.- sí...

-Es la verdad. El papel que dice que estás casado es un contrato en cualquiera parte del mundo... Pero sí, ¿quién no soñó con el vestido gigante?

-¿Vestido gigante? -Comenzó a reírse mientras L se nos acercaba.- Me lo imagino exageradamente esponjoso... como si te ahogaras en tul. -Soltó otra carcajada.- Te verías ridícula...

-Ey, -Le di un golpe en el brazo mientras reía.- mi niña interior está muy triste por tu comentario... Igual, -Sentí algo de... ¿tristeza?- probablemente se me vería horrible.

-Milo, disculpa. -Dijo L interrumpiéndonos.- ¿ya has terminado de preparar lo que te pedí?

-No, disculpa. -Se levantó y me miró con una sonrisa de lado.- me pondré a ello.

-El deber llama...

Milo volvió a sonreírme y se fue a paso rápido hacía la cocina. L y yo lo miramos hasta que desapareció por la puerta. L se volvió a mirarme. Apoyé mi cabeza contra la pared clavando mi mirada en el techo y suspiré. L se rascó la cabeza, se movió hasta quedar a mi lado y se puso en cuclillas. Sentí cómo se acomodaba mientras seguía con la cabeza hacía arriba. Ninguno dijo nada por un tiempo. Cada tanto movía mi cabeza para verlo, él seguía en la misma posición: con una mano cerca de la cara para apoyar su pulgar en su boca y la otra abrazando sus piernas. Él movió su cabeza para verme y nuestras miradas se cruzaron. Me empecé a incomodar, mis ojos no encontraban donde quedarse y se movían como locos. L finalmente habló:

-Hace frío aquí. Vas a enfermar...

-Puede ser, pero es extraño volver a ver este lugar vacío.

-Prefiero que ya haya acabado.

-Extraño a Ben... es muy triste no poder volver a verlo.

L no dijo nada. Ambos nos quedamos en silencio. Acerqué las piernas a mi cuerpo y me abracé. Es verdad que estaba empezando a hacer frío. Apoyé mi cabeza sobre mis rodillas dándole la espalda a L. También, ya estaba empezando a tener sueño y tenía muy pocas ganas de moverme. Pagaría lo que sea por tener un sillón cerca... Cuándo estaba por dormirme, sentí una mano en mi hombro. L me tendió su otra mano. La tomé sin pensarlo y me ayudó a levantarme. Me pasé un puño por el ojo mientras lo seguía. Él se metió en su cuarto y, desde su puerta, me miró como intentando comprender que hacía. Instintivamente, caminé hasta la cama deshecha y me senté allí; él se sentó a mirar su computadora en el piso. Me quedé allí sentada sin entender muy bien que pasaba. Milo entró con una bandeja que tenía dos tazas de té, pocillo con azúcar y una porción bastante grande de cheesecake de chocolate con una montaña de crema con ralladura de chocolate encima. Supuse que una de las tazas sería para mí. Antes de que pudiera reaccionar, L se levantó con el plato en sus manos y se puso en cuclillas a mi lado.

-¿Quieres? -Me acercó un tenedor. Sin pensarlo mucho, acepté la oferta.- ¿Está bueno? - Asentí con la cabeza mientras el chocolate se derretía en mi boca.- Tienes razón. -Dijo mientras masticaba. Me dio otro pedazo que acepté.- ¿Tienes sueño? puedes quedarte a dormir si quieres... pero no lo hagas en el piso, por favor.

La porción no duró mucho con los dos comiendo. L volvió a dejar el platito en la bandeja. Sentía mis pies bastante fríos y los brazos también. Me empecé a pasar las manos para entrar en calor. L se dio vuelta y se me quedó mirando con el pulgar en la boca. Finalmente, se movió hasta el final de la cama, levantó el cobertor y me lo tiró encima, quedó hasta sobre mi cabeza. Lo puse en mis hombros y agarré las puntas para taparme. Él se quedó parado frente a mí, ambos estábamos con los ojos clavados en los del otro. Finalmente, L se pasó una mano por la nuca y apartó la mirada mientras decía:

-¿Por qué me miras así? -Se quedó esperando una respuesta pero yo realmente no entendía que quería saber.- No está sucio, si es lo que estás pensando... solo... estaba... apoyado en el piso... Pero completamente limpio. -Se sentó muy cerca mío quedando debajo del cobertor y siguió hablando.- ¿Ves? Está bien.

-No sé si confiar en tu criterio de limpieza. -Hablé despacio luego de reírme un poco. Su hombro estaba pegado al mío, no me había dado cuenta de lo cerca que estábamos hasta que él apartó la cara cuando me volteé a verlo.- Pero por ahora está bien.

Me metí completamente debajo del cobertor hasta llegar a la almohada del otro lado de la cama para acostarme. Después de todo, probablemente no debe haber utilizado la cama ni una sola vez... y está calentito. Ya estoy aquí, ¿para qué moverme? Me puse de costado y, con una mano, tomé todo el abrigo que pude y me tapé hasta la boca mientras cerraba los ojos. Creo que L acomodó el resto sobre mí. No demoré mucho en dormirme.

Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora