Capítulo XX - Milo

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Luego de varios meses, y a pedido de Isa, le pedí a L unos días para poder tomar un vuelo comercial y venir hasta aquí, a Canadá, a la boda de Ben. Isa incluso me pidió que les traiga un regalo, pero parece que no sabe muy bien cómo funciona esto. Les envió un libro y una carta, la idea era que yo se la dé a Ben... definitivamente no es algo muy convencional, pero asumo que él entenderá...

De cualquiera manera, estoy en esta boda al aire libre, rodeado de desconocidos, esperando a que entren los novios, o al menos Ben, para poder darles lo que me pidió e irme. Al final de cuentas, es bastante peligroso que esté aquí, para L y para mí. Estamos en el jardín de una cada antigua, diría que es un palacete, pero no tengo idea sobre arquitectura. El jardín es muy bello y puedo apreciar el arte detrás de todo esto... tampoco me hubiera imaginado a Ben casándose en un lugar como este... y aún menos con esta decoración... Me siento como en esas típicas fotos de casamientos idealizados llenos de cosas inútiles y caras... ah, pero que bien que se ven las fotos en Internet, casi que no se puede ver su infelicidad.

¿A quién quiero engañar? Tuve que dejar todos mis sueños atrás de una boda así... de una boda en general... a esta edad, sin pareja... es bastante deprimente. ¿Una boda trabajando para L? Claramente son cosas incompatibles. Por mi culpa, podrían llegar a él... por eso tuve que firmar esos papeles para el trabajo. Nada de familia, nada de vínculos. No sé si fue la mejor decisión que tomé, pero ya está hecho. Ahora me quedaré con L hasta... que la muerte nos separe.

No pude evitar soltar una risita ante la estupidez que pensé. Y, al estar absorto en mis pensamientos, no noté la presencia a mi lado. Había un chico, bastante más bajo que yo, de pelo negro. Le presté más atención, tenía puesto un traje negro como de verano que dejaba ver sus tobillos, zapatos de vestir y camisa sin corbata. Se volteó a verme con esos ojos celestes y me regaló una sonrisa encantadora que casi me...

- Hola. Perdón, estaba tratando de actuar todo casual y acercarme lentamente, pero veo que la cagué. Soy Elijah. ¿Y tú? ¿Vienes por el novio o el novio? -Volvió a soltar una risita perfecta frente a mi estupefacción. - Perdón por eso también. Mal chiste, mal chiste. Me retracto. Ya la cagué, ¿no?

- No, claro que no... Supongo... -Hubo un silencio un tanto incómodo. - Soy Milo...

El silencio continuó entre alguna mirada de reojo y sonrisa acompañada con alguna pequeña risa. Finalmente, decidí hacer la situación menos penosa para ambos y me alejé del chico para sentarme en alguna de las sillas que miraban hacia el arco nupcial, que cabe destacar era más bien un triángulo... Mis ojos se movieron contra mi voluntad, como si fueran imanes, hacia el lugar del que venía. El chico, Elijah, estaba allí, con la cabeza agachada. Se veía algo triste, pero levantó su mirada y nuestros ojos se cruzaron. Los aparté y clavé la mirada en el arco-triángulo, como obligándome a no volver a mirarlo. Miré la hora en mi reloj de pulsera, aún faltaban unos 10 minutos para que aparecieran lo...

- Oye, perdón, no suelo ser tan incómodo. Te lo prometo. -Dijo Elijah sentándose a mi lado.- Es que... esto no se me da bien.

- ¿Qué cosa?

- Esto de co...nversar. De verdad, soy mucho más interesante... -Hubo un silencio.- Si quieres que me vaya, solo dímelo. Es que... em... parecías muy solo y... parecía que necesitabas un... ¿amigo?

- Está bien, no me molestas. -Debería haberle dicho que se vaya... pero es aún peor decirlo que solo irse.- Y... em...

- Sí, yo... eh... -Volvimos al silencio.- Yo vine de parte de Ben... Bueno, mi hermano mayor -¿Hermano mayor?- fue a la universidad con Ben -¿Es más chico que Ben? ¿Cuántos años tiene entonces? Yo no me quiero meter en esa clase de problemas...- y así nos conocimos. Solíamos juntarnos para salir. Íbamos mucho a un bar a tomar -Uf, bar. A salvo.- y eso... Pero con el trabajo, perdimos un poco de contacto y eso... técnicamente, vine por ambos porque todos estaban en el mismo grupo de amigos y... bueno, basta de mí. ¿Qué hay de ti, Milo?

- Yo trabajé con Ben, pero solo vine a felicitarlo y me voy.

- Oh, ya veo. ¿Ya no trabajan juntos?

-No.

- Ah, ¿y por qué?

- Era temporal.

- Ah, ya veo. No eres de aquí, ¿no? ¿Y de dónde eres? Noto que tienes un acento, pero no sé de dónde, que, por cierto, es muy... lindo... ¿para el oído?

- Eh... okay... no, no soy de aquí... y ¿Gracias? Supongo...

- De verdad, es muy lindo escucharte hablar. -Me empecé a poner nervioso por cómo hablaba y me moví un poco sobre la silla algo duro.- Es muy leve, eh, apenas se nota, pero es muy lindo, en serio.

- Supongo.

- Y... ¿Entrenas mucho?

- No...

- Ah, pero te gusta, ¿no?

- Es por trabajo.

-Ey, pero tienes unos brazos increíbles. -Dijo y luego me apretó el brazo suavemente un par de veces como para sentir los músculos.- Si, increíbles. Seguro me podrías levantar muy fácilmente...

- No sé...

- Y... - Suspiró y luego me miro sincero a los ojos. Tenía las mejillas coloradas y se puso serio.- Perdón. Para serte completamente sincero... estoy tratando de coquetear contigo, pero soy un asco. Lo lamento. Te vi y no sé si lo llamaría amor a primera vista, pero definitivamente, me hiciste sentir interés. Nunca estuve con nadie, toda la facultad me la pasé estudiando... nunca estuve con nadie y... no se me da bien. Pero me gustaría que nos podamos volver a ver... fuera de una boda... Este es mi número, llámame o escríbeme si quieres... Te prometo que te voy a librar de más incomodidad. Me vo...

Pero la típica música de boda lo interrumpió. En un santiamén, el resto de lugares se ocuparon y no nos quedó otra que mirar toda la ceremonia el uno junto al otro. Cada tanto, lo miraba de reojo... ¿Este niño acaba de decirme todo eso así? Ja, no pude evitar sonreírme... Sé que él también me miraba... Finalmente, terminaron la ceremonia y la gente se movió a las mesas que estaban a un lado. Elijah pasó por el frente mío y me saludó incómodamente con la mano mientras lo hacía. Yo, por otro lado, me fui caminando hacia el lado opuesto al resto, cerca de lo que sería la salida de la zona de la fiesta. Benjamín me notó y se acercó sorprendido de verme. Le di el regalo que le mandaba Isa, se sonrió y me preguntó por ella. Le dije que no podía decirle nada y sonrió triste, como entendiendo la situación, y me dio un mensaje para darle. Me invitó a pasar a las mesas para comer, pero le expliqué que no podía quedarme más tiempo. Y no tuve que decir nada más. Asintió nuevamente y me dijo:

-Fue un gusto verte, espero que en otro momento... o, como diría mi ahora marido, en otra vida, puede que los tres podamos ser amigos... - se rio, se notaba que la felicidad le salía por los poros.- amigos "normales"... Discúlpame, estoy demasiado nervioso y emocionado como para pensar palabras...

Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora