Wammy's House III - L

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Dejé pasar un par de días más, hasta que se acabó mi castigo para poner mi plan en acción. Era tarde por la noche cuando fui hasta el despacho de Watari. Sabía que estaría allí, tramitando unos papeles para enviar a otros chicos problemáticos a dónde tenían a Isa, como si ella fuera como el resto. Esto lo sé porque previamente robé su historial. Y sé que estarían allí porque los culparon de robarle dinero a uno de los empleados.

Cuando abrí la puerta, Watari levantó sus ojos para mirarme y volvió a su trabajo. Me subí a uno de los sillones frente a su escritorio y me quedé esperando. Luego de unos minutos, Watari dejó de trabajar con un suspiro y comenzó a hablarme:

-¿Necesitas algo?

-Solo me aburro.

-¿Aburrirte? ¿Tú? ¿Por qué no juegas al ajedrez?

-Aburre jugar solo...

-Eso no era un problema antes. -Volvió a suspirar como si le doliera algo.- ¿Leer un libro?

-Son aburridos...

-¿Todos? No creo que los hayas leído todos...

-Sí, ya no queda nada para hacer.

-¿Quieres que juegue contigo?

-No, quiero este juego que vi en la tele...

Comencé a explicarle los detalles del juego, era uno de ingenio. Tampoco podía decirle que quería cualquier cosa, no hubiera sido creíble. Lo describí detalladamente. Él me miraba algo confundido, como sospechando de algo. Después de todo, estoy actuando un poco extraño comparándome con días normales. Puse la excusa de mi cumpleaños, como un regalo pero adelantado.

-¡¿Por tu cumpleaños?! Pero faltan casi cuatro meses todavía...

-Pero es lo que quiero... ¿y si no hay más luego? Y estoy aburrido ahora.

-Bueno, -Volvió a suspirar.- Está bien. Voy a comprártelo como regalo de cumpleaños adelantado. Solo porque dejaste de comportarte así. Espero que mantengas tu rebelión apagada.

-Sí, ya sé que no vale la pena comportarme así. Pasó lo que tenía que pasar. Los actos tienen consecuencias y la justicia termina triunfando...

Si tan solo supieras, Watari... Me acompañó hasta mi habitación y me dejó en la cama luego de darme las buenas noches. Me quedé despierto, esperando hasta las 3:56 a.m., cuando comenzaba el cambio de turno. Todos se distraían, incluso había momentos en los que había menos personas trabajando. Ninguno esperaba a que llegara su remplazo como deberían. Nadie notaría cuando salgo y nadie va a notar que no estoy sin Watari aquí, el único que viene a verme.

Me puse unos zapatos que había tirados por ahí, sucios y gastados. Me los puse y salí por la ventana de mi habitación, que me asegure que nadie le pusiera el seguro por la tarde, hasta el jardín. Caminé oculto en las sombras de los edificios hasta llegar a la reja. Supe que no podría treparla así como así, por eso traje las sogas que tomé de las cajas de juegos y las até para ayudarme a subir. La tiré por sobre las rejas y la até a la parte inferior de la reja. Tiré de ella para asegurarme que funcionara y, una vez que subió hasta quedad trabada con uno de los metales que adornaban, comencé a subir.

Ya del otro lado, saqué la dirección del otro orfanato y la volví a leer. Guardé nuevamente el papel en el bolsillo de mi pantalón y comencé a caminar hacía un lugar que, luego de memorizar el mapa de la zona colgado en el despacho de Watari, sabía que estaría más transitado. Tomé el dinero que había robado del empleado y lo miré, esperando que sea suficiente para que un taxi me lleve hasta el lugar. Esperé en un parque hasta que el sol saliera, no tuve que esperar mucho porque era verano, amanecía antes.

Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora