Capítulo XIX - L

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- Estás diciendo cosas completamente ilógicas y ya no quiero escucharlas.

Luego de decirle eso, ella me miró tristemente y agachó la mirada. Apenas salió, cerré la puerta más fuerte de lo que esperaba... Suspiré. Quise sentirme ofendido por lo que dijo y negarlo todo, pero, al fin y al cabo, tenía razón. Las cosas que quiero, que me gustan, no son compatibles con L. ¿Cuántas posibilidades de darle un futuro tendría siendo L? No podríamos instalarnos en ningún país, en ningún lugar. No podríamos estar tranquilos porque hay gente tratando de encontrarme. No podríamos tener citas, salir de paseo o hacer cosas que las parejas normales hacen. Yo no quiero arruinarle su vida por tenerla junto a mí. Tampoco soy la mejor pareja, ni L ni yo. Después de todo, me congelo en vez de decirle te amo, me cuesta hacer cosas lindas por ella, ¿cómo podría regalarle flores? Solo por pensar estás cosas, me siento mal...

Salí de mi habitación para pedirle a Gun que me prepare algo para comer. Simplemente, necesitaba una distracción. Cuando llegué, la encontré a ella hablando animadamente con Milo... sobre mí. ¿Se estaban burlando de mí? Incluso la escuché reírse como no lo hacía hace mucho. Yo no puedo hacer eso... ella estaría mejor con alguien como él; no conmigo. Podía sentir un nudo formarse en mi garganta, pero no lo  deje salir y lo oculté.

Si ya terminaron, -Hablé para que noten mi presencia.- podrías preparar algo de comer. -Ninguno me dijo nada y ella ni siquiera volteó a verme. Me tuve que ir rápidamente luego de decir:- O compra algo... Da igual, le diré a Gun.

Volví a mi habitación y cerré la puerta. El nudo volvió más fuerte, casi que me hacia doler. Pero lo ignoré. Me senté frente a la computadora frente a mi a tratar de encontrar a Greene; era lo único que podía darle a Isa. Y era una buena distracción. Escuché a Gun y Milo salir del lugar, probablemente a comprar comida. Me quedé absorto en mi trabajo, 100% L. Luego de un tiempo, escuché un golpe seguido de un grito:

- ¡Te estás matando!

Corrí hasta la habitación de Isa, abrí la puerta sin esperar, lo más rápido que pude. Cuando abrí la puerta, entré sin pensarlo, pero la escena me aterraba. Isa estaba sentada en el suelo, llorando desconsoladamente pero como si no estuviera allí. Frente a ella, un cuchillo clavado en el piso de madera. Fue lo primero que le alejé. Lo tomé por el mango y lo tiré lejos. Golpeo contra la pared y volvió a caer en el piso. Acerqué mis manos a su cara, podía ver cómo me temblaban. ¿Se habría hecho algo? No, de ser así, habría sangre. Me aseguré de que no hubiera mirándola rápidamente de arriba abajo. Entonces, comencé a sacarle el cabello de la cara que se le pegaba a las mejillas por la humedad. Sentí un nudo en la garganta.

Lloré.

- ¿Estás bien? -Las palabras comenzaron a salir descontroladas y sentía como me lastimaban la garganta.- Todo va a estar bien. Lo prometo. Vas a estar bien. Por suerte, estás bien. Fue mi culpa. Lo lamento. Yo... te amo.

Lloré y la abracé como si se fuera a desvanecer en cualquier minuto. Y eso iba a pasar, porque mañana nos iremos de aquí y no voy a verla por mucho tiempo. Ella no reaccionó ante el abrazo, solo seguían cayendo sus lágrimas como en modo automático... ¿Y qué podía prometerle si nunca fui capaz de protegerla? Y, definitivamente, luego de esto se iría y yo me iría. No nos volveríamos a ver y no tendría control. Me separé y la miré a la cara. Sus ojos estaban inexpresivos, como muer... Le acaricié las mejillas sin pensarlo. Y volví a abrazarla, como intentando recuperarla y no volverla a dejar ir. Pero sabía que no podía hacer nada. La solté, porque no podía hacer nada. Ambos teníamos que volver a ser quienes éramos. Volver a trabajar como L. La miré a los ojos, pero ella no hacia lo mismo. Tenía la mirada... muerta. Seguí sus ojos, estaban clavados en una esquina vacía, donde estaba la puerta...

Ilógico (Ilegal e Insípido: Tercera parte) [Death Note]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora