Esto es algo común en este trabajo, pero inevitablemente sigo contando mis pasos cada vez que entro a este hospital, a veces soy yo el que está en la cama a veces tú, esto es tan común que algunas enfermeras ya nos conocen, somos el estúpido matrimonio de héroes profesionales ¿Cuántas veces el héroe Red riot ha visitado a Ground zero? ¿Cuantas veces me has visitado tú a mí? Está bien, este es el trabajo que ambos soñamos pero aun así cada vez que sales a alguna misión rezó, nadie me enseño a hacerlo, así que nunca me sale bien, o quizás lo haga, después de todo siempre regresas a mí.
¿Podremos a llegar a ser como esas parejas de ancianos? Nada es seguro en la vida, no solo en esta línea de trabajo, los accidentes son probables, hay gente que nos guarda mucho rencor, algunas veces el amor no dura para siempre, otras aunque las personas se amen se separan, el cáncer es algo común, nunca estaremos "absolutamente seguros" aunque no tuviésemos este trabajo, aunque hubiésemos decidido ser solo oficinistas o el mundo no tuviese gente que puede volar por los cielos. No puedo evitar acumular esos pensamientos en mi mente mientras llegó a tú habitación, ya debería ser algo más rutinario para mí pero simplemente es una sensación a la que no me acostumbro, ese vago sentimiento de que un día entraré a esa sala de hospital por última vez, que tu entres por última vez es el pensamiento más aterrador que puedo tener, estoy seguro que no te dejaría, no por elección, creo que tú piensas igual.
Al fin frente a tu puerta lanzo un largo y potente suspiro, lo hago en cada ocasión, aunque sea solo una lesión menor como está vez, solo es un esguince en el tobillo, solo eso, no hay más que unos días de descanso o el quirck de alguien de aquí no cure, pero siempre pienso de más en cosas inútiles, me conoces.
–Hey –siempre llego de ese modo, no quiero que veas cuanto me preocupa. – ¿Nos vamos a casa? –aunque mi propio cuerpo este lleno de las mismas cicatrices de otras peleas el verlas en tu cuerpo es algo en lo que me quedo pensando por las noches, pienso que te pasa igual.
– ¿Por qué tardaste tanto pelo de mierda?
–Wow hace mucho que no me decías así –creo que también has estado pensando en tantas cosas.
–Eres mi esposo puedo llamarte como se me antoje, ya vámonos.
–Jajaja claro.
Volveremos a casa, a nuestra versión de la normalidad, a esperar no volver a un hospital por el otro en un tiempo pero sabemos que siempre volveremos, así es como decidimos vivir, porque somos los héroes que protegerán a otros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.