Desde hace mucho ha tratado de evitar a sus padres, él no tenía una gran fortuna como la familia de Yayorozu, pero la familia de Kirishima estaba bien asentada sobre la industria en general, un trato con los Tanaka podría catapultar a toda su familia al nivel social de su ex compañera de clase, pero la forma de dicho trato le parecía por lo menos ridícula, habían decidido que tendría que casarse con la hija mayor de la familia asociada; por ello desde hace una hora los dejaron a solas para que pudiesen conversar. Mayu, era una chica adorable, educada, hermosa y agradable, pero el pelirrojo no podía sentir nada más de allí ¿La razón? Él ya estaba enamorado, ya había encontrado a la persona con la que quería pasar el resto de sus días, sus padres dijeron que al ser un chico seguramente sería una "etapa" así que decidió ir y rechazar el matrimonio directamente con la chica pero al verla sentía que todo se estaba complicando, no quería lastimarla.
–Así que... ¿Kirishima-kun? –lo regresaba de sus pensamientos, de cierta forma le recordaba un poco a todas sus compañeras de la UA, era completamente hermosa pero no era de su tipo, su tipo más bien era un chico rubio gruñón, amargado, gritón pero que siempre se quedaba despierto esperándole, le preparaba el almuerzo antes de irse y se quedaba por horas abrazado a su espalda si tenían un día libre, aquel con el que se mudó hace años.
–Lo lamento... No estaba escuchando –se sinceró y pudo oír una suave risa de su acompañante.
–Lo noté –inquirió en una amable sonrisa. –Eres el héroe Red Riot ¿Cierto?
–Ah sí, amo mi trabajo ¿Has leído de mí?
– ¡Por supuesto! Soy tu admiradora, también de Groun Zero –las palabras amables de la chica hicieron un eco en su mente, quizá era la culpa. –Es por eso que me gustaría que uno de mis héroes favoritos me rescatará de mi problema actual –dijo juntando sus manos.
– ¿Eh? ¿Yo? Claro, estoy para ayudar –dijo sin saber realmente en que podría ayudarla en ese momento.
–Eso es fantástico –dijo aplaudiendo la chica. –Veras, no deseo concretar nuestro matrimonio –soltó al fin. –No te confundas, eres un chico maravilloso pero yo amo a una persona que mis padres no aceptarán, además yo simplemente no quiero formar una familia aun, justo ahora quiero dirigir una empresa, aunque te hubiese conocido antes que a ella tendría problema con este matrimonio arreglado, necesito que me ayudes a rechazarlo, de esa forma mis padres no podrán negarse y podré irme a Inglaterra quizá hasta pedirles dirigir la una sucursal allí y podría irme con ella, disculpa si esto te causa molestias, podrías rechazar mis solicitud si lo deseas.
Kirishima no sabía cómo contestar más que con una risa nerviosa, esa chica lo comprendía a la perfección, ella amaba a alguien pero no quería formar una familia y él quería todo con el chico que amaba; tenía una aliada allí mismo sin saberlo.
Después de un rato de una conversación más relajada llegaron los padres de ambos jóvenes, se veían felices por poder ser familia sin conocer el pacto de sus hijos, Kirishima estaba nervioso, no sabía cómo iniciar esa conversación.
–Padre, madre –inició Mayu. –Quisiera dirigir la sucursal en Inglaterra. –dijo ante la molesta mirada de sus padres.
–No vas a tener tiempo después de casarte y tener a tu familia –dijo su madre.
–Ella no tiene esos deseos –le ayudo Kirishima.
– ¿Pero y tú? –ahora su propia madre preguntaba.
–Claro que quiero formar una familia... Pero no con ella –su ahora amiga sonreía feliz de tener un aliado.
–Sí es por ese chico –hablo el padre del pelirrojo. –Te lo advierto, no existe felicidad en algo así, además debes pensar en tu familia y en posición en la que estás.
–Es arcaico hacer un acuerdo comercial de esta forma –la chica contesto más rápido que él. –Por favor, son nuestras vidas, denos su bendición para ser felices –los padres de la chica estaban atónitos a las pequeñas lagrimas que amenazaban en salir de los ojos de su hija, no podían encontrar las palabras, sabían que le habían hecho daño. –O lo seremos sin ustedes en nuestras vidas.
–Cariño –hablo de nuevo la madre de Eijiro. –Por favor piensa en tú familia.
–No voy a casarme con Mayu mamá –decía con decisión y pena frente a sus padres y los padres de su prometida, siente un poco de culpa pues ella había tenido un poco más de valor que él –Decidí ser feliz.
–No vamos a aceptar esto, aman a las personas incorrectas –los padres de ambos seguían en su misma negativa, lo que dejo paralizada a Mayu.
Eijiro sentía culpa en su corazón pero al mismo tiempo oía las palabras de la chica "me gustaría que uno de mis héroes favoritos me rescatará de mi problema actual" se acercó a ella y la cargo entre sus brazos.
–Ella ya lo dijo... Seremos felices sin ustedes en nuestras vidas –solo pudo correr con la chica en sus brazos, era ligera y ya se había liberado de un peso en su espalada, ahora solo tenía ganas de ver a Bakugo, estar con él todo lo que pudiera.
–Eso fue desastroso –dijo entre risas y lágrimas la chica. – ¿Qué harás ahora?
–Iré a ver a mi novio, quiero casarme con él ¿Y tú?
–Iré a Inglaterra, allí es donde la conocí cuando fui a la universidad, vivo con ella y solo volví a resolver esto, aunque no dirigiré la empresa de mi familia estoy segura de que estaré bien –dijo feliz. –Oye Kir... Eijiro invítame a tu boda –dijo despidiéndose al fin.
Kirishima solo desea verlo, sabe que lo esperá, siempre comparten los días libres, y ¿Quién sabe? Una boda inglesa no suena nada mal, al llegar al departamento está allí, como siempre le ha cocinado algo.
– ¿Cómo te fue? –sus ojos están rojos, ha estado llorando un poco de la angustia pero nunca lo admitirá.
–Katsuki ¡Tome una decisión! –dice lanzándose a abrazarlo, sus palabras preocupan un poco al rubio. –Cásate conmigo.
– ¿Eh? ¿Qué mierda? ¿Eso siquiera es legal aquí? Además solo es un maldito papel, nada va a cambiar
– ¡Quiero casarme contigo! Quiero estar para siempre a tu lado, puede que sea solo un papel y no valga aquí pero me quiero casar contigo, seguir a tu lado cada día por el resto de mi vida, y si no es legal aquí podemos ir a otro país, hoy me hablaron de Inglaterra y suena genial.
–Eres un idiota –suelta aliviado el rubio devolviéndole el abrazo, estuvo angustiado por lo que pasaría toda la tarde, quiere pertenecer a esos brazos para siempre.