Kirbiku Month 2020

Día 22: Flores.

Era una tarde calurosa de primavera pero eso no impidió que ambos chicos fueran a escalar una montaña, era el pasatiempo del chico rubio pálido pero hace algún tiempo se había unido el chico pelirrojo, Bakugo le dijo que definitivamente tenía que asistir a esa excursión, pues había algo que quería mostrarle, así que empacaron todo lo necesario, tardaron aproximadamente un día en llegar al pico de la montaña, les encantaba estar simplemente así, juntos.

– ¿Ya casi llegamos a dónde querías?

–Es aquí pero no podemos ir aun, ya es muy tarde –dijo preparando la casa de campaña para pasar la noche allí. –Tendrás que esperar ¿Puedes hacerlo?

– ¡Claro que sí! –dijo chocando sus puños.

La noche fue apacible para ambos, desde hace mucho tiempo que no necesitaban otra tienda de campaña, desde hace mucho sus sentimientos habían quedado claros por acciones y no por palabras, ambos tenían claro que era lo que sentían por el otro y lo que sentía el otro. La noche fue tranquila, se quedaron observando las estrellas por un buen tiempo. Durmieron solo un par de horas, el despertador sonó aun cuando la obscuridad estaba presente.

–Bakugoooo –dijo medio dormido. –Pusiste mal la alarma.

–No lo hice, ven muévete. –se cambió pero no se despertó por completo, el chico tomo bruscamente la mano contraria, pero siendo sinceros el chico pelirrojo ya estaba acostumbrado.

Después de una corta caminata llegaron al borde de la montaña, los primeros rayos del sol empezaban a deslumbrar la misma, el azul terroso pasaba a un anaranjado cálido.

–Ya veo... Querías que viéramos el amanecer juntos –de nuevo las acciones estaban sobre las palabras para ambos.

–Sí, pero no solo eso, mira abajo –la montaña formaba un pequeño sendero por el que habían pasado, esa vista solo podía apreciarse en el punto en donde se encontraban ahora. –Cuando era niño vine aquí con mi padre, quería que vieras esto –el paisaje era formado por miles de flores de bosque, cada una de diferentes tonalidades, los primeros rayos del sol les daban un pigmento rojizo que se diluía en naranja suave para desaparecer por el color de cada flor.

–Es hermoso, gracias por mostrármelo –tomo su mano con delicadeza en esa ocasión.

– Quería mostrártelo porque quería decirte algo... Quiero que estemos juntos.

–Creí que ya lo estábamos o es ¿Qué quieres ponerle un nombre a esto? –nunca pensó que las palabras fueran necesarias, no entre ellos pero justo ahora las necesita más que a otra cosa.

–Maldición puedes ver eso de allí –dijo señalando las flores del lugar en donde ellos estaban. –Son amarilis y dientes de león, tú y yo...

–También sabes de flores ¡Como se esperaba de Bakugo! Se parecen a mi cabello y al tuyo jajaja.

–Es lo que te trato de decir maldición, no soy bueno hablando de estás mierdas, pero escúchame, quiero estar contigo, de la forma en la que iría a otro país contigo.

– ¿A otro país? No lo entiendo, yo.

– ¡Para casarme contigo! Quiero ponerle un nombre a esto, solo si es contigo.

– ¡Iré! Iré a donde sea si es contigo. –tras esas palabras ya ninguna otra fue necesaria, ambos volvieron a usar las acciones sobre las palabras, en aquel singular campo floral que ahora les pertenecía a ellos; la flor rojiza y la amarilla se prometieron estar juntas para siempre.

N/A: Me encantan las flores, en especial el lenguaje de las flores, primero iba a poner rosas blancas, porque son mis favoritas, pero ya hice algo así para la week Kiribaku.

La flor de amarilis simboliza el orgullo, las rojas se regalan para adular a alguien, es como un creo que eres talentosa; el significado me gusta para Bakugo y visualmente me recuerdan a Kiri, el diente de león es más de una leyenda griega, la medio conté cuando hice la Kiribaku week.