_Capítulo 12 _ Bolivia_

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Capitulo 12_ Bolivia

- ¡Me prometiste que no matarías a nadie más!

- ¡L-Lo siento! ¡Uruguay me obligó! -Se defendió el paraguayo llorando.

- ¡Lo prometiste! D-Debo... ¡Debo hacer algo!

- ¡Bolivia! ¡Juraste que no le dirías a nadie!

- ¡Y tú juraste que no matarías a nadie más!

- ¡Lo siento!

- ... Voy a llamar al FBI.

- No.

No respondió, salió de la habitación que comprtía con la persona que ahora desconocía y bajó rápidamente las escaleras, seguido de su pareja que le pedía llorando que lo hiciera nada, jurándole que este sería el último homisidio que efectuaría.

- ¡B-Bolivia! ¡Por favor! ¡Te lo suplico! -Le tomó el brazo al boliviano, jalandolo y haciéndole caer antes de que pudiera tomar el teléfono.

- ¡Mierda! -Gritó al golpearse en la cabeza, dejándolo algo atontado. Se paró como pudo empujando al paraguayo y haciéndolo caer también.

Esto ya se estaba saliendo de control.

Se paró rápidamente y tomó el teléfono marcando el número de la institución.

855
835
5324

Se llevó el teléfono a la oreja, y cuando contestó...

Una apuñalada.

Paraguay se encargó de colgar el teléfono rápidamente, no entendiendo lo que acababa de hacer.

Había matado al amor de su vida.

Se dejó caer en el suelo viendo a Bolivia tener leves espasmos, no queriendo morir.

- ¿Bolivia...?

Miró a los ojos a su pareja. Tomó la mano de su novio, viendo cómo este lentamente abandonaba su cuerpo.

- Boli... V-Vamos... Despierta... N-No es gracioso, por favor, yo... ¡Bolivia! -Gritó viendo cómo su pareja cerraba completamente los ojos, muriendo- No, no, no, no... ¡Bolivia! ¡Por favor! ¡Lo siento! ¡Despierta y dime qué no pasa nada! ¡Por favor...! Te los suplico, Boli... -Lo abrazó llorando fuertemente sobre su hombro.

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- ¿OMS...? -Preguntó el nombrado Paraguas con Bolivia muerto entre los brazos, no queriendo creer  que este estaba muerto.

Dicha institución se volteó, viendo al paraguayo diciendo que había sido un accidente, llorando a mares, pidiendo perdón.

- ¿Paraguay...? ¡Una camilla! ¡Rápido! -Dicha orden fué cumplida por los funcionarios del hospital- ¡Paraguay! ¡Por favor suelta la camilla -Dijo tomando de las manos al Paraguayo el cual no se quería soltar la camilla en la que reposaba el semáforo, necesitaba que Bolivia lo abrazara. Se aferró aún más, está vez abrazando al Boliviano llorando a los mares que no tenían ninguno de los dos.

Con dificultad lo pudieron soltar y llevarlo al quirófano para intentar revivirlo, aunque era imposible.

El FBI no tardó en llegar, dándole algo de apoyo psicológico al país que estaba cubierto en sangre, y pidiéndole que, después de cambiarse, lo acompañara.

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- ¿Que pasó?

- ...

- Paraguay... Debes colaborar...

- ... Peleamos...

- ¿Por qué?

- ... Él... Iba a... FBI...

- ¿Si?

- Fuí yo...

- Paraguay... Ya sé que... Le hiciste... Eso a Bolivia... Pero-...

Una llamada.

- ¿Puedes disculparme un segundo? -Vió al paraguayo asentir y salió de la sala de interrogatorios.

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- ... Paraguay -Se sentó en la silla, mirando al paraguayo- ... ¿Sabes lo que hizo tu primo, Paraguay?

- ... Uruguay a hecho muchas cosas... Buenas... Malas...

- ¿Sabes a lo que me refiero?

- ...

- En las uñas de Perú se encontraron muestras de ADN... ¿Sabes de quién?

- ... -Sus ojos se llenaron de lágrimas viendo a la mesa, recordando los gritos de Perú siendo torturado en su propia casa- Sí...

- ¿Y como lo sabes?

- Yo... -No dijo nada.

- Paraguay. ¿Estuviste en la escena del crímen?

- U-Uruguay... Me obligó... ¡Te lo juro! M-Me dijo que si no lo ayudaba ib-iba a matar a Bolivia... Y-Y a mí... Y no quería que a B-Bolivia le pasara nada malo... P-Pero el se enteró y-y quiso decirte p-ero no quería y-y yo... ¡No quería matar a nadie! ¡Te lo juro! -Gritó llorando.

- ... ¿Fueron ustedes?

- ... Sí... Perdón...

- ¿Estás conciente de lo que dijiste?

- ... Sí...

-... Ven conmigo -Se levantó del asiento, sacando unas esposas de su cinturón.

- No, no... -Susurró negando siendo las esposas ser apretadas sobre sus muñecas- T-Tengo que ir al hospital... C-Con Boli... Q-Quiero hablar con él... Por favor...

- Lo siento... Tienes que venir conmigo...

- No, no... ¡Suéltame! -Gritó jalando las esposas lastimandose a si mismo- ¡Tengo que ver a Bolivia! ¡Déjame en paz, por favor! ¡B-Bolivia! -Clamó chocando contra el frío piso de esa sala de interrogación, levantando levemente la cabeza con el cuerpo de la institución sobre él, impidiendo que se levantara.

Acostó su cabeza llorando y pidiendo perdón, calmó su cuerpo tenso y dejó de respirar, viendo cómo último recuerdo a los policías entrar corriendo por la puerta.

Si lograba desper de su paro cardíaco estaría en prisión un tiempo.

«Asesinatos Safas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora