_Capítulo 3 _ Velas Aromáticas_

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- ¿U-Uruguay? -Preguntó abriendo la puerta.

- ¡Chile! ¡Hola! El tiempo que no nos vemos. Sí, quiero algo de tomar, gracias -Entró en la casa a de el chileno empujando al propietario de esta, buscando con la mirada algo sospechoso teniendo cuidado de no tocar nada con la punta de los dedos- Que linda casa que tenés.

- Amm... Gracias... ¿Que querí' de tomar?

- Mmm... Agua, de la canilla igual.

- Tengo agua embotellada...

- Sí, cualquiera -Se sentó en el sofá, mirando en todas direcciones.

¿Por qué Chile parecía nervioso?

- Ah, Brasuca no pudo venir, se descompuso y me pidió que viniera -Mintió viendo indisimuladamente la caja de madera que estaba sobre la mesa- ¿Que le querías dar?

- E'te... Bueno... -Dijo nervioso rascándose la nuca, entregándole el vaso con agua- E'te... E' que era pa'  Brasuca... No pa' vo'... ¿Cachai'?

- ... ¡Sí! ¡Obvio! -Sonrió mostrando los dientes- ¿Que tiene esa caja?

- ¿L-La caja, po'? -Levantó la caja que estaba sobre la mesa, era la caja que Chile había preparado para Brasil- E'te... E' un regalito...

- ¿Un regalo? ¿Para quien? -Ladeó la cabeza hacia un costado, no faltaba mucho...

- Bueno... Pa' Brasuca...

- Para... ¿Mi novio...? ¡Ay! ¿Encerio? ¿Me lo dejás ver?

- E' que... No, po'...

- Mmm... No importa... -Miró en todas direcciones mientras tomaba su vaso de agua- Ay, ¿Te gusta el tenis?

- ... ¡Oh! ¿Lo decí' por la raqueta? -Miró la raqueta que estaba colgada en la pared- No, no. América me la regaló un día, po' weón.

- ¿La puedo agarrar?

- Eh, sí, claro po'...

Uruguay se levantó de su lugar, dejando el vaso de agua sobre el sillón, el cual no tardó en caerse y ensuciar los almohadones. Chile se apresuró en quitar el vaso, siendo completamente ignorado por Uruguay.

Uruguay tomó la raqueta y la observó un poco, detenidamente.

El arma del crimen.

Chile calló al suelo inconsciente.

- Ufa, Chile, ¿Que le ibas a dar a mi novio? -Abrió la cajita. El montón de velas aromáticas y cosas para juegos sexuales le hizo hervir aún más la sangre- ... ¿Me dejás fumar en tu casa? - Dijo mirando el cuerpo inconsciente de el chileno en el suelo- ¿Sí? Bueno.

Uruguay encendió una velita de cumpleañ- digo, un porro, dejó la raqueta, la caja y el vaso en el sofá y dejó caer el porro sobre estos. El sofá no tardó en comenzar a quemarse con un olor rico en el aire.. Había sido tan sencillo...

Ahora solo faltaba saber cómo meter a Chile en el auto de Brasil sin perder la columna. Las proporciones no ayudaban, pero si había podido levantar a Arge-CaraCulo solo en el auto, podría con Chile.

«Asesinatos Safas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora