E G O I S T A

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El tiempo que Eclaire tenía para decidir que haría de su vida pasó rápido, entre ensayos, presentaciones, fotografias que hizo Toni para la marca, cenas con los chicos, dormir con Sweet Pea, era simplemente una rutina a la que cualquiera se acostumbraría, un nuevo comienzo increíble, pero ¿Era eso lo que realmente quería?

¿En verdad estaba lista para dejar de bailar? ¿Para no volver a poner un pié en el escenario? era tan complicado y a la vez tan fácil, tenía la vida prácticamente resuelta, sería una estupidez regresar a Rusia ¿no?

Todo eso pasaba por su mente al tiempo que la maquillaban para la última presentación que daría en Nueva York. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? ¿o será que en realidad no era difícil y ella simplemente era una tonta que gustaba de complicarse la vida?

-Eclaire, ¿estás lista? es hora del ensayo final -Dijo Yuri quién se asomaba al camerino, la mencionada solo volteó a ver a la maquillista, la cual solo asintió con la cabeza.

-Lista - Respondió para salir del camerino directo al ensayo final.

-¿Ya pensaste si te quedarás? - La cuestionó su mejor amigo.

-Si, y aun no tengo nada claro.- contestó soltando un suspiro.

-Me alegro, eso quiere decir que aún puedo convencerte de quedarte en Rusia - Le respondió con una sonrisa.

-Yuri, creo que la decisión no es tan compleja como yo pienso, solo debo aceptar las cosas, no puedo bailar más, pero...no lo se, quedarme y no bailar es tan difícil.

-¿Sabes que mi papá es doctor? Pues están desarrollando un tratamiento experimental para lesiones como las tuyas, puedes intentarlo, piénsalo Claire.

Si es que la chica tenía ya una decisión tomada, todo se había ido al traste con esa declaración, joder, estaba casi segura de quedarse con Sweet Pea, pero ahora, había una oportunidad, podría seguir bailando... Mierda, ¿Cómo se le había ocurrido dar esa información justo en ese momento? Eclaire solo pudo suspirar, y terminar el ensayo final, para regresar a su camerino, a esperar el ultimo llamado para entrar a escena ¿Podría en verdad ser tan egoísta como para tirar por la borda los planes de Sweet Pea solo por seguir bailando un par de años? La carrera de bailarina era muy corta, y la verdad es que no le quedaba mucho tiempo ¿en verdad era lo que quería?

Al llegar a camerinos, le tomó por sorpresa encontrarse con Sweet Pea, si bien, todos en el Staff ya le conocían y dejaban entrar como si de un miembro más del ballet se tratara, no estaba lista para verlo ahí.

-Hey...¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? - Cuestionó algo incomoda, se sentía mal de solo pensar en la posibilidad de irse una vez más, el le había abierto las puertas de su casa, la había invitado a formar una vida con el, y ahora, estaba pensando en irse una vez más. ¿Qué tan egoísta podría ser?

-No te ves feliz de verme ¿Pasa algo? - Sweet Pea la conocía a la perfección, y eso le jugaba en contra, aunque a la vez, creía que ser honesta era lo menos que podía hacer por el.

-Hay un tratamiento experimental, que puede ayudar a mejorar mi tobillo, estaría fuera un año o algo así, y después, volvería a los escenarios.- El rostro de Sweet Pea en ese momento le partió el corazón, se veía decepcionado, no estaba molesto, solo, era como si esperase encontrar alguna pista de que era una broma, pero contrario a eso, solo veía en Eclaire la esperanza de un nuevo comienzo en el ballet.

-Bueno...pues, supongo que es todo, te deseo todo el éxito del mundo, Claire, te lo mereces -Sweet Pea dijo eso, conteniendo sus lagrimas, para después salir del camerino, Eclaire, moría de ganas de salir a buscarlo, de ir corriendo detrás de el, pero sus piernas no respondían.

Esa noche no hubo flores de parte de Sweet Pea, ni tampoco un recibimiento con besos en el camerino, simplemente, salió de la presentación, se vistió y fue directo para el Hotel, esperando sin mucha ilusión los regalos que le hacían llegar con cada presentación a la habitación que compartía con su mejor amigo, a penas tocar la cama, se desplomó en llanto, en dos días regresaría a Rusia, y no podía terminar de creer que acababa de arruinar otro final feliz, para ese momento se convencía a si misma que los finales así, románticos, de película, simplemente no eran para ella.

El domingo, Yuri pasó casi todo el día intentando consolarla, pero ella simplemente se había vuelto un mar de llanto, no fue hasta el lunes, en la sala de espera del aeropuerto, que sucedió algo inesperado.





Te Volveré A Encontrar...[SweetPea]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora