Peaky Blinders - One Shots

Los Shelby

El desayuno anual

Los Peaky Blinders y tu.

Durante todo el año, solo había un día que justificaba levantarse a las cuatro de la mañana. Y no era el día de Navidad.

Era el día de tu desayuno anual. Incluso te despertaste antes de que sonara la alarma, así de emocionada estabas.

Te vestiste, y escondiste tu cabello debajo de la gorra Peaky, te cepillaste los dientes y saliste  de tu casa en dirección hacia el mercado central. Los trabajadores de las fábricas ya estaban saliendo de sus casas, algunas pequeñas nubes de delicioso olor comenzaban a salir de las panaderías.

En el mercado, el negocio estaba a toda velocidad, todos necesitaban sus productos para el día. Hoy tú también. Huevos, leche y mantequilla: los principales ingredientes.

No eras una gran cocinera, así que no te interesaba nada más. Como Shelby Company Limited estaba floreciendo, tu familia podría comer más elegante en estos días, pero ninguno de ellos diría que no a un buen desayuno antiguo al estilo T/N Shelby.

Inhalaste el aroma del pan recién horneado por un buen tiempo en el camino de regreso, y eventualmente tuviste que tomar tu pedido y partir, el sol comenzó a salir lentamente. Era una hermosa mañana fría de enero.

Sabiendo que el día de tus hermanos siempre comenzaba temprano, fuiste a prepararte de inmediato cuando volviste a tu hogar. Preparaste la tetera y sacaste la sartén grande, abriste la puerta trasera durante unos minutos para obtener más aire frío. Afuera, el frío seco te había atravesado los pulmones, pero aquí en la cocina, la brisa fría era muy reconfortante.

Ha pasado un año largo desde el último desayuno. Uno de tus hermanos ya no estaba allí para participar. Sería la primera vez que no fueran todos ustedes, por lo que decidieron hace un tiempo que podría ser el último desayuno que celebrarían. Todavía estabas emocionada por esta mañana, pero sin John faltaba una sexta parte de los hermanos Shelby y simplemente apestaba.

Encendiste el fuego en la estufa, también aprovechaste la cerilla para encender un cigarrillo y tomaste un último descanso antes de que el fuego ardiera de manera constante y pudieras comenzar a cocinar.

 Durante una buena hora estuviste rompiendo la docena de huevos que habías comprado y friendo delicadamente cada uno de ellos en la sartén grande. Cuando terminabas uno, lo almacenabas temporalmente en el horno para mantenerlo caliente hasta que aparecieran tus hermanos.

En algún momento aparecieron, pero no como esperabas.

Arthur y Tommy entraban a tu casa, invertidos en una discusión.

-Te dije que te mantuvieras fuera del sucio negocio, Por qué nadie me escucha?-Ni siquiera eran las siete en punto y Tommy ya estaba en lo alto de su escala de furia.

-¡Podría quedarme al margen si todos los demás hicieran su maldito trabajo!- Y Arthur no  dejaría el tema tan fácilmente.

Se gritaban el uno al otro, despertaban a todos tus vecinos y te asustaba que tu desayuno se arruinase incluso antes de que comenzara. Eso nunca había sucedido desde que lo comenzaste hace tantos años.

-También podrían arrojarnos un poco de agua, causaría el mismo efecto-, Ada se unió a los gritos cuando llegó a la cocina.

-Sí, estoy del lado de Ada- estuvo de acuerdo Finn, siguiéndola- Demasiado fuerte para ser las seis y media-

Arthur y Tommy simultáneamente volvieron la cabeza hacia Finn y dijeron en el mismo momento:

-Cállate, Finn- Y continuaron con su lucha verbal.