‹ Liar ›

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01 de diciembre, 1972

A la una de la mañana ya ambas chicas estaban en casa de Charlotte por cortesía de los chicos. Brian, quien había quedado encantado con la rubia había sugerido llevarlas a su casa secundado por un Roger que quería seguir conversando con Dianna, ambos obteniendo burlas de Freddie por ser un par de oportunistas, mismo que recibió un ligero golpe de Mary para que se callara.

Dianna tampoco se había quedado atrás con las burlas diciendo que parecían un par de cachorros callejeros necesitados de cariño, solo que ella fue silenciada por un pequeño, fuerte, pellizco y una mirada de advertencia por parte de Charlotte, quien volvió a sonreírle al guitarrista pidiendo que disculpara a su maleducada amiga.

—¿Qué harás mañana? —Preguntó Roger recargando sus brazos sobre la puerta del asiento del copiloto tras haberse bajado Charlotte.

Minutos antes, Freddie y él habían estado peleando por ese mismo asiento solo que Charlotte había sido más rápida y se había montado para poder charlar con el guitarrista por más tiempo, Brian, quien estaba encantado por lo poco que estaba conociendo de Charlotte, no objetó ni apoyó a ninguno de sus amigos, por lo que tanto Roger como Freddie tuvieron que irse en la parte de atrás con el primero murmurando la palabra “traidor” y el segundo secundándolo con “cambiado por un par de tetas de azúcar”.

—Mi cama, mi almohada y yo tenemos planeado un trío para dormir —Dianna pasó sus manos sus caderas como señal de nervios, Roger notó esto y sonrió levemente—. ¿Por qué? ¿Quieres unirte? Te advierto que son muy celosas y no creo que acepten a un cuarto.

—Planeaba invitarte a salir.

—¿Salir, salir, o “¡Hey, salgamos a dar una vuelta!”?

—¿Cuál es la diferencia? —preguntó frunciendo el ceño, curioso.

—Bueno que en una salimos a divertirnos y en otra puedes terminar con tu lengua metida en mi garganta.

Roger soltó una pequeña risita.

—la segunda opción me gusta.

—Por supuesto que sí, bella durmiente.

—¿Y bien? ¿Qué dices?

Dianna frunció sus labios pensando, ¿Qué había de malo en aceptar salir con él? Esa noche había descubierto que era mucho más agradable de lo que inicialmente había notado los días anteriores, no había intentado nada extraño mientras estuvieron hablando y amablemente le había encendido su cigarrillo sin ella tener que pedirlo, todo un caballero de las calles.

Además, algo en su interior se removía ansioso al pensar en la idea de pasar un rato juntos fuera de su trabajo, justo como en esos momentos, reír junto a él le había hecho darse cuenta que disfrutaba su compañía, además de que comenzaba a sonreír inconscientemente.

Quizás, le estaba empezando a atraer esa sonrisa busca-problemas de Roger.

—Bien, pero como amigos —aunque ella no se lo dejaría fácil de saber.

—Me basta con eso —Dianna no pudo evitar sonreír al ver como el rostro del rubio se iluminaba con una sonrisa, asintió lentamente.

—Dulces sueños, Bella durmiente —se despidió, comenzando a caminar en dirección a la casa de Charlotte.

—Buenas noches, princesa.

Beautiful Stranger | Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora