‹ Seven Seas of Rhye ›

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02 de septiembre, 1973

Ese día ambas chicas habían solicitado el día libre, Dianna había utilizado la confiable excusa de que se había enfermado con gripe, incluso utilizando los ronquidos de su hermano como su carraspera para hacer el asunto más convincente, mientras que Charlotte, utilizaba la excusa de que tendría que viajar de urgencia a casa de su abuela por unos asuntos familiares.

No hace falta mencionar que ambas lo hicieron para poder ir libremente a la grabación del álbum de los chicos, también agradecían que ya ambas se hubiesen graduado de la universidad hace unos meses, primero Dianna que Charlotte, así no tenían ningún inconveniente que les impidiera ir.

Al menos, Dianna.

O eso había pensado la morena al momento en que tocó la puerta de la casa de los Jackson y quién le abrió la puerta no fue Charlotte, sino una castaña de ojos azules protegidos por unas gafas y sonrisa amable.

Madison Chase, la prima de Charlotte, estaba en la ciudad.

-¿Madison?

- ¿Dianna? -la castaña ladeó un poco la cabeza antes de recuperar su cabeza, alzando sus brazos-. ¡Dianna, cuánto tiempo!

-Sí, desde que afeitaste mi ceja derecha -se cruzó de brazos, frunciendo levemente sus labios.

-Sí, exacto -la castaña rió-. ¿Todavía no lo superas?

-Ese verano fue el verano de los flequillos para mí -explicó-. Por supuesto que no lo supero.

Madison se encogió de hombros antes de hacerse a un lado dejándola pasar, Charlotte ya se encontraba bajando las escaleras cuando se encontró con la mirada afilada de Dianna.

-En mi defensa, pensé que llegaba la semana entrante -alzó sus manos negando.

-Sigue siendo una insoportable.

-Es mi prima, Dianna, no puedo prohibirle la entrada a mi casa.

- Y ahora por eso, seguramente no podrás venir conmigo -la señaló acusatoria frunciendo el ceño.

-¡Claro que iré! Simplemente diré que iré a tu casa a arreglar algo o a salvar a Aarón de morir ahogado con su vómito, ¡Y listo!

-No seas idiota, tu mamá no te dejará ir sin Madison

-Ya tengo 25 años, ¿Bien? Puedo hacer lo que quiera -colocó ambas manos como jarra en sus caderas.

Dianna hubiese replicado eso sino hubiese escuchado el sonido de una bolsa siendo estrujada, cuando ambas voltearon se encontraron a Madison comiendo de una bolsa de papas mientras las miraba.

-Oh, no se detengan, finjan que soy invisible -movió su mano hacia ellas antes de meter una papa a su boca.

-¿Y si la llevamos? -Charlotte susurró cerca de Dianna.

- ¿Qué? Estás loca, no iré a ningún sitio con ella -dijo de igual manera en un susurro.

- Vamos, Dianna, quiero estar con los chicos en esto.

-¿Por qué estamos susurrando? -pregunto Madison haciendo que ambas chicas saltaran en su sitio antes de mirarla, decidiendo que hacer con ella.

Media hora después las tres chicas estaban camino hacia la dirección que Freddie les había dado, con una malhumorada Dianna, una triunfante Charlotte y una parlanchina Madison que hablaba sobre su vida en Doncaster.

- ¡Ay, por favor, cállate un mes! -explotó Dianna justo enfrente de la puerta del lugar, las personas que pasaban cerca se le quedaron viendo antes de avanzar más rápido.

Beautiful Stranger | Roger TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora