10 de agosto, 1975
Otro agitado año había llegado para los chicos y sus respectivas parejas gracias a la profesión de cada uno de ellos, pero sobre todo de la banda.
Luego del desmayo de Brian y la cancelación de la gira regresaron a Reino Unido para ver qué sería de ellos o que harían ahora dependiendo totalmente de la disquera y John Reid, sin embargo apenas desbordaron el avión una preocupada Charlotte se arrojó a los brazos de un débil Brian empezando a regañarlo y a decirle que no se movería de la cama hasta no estar completamente sano.
Y por supuesto, nadie la contradijo porque todos estaban de acuerdo en lo que dijo.
Brian se había echado la culpa de que todo se había arruinado por él a pesar de las negativas de la gente por lo que su humor no había sido el mejor durante su recuperación.
Pero una vez estuvo 100% recuperado, la disquera volvió a lanzar otra gira en Estados Unidos para recompensar tanto a los fans como al frustrado guitarrista, por lo que habían vuelto a viajar a Norte América, nuevamente solo Madison y ella y esta vez sí pudieron terminar la gira sin ningún inconveniente.
Misma gira que acababan de acabar hacia un par de semanas, ahora, ¿Cuál era el siguiente proyecto de Queen?
Otro álbum.
La disquera quería otro álbum con el mismo éxito del anterior, pero primero le daría unos días para descansar a los chicos.
Y eso estaban haciendo.
Dianna cerró sus ojos al sentir un par de besos en su cuello, sonriendo levemente a la vez que hacía su cabeza hacia un lado para dejar que, los besos con ocasionales mordidas, recorrieran su cuello.
Tanto Roger como ella estaban cubiertos por una frazada, ambos con el cuerpo desnudo dejado de la misma, las manos traviesas de Roger recorrían con experta maestría el cuerpo de Dianna erizándola como si fuera una virgen.
—¿Quieres otra ronda? —Dianna volteó hacia un lado, encontrándose con los oscuros ojos azules del rubio—. Lo acabamos de hacer dos veces ya.
—Tiene que ser tres veces, los números pares son de mala suerte —explicó el rubio, para luego recorrer con su lengua la clavícula de la fémina debajo de él.
—Eres insaseable —replicó la morena, soltando un suspiro cuando los dientes del mayor tomaron su pezón derecho entre ellos.
—No te quejes, sabes que te encanta —Roger pasó la lengua por el mismo, arrancándole un escalofrío seguido de un gemido quedito—. ¿Lo ves?
—Muy bien, Taylor, tú ganas, pero que sea rápido, ambos tenemos que ir al estudio.
—Tus deseos son órdenes, princesa —Y continuó con su trabajo, descendiendo con besos y lamidas hasta quedar enfrente de su monte de Venus—. A ver, qué tenemos por aquí...
Y hundió su rostro entre esos pliegues de carne, jugando con su lengua y buscando aquel punto que enloquecería a la chica.
Dianna gimió, tanto por lo sensible que se encontraba como por lo bueno que era Roger en eso, llevando sus manos hacia las hebras rubias enterrando sus dedos en ellas.
Roger gruñó ante un tirón y aquello se le antojó condenadamente sexy a la morena, quien volvió a tirar de su cabello a la vez que él introducía su lengua en su cavidad.
—Ah, sí —Gimió, arqueándose—. Sigue...
Roger continuó, mientras con su pulgar frotaba aquel botón de nervios que volvía loca a la morena, misma que gemía y temblaba debajo de él.
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Beautiful Stranger | Roger Taylor
Fanfiction"Hermoso desconocido, aquí estás entre mis brazos y sé que los hermosos desconocidos solo aparecen en mi vida para traicionarme. Y tengo esperanzas, hermoso desconocido, aquí estás entre mis brazos, pero creo que por fin, por fin, es seguro que yo...