Beautiful Stranger | Roger Taylor

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30 de noviembre, 1972

Los aplausos inundaron el lugar al igual que los gritos de emoción y vítores por la banda que se encontraba en el escenario, agradeciendo al público por escucharlos, Dianna aplaudía con una sonrisa junto con Charlotte, ambas habían quedado maravilladas con la voz del azabache, realmente tenía talento.

—La próxima vez que vaya le invitaré su pedido, semejante voz es un regalo para nosotros —Dianna habló acercándose a la rubia quien asintió efusivamente a sus palabras, si antes pensaba que eran buenos, ahora más que nada pensaba que la banda realmente valía la pena.

—Al menos déjame hablar con él esta vez, por favor —pidió, la banda bajó del escenario, dispuestos a descansar un poco.

—Hablando de hablar con él, ¿Por qué no me dijiste que el rubio desconocido era el baterista de esta banda? —por tercera vez en la noche, Dianna se cruzó de brazos, mirando interrogante a Charlotte quien sonrió con inocencia.

—Quería que fuera una sorpresa, además ya no es un desconocido, ahora sabes su nombre.

Dianna frunció el ceño, pensaba decir algo más, pero fue interrumpida por una mano en su hombro, antes de voltearse le dirigió una mirada a Charlotte de “En la casa hablamos”.

En frente de ellas, había una rubia bastante bonita, de ojos claros, vestida con ropa que pudo identificar de su tienda favorita, Biba, la chica les sonrió antes de hablar.

—¿Son amigas de Freddie? —preguntó, señalándolas con su dedo.

Ambas chicas se miraron una a la otra antes de negar.

—No, no lo somos, simplemente lo conocemos de una vez —habló Charlotte.

—¿En serio? Con lo que dijo tu amiga hace rato juraría que eran amigos —dijo sorprendida—. Soy Mary, la novia de Freddie.

—Dianna.

—Charlotte.

—Quiero agradecerte por lo que hiciste por Freddie hace rato, no cualquiera se enfrenta a alguien, mucho menos por alguien que conoces de una vez.

Dianna le sonrió, moviendo su mano restándole importancia al asunto.

—Yo sólo trato de ser realmente, realmente honesta con la gente que pienso que apesta ¿Sabes? Nadie lo entiende.

Charlotte rodó los ojos, sabía que la indirecta era para ella, Mary enfrente de ella soltó una pequeña risa.

—Bueno, siempre es bueno ser honesto, te ayuda a ser mejor persona.

—Gracias —Dianna sonrió aún más grande, volteando a ver a su mejor amiga—. Mi nueva amiga, Mary, piensa que soy una mejor persona por ser honesta.

—Por última vez, no puedes decirle a tu vecina que es una perra del mal, ¡Es una anciana!  —negó levemente la rubia.

—Ninguna excusa es válida para insultar a una perra —Mary soltó una pequeña risa por ese comentario.

—Vengan conmigo, la banda siempre va a la parte de atrás del bar, estoy segura que Freddie también querrá agradecerte.

Las tres comenzaron a caminar, saliendo del bar hacia un pasillo repleto con algunas personas, podía escuchar como las personas alababan la canción junto con la voz del cantante, incluso algunas chicas cuchicheando sobre la belleza de los integrantes, Dianna prestó atención cuando nombraban al rubio, asintiendo cuando nombraban sus atributos como su cabello rubio y sus ojos azules, aunque ella le agregaría su hermosa voz de niña puberta al gritar.