Beautiful Stranger | Roger Taylor

White Queen

23 de septiembre, 1973

Luego de todo ese espectáculo, lo siguiente que los ojos de Roger captaron fue como Dianna se daba media vuelta tomando su bolso, para después empujar la puerta trasera del local saliendo, murmurando sobre rubios idiotas y sentimientos amargos.

Roger observó hacia Brian y Charlotte, en busca de ayuda, quienes se habían mantenido al margen, los tres se observaron entre sí antes de que Charlotte colocara sus manos sobre sus caderas en jarra, frunciendo el ceño.

Ella no lo había a ayudar. Más de lo que era necesario.

—¿Y tú qué haces ahí parado? —le preguntó—. ¿También tengo que arrastrarte por el cabello para que hables con ella?

—No, gracias, yo puedo solo —Roger alzó ligeramente sus labios sin mostrar sus dientes, aún no superaba el momento de Dianna arrastrando a su amante de ese día.

No mentiría, le había encantado ver esa escena, pero no quería protagonizarla ahora con la novia de su mejor amigo.

—¡Ve! —Mismo que ahora le estaba gritando con el ceño fruncido, señalando la puerta por dónde había salido la morena.

—Ya voy, ya voy —respondió caminando a través de las mesas hasta cruzar la misma puerta que Dianna.

La encontró a un par de metros a lo lejos, recargada en un auto de color negro mientras le daba una calada a su cigarrillo, cuando lo vio, simplemente preguntó.

—¿Quieres uno? —alzó su cigarrillo, refiriéndose a él.

—No me vendría uno nada mal ahora —dijo asintiendo. 

—Pues ve y consíguete el tuyo —miró hacia otro lado, cruzándose de brazos, volvió a darle una profunda calada al cigarro, expulsando el humo por después.

—De acuerdo, tomaré tu palabra —dijo y acto seguido le arrebató el cigarro de los delgados dedos de la chica.

—Eres un imbécil —Dianna le frunció el ceño, buscando en su bolso otro cigarro, no pelearía por algo que ya estaba perdido.

—Sí, me lo dicen a menudo —Roger sonrió de lado, pero carraspeó al ver que la sonrisa no le fue correspondida.

—Sí, me imagino que hay muchas chicas opinando igual que yo sobre ti.

—¿Para esto me llamaste? —Roger preguntó, aunque no estaba enojado, no tenía derecho—. ¿Para insultarme?

—No, esto es un bonus, me gusta insultarte —dijo, después de haberle dado la primera calada a su cigarro nuevo—. Perdón por sacar a tu cita a patadas.

—No era mi cita —aclaró rápidamente—. Ni siquiera recuerdo como se llama... ¿Beth, Britney?

—Brittany —dijo Dianna.

—Sí, es... Alto, ¿Cómo sabes? —dijo Roger volteando a ver a la chica confundido.

—Tenía un collar con su nombre, no puedo creer que no lo notaras.

—Estaba más ocupado mirando algo más —reconoció Roger, dándole otra calada al cigarro.

—Sí, sus pechos —asintió, mirando hacia otro lado, apretando sus labios.

—No —negó de inmediato—. A ti.

Dianna regresó su mirada a él, frunciendo sus cejas.

—Perdón, creo que escuché mal —acto seguido hizo como si se sacudiera su oído.