Beautiful Stranger | Roger Taylor

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11 de agosto, 1975

Llegar a una granja a grabar un álbum jamás estuvo entre los planes de Dianna, de hecho, jamás fue algo que le hubiese cruzado por la mente, por lo que cuando su vista enfocó el viejo granero y la antigua casa, supo que nada en la vida, la podía sorprender más.

O eso fue los primeros cinco minutos antes de que volteara encontrándose cara a cara con un toro a punto de devorar un mechón de su cabello.

Por supuesto, tuvo una reacción completamente normal.

Movió sus manos en el aire tratando de golpear la cara del animal, sin embargo, sus pies chocaron con una piedra ocasionando que cayera.

El grito que salió de sus labios alertó a los miembros de la banda junto con Paul, quienes observaban a su alrededor, confundidos y maravillados a partes iguales.

—¡¿Qué sucedió?! —Roger fue el primero que corrió a ver que sucedía, sobre todo porque la única mujer que había en la granja era su novia—. ¡¿Estás bien?! ¿Por qué estás en el suelo? —Preguntó, un tanto acelerado por el grito.

Dianna frunció el ceño, tragándose un insulto en el proceso, no había pasado ni media hora de su llegada y ya se encontraba de mal humor.

—Oh, vi el suelo un poco solo y decidí hacerle compañía —sonrió, sin mostrar sus dientes cambiando su expresión a una molesta—. Es obvio que me he caído, Taylor.

Roger no dudó en darle su mano para ayudarla a levantarse, para después acto seguido sacudir su pantalón por la parte trasera.

—No me dijeron que grabar el álbum traería consigo animales.

—¿Animales? —Roger frunció el ceño antes de llevar su vista detrás de Dianna, notando el toro que ahora masticaba un poco de pasto—. Oh, carajo… Es un…

—¡Una vaca! —Freddie exclamó con una sonrisa, Brian a su lado le frunció el ceño.

—Eso no es una vaca —Brian habló.

—Ah, ¿Entonces qué es, señor intelectual? —Freddie colocó una de sus manos en sus caderas mientras veía ceñudo a Brian.

—Es un toro —respondió con simpleza.

—Claro que no es un toro, mira, tiene cuernos pequeños —los señaló el persa con su índice.

—Porque todavía no ha madurado lo suficiente, Freddie.

—Ah, ¿Ahora conoces de animales, May? —se cruzó de brazos.

—Bien, si tan seguro estás de que es una vaca, ¿Por qué no vas y lo ves por ti mismo?

—Eso haré.

A todo esto, Dianna, Roger y John observaban todo con una expresión divertida, incluso el enojo de Dianna había desaparecido.

Paul en cambio tenía una expresión preocupada.

—Freddie no creo… No creo que sea buena idea.

—Relájate, querido, no pasa na… —El ahogo de una exclamación de sorpresa alertó a Prenter—. Eso es demasiado grande hasta para una vaca.