Capítulo 10

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-¿El mundo qué?.- preguntó Natalia.

-Mundo espejo.- volvió a decir Alba.- una especie de dimensión poco accesible.

-¡¿No estamos en la tierra?!.- dijo eufórica Elena.

-Técnicamente...no.- respondió esta vez Baba.- Pero esa teoría tendrás tiempo de aprenderla...Ahora vamos con la práctica.- añadió con una palmada y frotándose las manos. Unas piedras de diferentes colores se repartieron en un perímetro uniforme y redondo. Así, un pequeño campo de fuerza protegería al resto de aprendices.- Estás en un campo de entrenamiento, aquí las brujas traemos a jóvenes como tú para entrenar de forma segura sus habilidades.

-¡Ala!- dijo Elena.

Alba se reía ante las ocurrencias de su hermana y mientras Natalia se sentó en la hierba observando curiosa los artilugios que Alba preparaba.

-Qué cantidad de chisme viejo.- musitó la morena impactada.Por dios pero si había hasta una pequeña jaula de cristal con polillas...

-Si vuelves a decir viejo y chisme en la misma frase mi yaya te desintegra.- contestó riéndose.

-¡Lleva razón! Mueve el culo joven que tienes y ven aquí.- le dijo a Natalia que acudió a ella con cierto miedo.- ¿conocimientos de autodefensa cuerpo a cuerpo?.- les preguntó a las hermanas.

-Sobresaliente.- contestó Elena.

-Dejemoslo en un notable...- replicó la morena.

-Bien.-

Alba sacó una pequeña maceta, un mechero, un montoncito de tierra , un vaso de agua, la jaula de las polillas y unas piedrecitas pequeñas de color ámbar, azul y rojo.

-A ver qué sabéis hacer...- retó Baba a ambas hermanas.

-Piedad Natinat que estoy convaleciente eh.- dijo Elena quitándose la chaqueta. Era increíble el parecido que tenía con su hermana. Dos tallos a punto de batirse en duelo.

-Vamos enana...que hace dos minutos estabas entusiasmada.-

-¡Enana tú que casi te llevo la delantera!.-

Empezaron suave, con golpes y esquives relativamente sencillos. Natalia se movía con gracia y Elena intentaba seguirle el ritmo aunque, de la práctica, a veces era capaz de adelantarse a los ataques y devolverle algún golpe.

Baba anotaba, anotaba las reacciones de Elena y de Natalia. Sin duda la joven tenía muchísima agilidad y fuerza, no descartaba que tuviera la habilidad de convertirse como Natalia.

-Buen calentamiento chicas...- interrumpió Baba.

-¿Calentamiento? Pero si esto es lo que entreno con Papá por dios.-

Las risas fueron inevitables.

-Alba cielo.- llamó Baba su atención.

-Te has enfrentado a tu hermana, cuerpo a cuerpo, a ver como te defiendes conmigo. Si me vences te invito a chuches en el barrio francés.- animó la rubia.

Natalia la miraba un poco preocupada, su hermana le sacaba como dos cabezas y algo a la pequeña bruja pero sabía que sus posibilidades eran nulas.

No podía, no podía darle ni un solo golpe si la bruja aparecía y desaparecía a su antojo. Le mandaba pequeños orbes de energías dándole collejas y haciéndole caer al suelo. Intentaba enfadarla o retarla pero Elena era una cabezota como su hermana.

Las manos de Alba brillaban, las chispas de color ámbar saltaban por todos lados y Eena empezaba a jadear. La rubia dirigió una mirada a su abuela, sabía que los entrenamientos serían duros pero no quería llevarla al límite. Baba sólo asintió.

Darkness magicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora