Capítulo 8

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Como siempre, lo primero que hacía Alba al llegar a casa era dedicarle unos minutos a Queen y darle mimos. La gata restregaba el hocico con su cara e inevitablemente le recordó a Natalia. El felino aceptó los mimos encantada y después se acercó a la morena, rodeó sus piernas en zig zag mientras emitía un suave ronroneo y empezó a jugar con los cordones de las zapatillas bajo la atenta y cariñosa mirada de la rubia.

Natalia esperó un poco a que Queen la olisquera y se sintiera agusto hasta agacharse a su altura y sentarse en el suelo. Alba estaba alucinando porque la gata no tardó en escalar la espalda de la morena, subirse en sus hombros y ronronear, era un animal sociable pero tampoco se hacía amiga de cualquiera en un día. Pero por si no era poco su asombro ahí estaba la mujer de metro ochenta que intimidaría a cualquiera ronroneando. Ya está eso era el colmo.

-Voy a ducharme y te dejo el baño libre.- dijo aguantándose la risa.

-¡Claro, no tengas prisa!.- contestó Natalia entusiasmada. Pero a los minutos, la morena se seguía sintiendo observada y es que la bruja se había quedado mirándolas desde la puerta del baño.- ¿qué?.- preguntó sonrojada y con esa sensación triunfante de haberla pillado mirándola.

-Oh...em...no nada nada.- contestó rápidamente y con el mismo tono rosado en sus mejillas que la morena.

La bruja se metió en la ducha y su cabeza empezó a divagar. En menos de 3 días se había enfrentado a una sociedad que habían raptado a Elena, ahora iban a ayudar a la chica y su abuela estaba más rara que un perro verde...había besado a Natalia...

Espera.

-Dios Alba que la has besado...- dijo en voz alta mientras dejaba el bote de champú y miraba a los azulejos como si éstos fueran a confirmarle algo.

Había besado a la cambiaformas que mató a un lobo el tamaño de un poni, la misma que estaba en su pasillo ronroneándole su gata. Ahí estaba una sonrisa bobalicona... La misma híbrido que hacían saltar chispas y encender la mismísima mascletá de su tierra con el más mínimo roce.

-Para el carro Alba...que te estás viniendo muy arriba...Poquito a poco cariño...Pero qué poco a poco... ay-

Acabó su conversación y salió enrollada en la toalla para encontrarse a Natalia dejando a Queen en el sofá y ocupar su puesto en la ducha.

-La mujer que susurraba a los gatos eh.- comentó secándose el pelo con la toalla.

-Es raro que congenie con alguno, normalmente me ven como una invasora o algo.- contestó relamiéndose los labios sin poder evitar mirar a la rubia de arriba a abajo.- Esto... voy a ducharme yo también.-

Natalia se metió en el baño se quitó los restos de tierra y hojas del pelo, se limpió un pequeño corte que se había hecho corriendo y, como había hecho la rubia minutos antes, empezó una conversación consigo misma. No es que tuviera dudas de Alba, había algo en aquella chica que le atraía como un imán pero...

-Dios Natalia pero qué cojones haces...- Acabó de desenjugarse con prisa, se escurrió el pelo y a penas se secó el cuerpo. Se puso unos pantalones cortos de algodón negros y una camiseta blanca de tirantes y salió del baño con rapidez.

Se encontró a Alba delante del sintetizador, llevaba solo un camisón de tirantes negro y liso. Se hizo a un lado en el taburete y le dio un par de palmadas a la tela indicándole a la morena que se sentase junto a ella.

Una vez estuvo en el sitio que ella quería conectó el equipo y comenzó a sonar la base de la canción.

-Era blanca y dormía al alba... quién te rompió, cariño...-

Darkness magicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora