Alba quería transportarlas directamente al piso pero tener las manos de Natalia recorriendo cada centímetro de su espalda y su cadera usando la magia no la tenía precisamente concentrada.
Se dieron varios traspiés con las escaleras y un buen golpe contra la pared que casi hizo temblar el edificio porque Alba las transportaba a trompicones. Natalia la acorraló contra la puerta de casa pero no podían pasar ahí demasiado tiempo porque Alba estaba empezando a gemir más alto de la cuenta y Natalia no iba a poder contenerse mucho más.
La magia de la híbrido era compleja, primero porque sus instintos se mezclaban y segundo, porque no podemos pensar que Alba no la volvía loca. Por un lado el deseo como cualquier humana, por otro la parte mágica. Sus impulsos como súcubo eran fuertes, al fín y al cabo en su naturaleza estaba el placer y la magia del sexo. A eso había que sumarle su lado como una cambiaformas y su impulso más animal.
Normalmente reprimía alguno de sus instintos más básicos porque cuando desataba a la fiera que tenía dentro era igual de poderosa que vulnerable. El sexo y el deseo eran armas muy poderosas pero que podían llevar a tal estado de éxtasis que ni ella misma podía controlar completamente.
Natalia aprendió eso a base de golpes cuando en una de sus primeras experiencias una sirena muy guapa y de no muy buenas intenciones aprovechó su vulnerabilidad para someterla bajo su voluntad, así funcionaba la ironía del mundo mágico, cualquier poder descontrolado podía volverse en tu contra en cualquier momento.
Sin embargo, todos las partes de su alma coincidían en un pálpito, confiaba en Alba.
La rubia no iba a atinar a transportarlas más porque su neurona bastante tenía con asimilar todas las sensaciones del cuerpo que tenía delante así que abrió la puerta con dificultad...mucha dificultad. Y es que claro, era difícil concentrarse cuando la mano izquierda de Natalia acariciaba su pezón izquierdo por encima del vestido mientras la otra masajeaba su culo y mordía, lamía y succionaba cada centímetro de piel visible del cuello, que con el pelo corto había ganado terreno.
-Alba...-llamó su atención Natalia- si no encuentras las llaves rápido voy a follarte ese culo tan bonito que tienes aquí mismo.-Ya está, adiós bragas.
Al final pasaron y Queen, que era un bicho listo, se fue con su cama al salón para darles espacio.
-Me van a salir morados después de esto.- comentó divertida y jadeando la rubia al darse cuenta del número de encontronazos que habían tenido con esquinas, columnas, paredes y muebles antes de llegar a la cama.
Y en ese tiempo muerto para tomar un poco de consciencia se pudo fijar en lo hermosa que era Natalia en cualquiera de sus facetas. Tenía los ojos del mismo color que ella, en un tono ámbar y brillante. En ese momento de frenesí ninguna prestó atención a ese detalle, al fín y al cabo era una reacción natural y a casi todas las criaturas les cambiaba el color del iris cuando mostraban su forma real o cuando usaban sus poderes. Sin embargo, que ambas compartieran el mismo color exacto en ese mismo instante, significaba mucho más.
El don de Natalia como súcubo era en realidad un potenciador del deseo y la sensación. Era capaz de canalizarlo no solo con las manos, si no con todo su cuerpo y de ahí venía la fama de estas criaturas cuya historia contaremos otro día.
Alba se encargó de desnudar a la más alta en ese baile desacompasado de caricias y jadeos pero la híbrido fue rápida y repitió la operación una vez consiguió dejarla en la cama. Las manos de Natalia dejaban un aura del mismo color que sus ojos por la piel que iba acariciando, arrancando sin piedad de la garganta de la rubia unos gemidos.
-Nat...Natalia...-jadeaba la rubia para llamar su atención.
Natalia estaba ensimismada repartiendo besos y mordiscos por el pecho de la rubia así que ésta decidió picarla un poco.
-Natinat...- gimió
-¿Cómo me has llamado?.- gruñó la pelinegra alzando a vista y provocando en la rubia una carcajada.
-Na ti nat.- le contestó haciendo énfasis en cada sílaba.
Natalia se arrastró de una forma felina hacia su boca y le mordió el labio tirando de él suavemente.
-Te vas a enterar de lo que vale un peine, Albilla.- le dijo socarrona. Alba iba a contraatacar pero Natalia apoyó sus largas manos en las clavículas de Alba y gritó el nombre de Natalia, la morena podía jurar que medio vecindario la había escuchado.
-Nat, no puedes hacer que prácticamente me corra así de la nada.- contestó con una risa nerviosa, no controlaba nada las reacciones de su cuerpo en ese momento. Tumbó a Natalia en la cama y cogió del cajoncito de la mesita de noche un lazo largo de color rojo.
-Vamos a jugar,gatita.- le dijo Alba enseñándole el lazo antes de colocarlo en sus muñecas.
Ya habían tenido esa conversación y la bruja sabía que Natalia le gustaban las ataduras así que...¿por qué no?. Jugó con los pezones de la más alta un buen rato porque si algo le gustaba a Alba eran los sonidos que emitía su compañera en esos momentos. Después se entretuvo en sus abdominales pues le parecía un pecado capital no prestarles la atención que merecían.
Se dio la vuelta y dejó que Natalia se deleitara con las vistas, aún mucho más húmedas cuando se inclinó para lamer el sexo de la morena.
-Al-Albi...Deja que yo- no podía articular muy allá frases coherentes. Después de usar su magia estaba en tal estado de éxtasis con la boca de la rubia entre sus piernas y su sexo humedo en su cara que podía morirse allí feliz y encima daría las gracias.
Alba era pícara pero tampoco malvada, la dejó sufrir un poco pero cedió también a sus propios deseos y dejó que Nat jugase con su lengua a su antojo mientras ella aprovechaba que no tenía las manos atadas para penetrarla fácilmente con dos dedos.
Se sentó en su cara para deleitarse con las habilidades de la boca de Natalia y el ritmo se hizo frenético, las sábanas habían abandonado una posición coherente y el sudor resbalaba por la frente de ambas hasta que Natalia se corrió y Alba, al escucharla, tardó poco en acompañarla.
Se deshizo de las ataduras y besó la piel que segundos antes estaba adornada con el lazo con cariño.
-¿Bien?.- preguntó la rubia dejando un reguero de besos cortos y rápidos desde las muñecas, por todo el brazo hasta llegar a la frente y la boca de la morena.
-Más que bien Albi, mucho más que bien.- contestó achuchándola contra su cuerpo desnudo.
Espero que os esté gustando la historia y este tipo de escenas,ya sabéis que siempre intento dar una imagen de una relación sana y con el consentimiento por delante. En el próximo cap tendremos azúcar, y una explicación interesante. ¿quién será la mujer misteriosa? ¿a quién os apetece ver como una criatura sobrenatural? Yo sólo os doy una pista...viene de unas tierras ya mágicas!
Un beso hermosuras!
ESTÁS LEYENDO
Darkness magic
RomanceEsta va a ser una historia con mucha magia en un mundo lleno de criaturas sobrenaturales y personajes curiosos. Alba y Natalia como protagonistas, siempre desde el máximo respeto y admiración. Aviso que habrá escenas explícitas, algo de sangre y po...