¡Estamos en Venecia! Parte 1

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Tengo que decir que lo prometido es deuda, aquí teneis el primer capítulo de las vacaciones en venecia, no me  enrollo más que seguro que estoy aburriéndoos, nos vemos abajo :)
 iCarly no es mío, ni la mayoría de las cosas que nombro sobre dicha ciudad

Los chicos lo estaban pasando genial. Eran por la mañana, y bastante temprano, las seis de la madrugada, y ya estaba Freddie llamando a la puerta de la habitación de Sam. Pues sí, no era ni más ni menos, ¡su cumpleaños! El cumpleaños de Sam en Venecia. Ella creía que sus mejores amigos no se acordarían, pero el viaje estaba planeado para que coincidiese con el cumpleaños de Sam para darle así la sorpresa. El primero en llamar fue Freddie, pero al ver que ninguna de las dos chicas contestaba se quedó fuera esperando, con el tiempo llegaron Gibby y Spencer en pijama, los tres llamaron hasta que Carly abrió la puerta y se podía ver que Sam estaba dormida, así que todos se acercaron a ella y la llamaron para que despertarse pero ella no respondía. 

-Dejádmelo a mí.- Freddie se acercó a ella, Sam con tan solo oler a Freddie, canela, abrió los ojos, pero no sirvió, ya que Freddie estaba muy cerca y le besó. Todos sonrieron al ver lo tierno que resultaba eso. -¡Feliz cumpleaños! - gritaron todos, aunque Sam sonriese, seguía dormida y no sabía bien como habían entrado, no sabía como se podrían a ver acordado...
 -Y para celebrarlo... esta noche tú y tu nerd os vais de cena romántica.- dijo Spencer con un tono cantarín.-A un restaurante que se llama... Fortuny Restaurant.
 - ¿En serio? Qué guay, muchas gracias, ahora dejadme dormir, ¿sí?
 -Sam, ve a ducharte y a prepararte. Chicos, os digo lo mismo, movéos, a prepararse todos, nos vamos a dar una vuelta por la ciudad.
 Y así hicieron todos, se prepararon y fueron a desayunar.
 (POV Freddie)
 Esa misma mañana, le pedí a Spencer que nos dejase su cuarto esa noche a Sam y a mi y que durmiese con Gibby, quería pasar todo mi tiempo con ella hoy. Estabamos abajo esperando a las chicas y, cuando las puertas del ascensor se abrieron, salieron. Vale, yo solo recuerdo ese momento en el que ella salió, me volví loco, que suerte tengo, tengo la novia más guapa del mundo. Yo pasé mi brazo por encima de sus hombros y ella continuó andando nomral pero más pegada a mi, hoy estaba contenta, podía notarlo, no hacía más que darme besitos en las mejillas o sonreírme, pero no entiendo por qué no me los daba en los labios... quizá sería porque estábamos en público como casi siempre dice. Total, fuimos al bufé libre y Sam comió de todo, los demás comimos lo normal, una vez que habíamos desayunado, nos fuimos a dar una vuelta. Fuímos a un montón de lugares, eran muy bonitos, había mucha agua y barcas para montar, entonces se me ocurrió de que podríamos salir un poco antes a la cita, en vez de a las ocho, a las seis, la montaría en una barca de esas y daríamos un romántico paseo, ella no podía negarse. Después de haber visto todo aquello, nos fuimos al hotel, me acerqué a ella y le dije...
 -A las seis estoy en la puerta de vuestro apartamento, preciosa.- y le dí un piquito en los labios, ella sonrió y asintió.
 Solo tube que prepararme, me vestí super elegante, con mi corbata y mi traje de chaqueta que solo usé en esa estúpida boda a la que fuimos mamá y yo... La extraño muchísimo, si ella estubiese aquí no habría pasado nada con Sam, ella sabía como aconsejarme y ahora que estoy solo no tengo un hombro en el que apoyarme. Pasó el tiempo y me acerqué  a la habitación de Sam, cuando llamé, ella salió. Sin palabras. ¿Por qué estaba tan impresionante con ese vestido blanco de vuelo que hacía que sus rubios rizos brillasen como nunca?
 -¿Vamos a algún lugar?... eh- dijo Sam, entonces volví a concentrarme en que la tenía delante.
 -Sí, perdona, vamos..

Una tarde increíble, inigualable, dimos una vuelta por la ciudad, nos hicimos fotos, subimos a la barca, nos dimos besos, abrazos... Hasta que llegó la hora de cenar. La llevé al restaurante y solo llegar ella se paró en la entrada, sabía perfectamente que me íba a dejar toda la pasta en ese restaurante, entonces se paró delante mía y me dijo. -¿Estas seguro?- mientras miraba insegura hacia otro lado.
 -Claro, ¿por qué no?- dije mientras intentaba captar toda su atención.
 -Bueno... esto es un poco caro, ¿tienes suficiente dinero para esto?- dijo mientras miraba mis ojos, intentando ver en ellos una respuesta de sinceridad.
 -Sí, tengo muchísimo dinero reservado para esto, tenía ganas de venir y... a decir verdad, es la primera vez que te pones tacones para mí, así que...- dije intentndo sonar dulce, pero ella rodó los ojos, cosa que chafó mis planes y me hizo sentirme inutil.
 Estuvimos cenando, pasando un buen tiempo y todo, hasta que llegó la hora del champán, ambos podíamos tomar alcohol, ya no éramos niños, habíamos llegado a los 19, todo estaba bien y legal. Bebimos un poco de champán, ella me miraba y yo la miraba a ella, sabía que teníamos que estar juntos, lo sabía. Entonces, después de un rato pasada la cena y el champán, caminamos hacia el hotel, los dos ibamos callados. Hasta que llegamos, estabamos en el pasillo, iba a despedirse pero yo lo impedí.
 -¿No te dijo Spencer? ¡Hoy duermes conmigo!- dije mientra la tomaba de las manos.
 -¿Qué? ¿Por qué? ¿Y Carly? Pero...- dijo ella bastante tensa, así que la besé, la callé con un beso, ya que no quería que siguiese hablando, últimamente la inciativa tenía que ponerla yo, me evitaba todo el tiempo, como siempre me repito, ya nada es lo mismo, pero lograré que todo vuelva a ser como era. Caminé junto a ella mientras tenía mi brazo por encima de sus hombros y entramos a mi habitación, nos tumbamos en la cama, yo fui al baño y cuando volví ella ya estaba dormida. Así que me tubé a su lado y me dormí también.

Hoy por tí, mañana por mí. (Acabado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora