5. Holding Me While You Wait

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1:11 "Cuéntame más, dime algo que no sé ¿Podríamos acercarnos a tenerlo todo? -Lewis Capaldi.

ASHLEY

Solía pensar que podría controlar como me sentía respecto a lo que sucedía a mi alrededor, bueno, excepto con Max. Con ella era como ser absorbida por una bola gigante de energía y planes improvisados que seguramente nos llevarán a terminar entre las rejas algún día. Sin embargo, he podido aceptarlo desde hace tiempo, así que no me preocupa. Lo que sí me preocupa es el hecho de que me he convertido en una masa de nerviosismo y torpeza durante las últimas semanas.

Sí, al parecer nada de lo que pensaba sobre lo sencillo que sería trabajar en Roxie's se acercaba remotamente a la verdad.

Quiero decir, me costó un poco acostumbrarme al ritmo, pero al pasar los días se volvió más fácil. No he tenido ningún problema con algún cliente, llego temprano a mi turno, limpio los baños a pesar del repugnante olor a vómito y otros fluidos en los que no quiero pensar, y no me preocupa sudar un poco entre el gentío de la pista de baile cada noche. Pero el único problema es que nunca me he vuelto tan torpe en mi vida como cuando uno de mis compañeros está cerca.

Y por compañero me refiero al que está sobre la tarima a unos cuántos metros de mí, justamente agachándose para recoger una botella de agua que permanece a su costado, lo que me da una vista completa de su bonito culo en esos jeans ajustados. Nunca había sentido que el pueblo era tan pequeño hasta que comencé a encontrármelo por todas partes. Como hace unos días cuando estaba ayudando a Max a hacer las compras, y de repente, ahí estaba él pagando por lo que parecía ser un paquete de masa para brownies. Por instinto me había escondido detrás de una columna llena de utensilios de limpieza, esperando que no me viera. Pero lo hizo, llego hasta mí y me saludo amablemente. ¿Y qué fue lo primero que hice? Agarré dos paquetes de papel higiénico con la excusa de que "realmente los necesitaba".

Dios, fue humillante.

Maxim avisa que es hora de su descanso y que volverán dentro de unos momentos, lo que me saca de mis pensamientos sobre el papel higiénico y su amigo. Todos los chicos dejan el escenario y se dispersan por el lugar.

—Oye, nada de saliva sobre la barra —dice alguien a mi lado. Nicol golpea nuestros hombros juntos juguetonamente.

—No estoy babeando —me defiendo. Pero oh por dios, ¿lo hice?

—No te culpo si lo haces, Neal tiene un hermoso culo —aprieta sus manos en el aire como si estuviera tocándolo— ¿Es ese un requisito para ser una estrella de rock?

Otro de los chicos, Jesse, se acerca a nosotras mientras bufa. El bar está casi desierto hoy, así que los tres estamos atendiendo en la barra: limpiando vasos y despachando bebidas al que se acerque.

—Por favor, si lo fuera, entonces ya sería uno.

—¿En qué mundo crees que tu culo es hermoso? —inquiere Nicol perpleja.

Él tiene el descaro de dejar caer una sonrisa brillante y depredadora, lo cuál parece fastidiar aún más a mi compañera.

—No lo creo, Pinky, lo sé —responde, dándose la vuelta para que apreciemos su trasero enfundado en unos jeans claros. Es lindo. Pero no le hace justicia al otro que estaba admirando hace un momento—. Mi trasero y yo tenemos autoconfianza de sobra, gracias.

Tres canciones para Ash ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora