10. Stay

4.6K 478 219
                                    

0:53 “No tenemos por qué irnos a ninguna parte, podemos quedarnos aquí… pero dime que no te quieres ir” —Victoria Justice.


ASHLEY

Me despierto encima de Neal.

De nuevo.

No tengo que abrir los ojos para saber que es su cuerpo en el que estoy cómodamente recostada. Conozco su aroma. Conozco la sensación de su piel rozando la mía a pesar de que han pasado días desde que nos quedamos dormidos juntos. Mi mente se niega a olvidar ese momento. Abro los ojos y me encuentro de lleno con la línea de su mandíbula afinada. Tiene un brazo sobre su cabeza y el otro descansa alrededor de mi cintura, apretándome contra él.

Rodando hacia un lado lentamente para no despertarlo, me bajo de su sólido y cálido pecho.

Carajo. No debí hacer eso, porque ahora mi cabeza da vueltas más que una ruleta rusa.

¿Qué paso ayer?

—Shh —murmuran a mi lado —. ¿Podrías dejar de moverte tanto?

Un par de ojos somnolientos miran en mi dirección. Su cabello está aplastado a un lado de su cabeza por dormir en esa posición. Dejando salir un enorme bostezo, se estira sobre su espalda.

Sería una gran mentira si dijera que no babee un poco cuando su camiseta se levantó sobre su estómago plano. Oh, dios. Y esa V marcada debería ser ilegal.

—¿Por qué estamos en la cama? —es lo primero que logro decir. Mi garganta ruega por un poco de agua por estar igual de seca que un desierto.

—Porque estabas demasiado borracha para dejarte dormir en el sofá.

El recuerdo de tomar un vaso lleno de golosinas alcohólicas me azota como una ola. Y luego recuerdo a la chica pelirroja riéndose junto a Neal. Quiero vomitar, pero me abstengo y pongo la mano en mi frente.

—¿Y por qué estás tú en la cama?

—Dormí en el suelo —me corrige, levantándose para tomar algo de la mesita de noche. Me ofrece un vaso con agua y dos analgésicos —. Pero alguien se levantó en la madrugada y me atrapó como si fuera su oso de peluche favorito.

Casi escupo mi agua en su cara. No, no, no…

—Tranquila, al menos no tomaste de prisionero a mi pie está vez.

Siento mis mejillas calentarse —. Lo lamento. No estaba pensando.

Claro que no lo estaba. ¿Quién se pensaría dos veces estar encima de este hermoso hombre? Yo no. Ya ves.

—Ya te digo yo que no lo hacías —me lanza su sonrisa, la que me hace cosas extrañas en el estómago y luego, con sus dedos, toca mi frente hasta llegar a apretar mi nariz —. Deja de fruncir el ceño. Dormir conmigo no puede ser tan malo, ¿verdad? Ahora si hablamos de ti…

Le doy un manotazo en el hombro.

—Termina esa frase, Powell.

—Roncas como un pequeño monstruo.

—¡No es cierto!

—Claro que lo es —dice —. Lo grabaré la próxima vez.

Mi sonrisa muere en mis labios. No puede haber una próxima vez de esto, eso sería cruzar una línea que no estoy segura de querer hacerlo. ¿Qué estoy diciendo? Definitivamente NO debería cruzar la línea de amigos con Neal. Por otra parte, todavía se me dificulta respirar con normalidad cuando está tan cerca.

Tres canciones para Ash ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora